Trastorno del desarrollo de la coordinación en niños: ¿en qué consiste?

El trastorno del desarrollo de la coordinación limita las habilidades motoras de los niños. A pesar de no curarse, una intervención a tiempo puede marcar la diferencia. Entérate de qué se trata.
Trastorno del desarrollo de la coordinación en niños: ¿en qué consiste?
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 04 mayo, 2022

El trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC) es un desorden que dificulta la evolución de ciertas habilidades motoras en los niños. A pesar de no ser un trastorno del aprendizaje en sí mismo, interfiere con el proceso de maduración cerebral de áreas puntuales y los niños que lo padecen presentan limitaciones en su desempeño dentro y fuera del colegio.

Anteriormente, se conocía a esta condición como síndrome del niño torpe, debido a las peculiaridades en los movimientos de los chicos que lo padecen. En general, su nivel de coordinación es insuficiente y esto les trae problemas para cumplir ciertas tareas cotidianas.

En este artículo vamos a hablar un poco más acerca de este trastorno para que lo conozcas mejor y puedas advertirlo a tiempo. ¡No dejes de leer!

¿Qué es el trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC) en niños?

Como hemos anticipado, el TDC es un trastorno caracterizado por las dificultades motoras que limitan las destrezas físicas de quienes lo padecen.

Al igual que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el TDC es una condición o trastorno del neurodesarrollo. Es decir, que no se adquiere por no practicar deporte con regularidad, sino que ocurre por un desarrollo inadecuado de una determinada área del cerebro del pequeño.

Los problemas originados por esta condición impactan sobre el rendimiento escolar y sobre la realización de las actividades cotidianas. Y si bien hablamos de un desorden incurable, con el tratamiento apropiado, los niños que padecen TDC pueden mejorar muchísimo sus habilidades motoras.

De esta manera, es clave obtener un diagnóstico preciso cuanto antes para dar inicio a la intervención de forma temprana.

Cabe destacar que el TDC no se manifiesta con la misma gravedad en todos los casos y, muchas veces, los niños que lo padecen tienen además otras comorbilidades cuyos síntomas se solapan.

En términos generales, los niños con TDC presentan un déficit en sus habilidades motoras gruesas y finas, en la planificación y en la coordinación del movimiento.

nina en el suelo luego de caida de la bicicleta
Los niños con TDC tienen dificultades para llevar adelante algunos movimientos y ejercicios propios de su etapa del desarrollo. Se caen con facilidad y tienden a evitar aquello que no les sale bien.

Síntomas del TDC

Los primeros síntomas empiezan a aparecer en las primeras etapas del desarrollo. Los más frecuentes se detallan a continuación:

  • Dificultades para succionar el pecho o para ingerir alimentos durante el primer año de vida.
  • Torpeza en los movimientos de desplazamiento. Se chocan con los objetos, se tropiezan con sus propios pies, se caen con facilidad e incluso, los objetos que cogen se les deslizan de las manos.
  • Retrasos en ciertos hitos del desarrollo motor, como gatear, caminar o sentarse.
  • Problemas con la coordinación motora gruesa. Por ejemplo, dificultades para saltar a la pata coja o con los dos pies, para brincar, para estarse quieto sobre una sola pierna o para montar en bicicleta.
  • Dificultades en la coordinación motora fina, como la que se requiere para utilizar tijeras, coger objetos pequeños con los dedos, utilizar el lápiz o atarse los cordones, entre otros.
  • Movimientos corporales atípicos. 
  • Dificultades para mantener el equilibrio.
  • Limitaciones para aprender movimientos y destrezas físicas.

Consecuencias del trastorno del desarrollo de la coordinación en los niños

El trastorno del desarrollo de la coordinación conlleva una serie de complicaciones que no se limitan al desempeño físico. Por esto, deben conocerse y atenderse a la par del tratamiento motor. Veamos algunos casos:

  • Baja autoestima, sobre todo a causa de la falta de habilidades a la hora de realizar un ejercicio físico y por las burlas de su grupo de iguales.
  • Problemas de aprendizaje, ya que tienen dificultades para culminar algunas tareas académicas.
  • Tendencia a sufrir accidentes y caídas de forma repetida.
  • Aumento de peso por sedentarismo, puesto que muchas veces se abandona la actividad física por falta de entusiasmo, por desinterés o por la frustración que genera en los niños.

Tratamiento del TDC

El tratamiento de este desorden se orienta a mejorar la calidad de vida de los niños que lo padecen y, aunque no lo cure, puede ayudarlos a mejorar su desempeño motor.

Te acercamos algunas pautas para ayudar a estos niños a superar sus dificultades:

  • Combina los ejercicios cognitivos con los motores.
  • Utiliza el ordenador para ayudarlos a tomar notas si existen dificultades en la escritura.
  • Fomenta un estilo de vida saludable. Inculca hábitos de alimentación y de actividad física para mejorar la autoestima del niño y para prevenir la obesidad.
  • Refuerza positivamente al pequeño y evita regañarle o criticar sus errores.
  • No lo fuerces a terminar sus tareas rápidamente y déjalo que lo haga a su tiempo.
  • Incentívalo a ganar autonomía para que pueda ver que es capaz y fortalecer así su autoestima.
padre e hijo en el parque padre le entrega la pelota de futbol en la mano
Incentivar a los niños a superar sus dificultades implica adaptar las actividades a sus posibilidades. Así, se refuerzan las destrezas motoras, la autoestima y la autoconfianza sobre el propio cuerpo.

Sobre el trastorno del desarrollo de la coordinación

Para los niños con trastorno del desarrollo de la coordinación, la realización de ciertas actividades banales puede suponer un gran reto. Como hemos mencionado a lo largo del artículo, estos niños pueden presentar a su vez dificultades en el aprendizaje, pues las tareas escolares requieren de ciertas destrezas físicas para escribir, para organizar el material o para hacer educación física.

Además, los niños con TDC pueden tener problemas a la hora de llevar a cabo actividades de su vida diaria, como cepillarse, lavarse los dientes, vestirse o comer. Por eso, es importante detectarlo tempranamente para intervenir lo antes posible y favorecer a la adaptación de los pequeños al entorno que los rodea.

Si crees que tu hijo padece TDC, busca ayuda profesional para que pueda superar los obstáculos.


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