El desarrollo progresivo de las personas siempre fue un tema de interés para la Psicología. Las distintas corrientes enfatizan en uno u otro aspecto y una de las propuestas más conocidas es la de Erik Erikson, con su Teoría del desarrollo psicosocial.
Uno de los puntos más interesantes que incorpora este postulado es la visión psicosocial y el abordaje extendido del desarrollo de la personalidad a lo largo del ciclo vital. Veamos de qué se trata.
En qué consiste la Teoría del desarrollo psicosocial de Erik Erikson
Erikson destaca la idea de que el desarrollo es un fenómeno progresivo, a partir del cual las personas superan distintas etapas para convertirse en lo que son. A partir de los 8 estadios sucesivos, descubren la identidad del yo, alcanzan el reconocimiento de sí mismos y establecen una interrelación con los demás.
A su vez, el autor plantea que cada una de estas etapas propone una serie de conflictos o crisis para los sujetos. El éxito en la resolución de estos conflictos permite dotarlos de ciertas competencias o fortalezas que les servirán a lo largo de sus vidas. Por el contrario, la no resolución de los mismos puede dar lugar a ciertas dificultades para enfrentar la adversidad a futuro.
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Etapas de la Teoría del desarrollo psicosocial
Las etapas que propone Erikson se caracterizan por mantener una relación de tensión entre dos fuerzas del desarrollo, las cuales desafían a los sujetos a resolverlas. Las 4 primeras están enfocadas en la niñez y las 4 restantes, a la adolescencia y la adultez.
Etapa 1: confianza básica versus desconfianza (0 a 18 meses)
Esta etapa es muy importante ya que, a partir de la relación con sus padres y sus figuras de referencia, el niño empieza a sentar las bases para entender las relaciones.
A partir de las respuestas que recibe, confía en que es importante y que sus necesidades serán atendidas. Además, aprende a conocerse, a reconocer y a dar importancia a sus sentimientos. En esta edad también comienzan a establecerse las bases del apego.
Etapa 2: autonomía versus vergüenza y duda (entre 18 meses a los 2 o 3 años)
Aquí el niño empieza a ensayar la toma de sus propias decisiones. Ejercita su autonomía a partir de la exploración del mundo, así como también a partir de sus primeros “no”.
Resulta de importancia que los progenitores eviten la sobreprotección y en cambio, alienten esa curiosidad que les permite ganar seguridad.
Etapa 3: iniciativa versus culpa (3 a 6 años)
El niño también pone en práctica sus propias iniciativas y resulta conveniente que se fomente su curiosidad.
De manera creciente, el pequeño empieza a relacionarse con sus pares a medida que interioriza ciertas normas de comportamiento. Estas le permiten saber que es responsable de su conducta frente a los otros. Es decir, que puede lastimar y hacer daño y que si lo hace, debe disculparse.
Etapa 4: laboriosidad versus inferioridad (5 a 13 años)
Aquí se destacan las tareas que requieren esfuerzo. Poco a poco el juego empieza a perder protagonismo y este rol se traslada a aquellas actividades de mayor compromiso o “más productivas”.
En esta etapa es necesario mantener un equilibrio entre el propio hacer y lo que los demás esperan que se haga.
Por otro lado, en este momento se destaca la la consolidación del autoestima ante la concreción de los objetivos y el sentimiento de inferioridad cuando esto no sucede. De esta manera, es muy importante acompañar a los pequeños desde la tolerancia a la frustración y la gestión de las emociones.
Etapa 5: identidad versus confusión de identidad (12 a 20 años)
En esta etapa se fortalece la personalidad, por lo cual la crisis que se atraviesa se relaciona con el “¿quién soy?”. Empiezan las tensiones con los progenitores, ya que el adolescente intenta responder por sí mismo y establecer los propios gustos e intereses.
Etapa 6: intimidad versus aislamiento o amor (entre 20 a 30 años)
Aquí se trata de establecer relaciones de proximidad frente a la distancia con las otras personas. Esto implica la posibilidad de sentirse a gusto con el otro y de experimentar confianza con él. Quienes no logran resolver esta crisis, pueden inclinarse hacia las relaciones superficiales.
Etapa 7 : generatividad versus estancamiento (30 a 50 años)
Se trata de una etapa en donde las personas se plantean pasar más tiempo con la familia, aunque a veces se cuestionan si hicieron lo suficiente o si se quedaron atrás con sus metas personales.
Etapa 8: integridad del yo y sabiduría versus desesperanza (después de los 50 años)
Se refiere a la posibilidad del adulto de mirar su pasado y su presente con orgullo, con la habilidad de reconocer sus logros y sus fracasos desde la sabiduría. Quienes no logran superar este conflicto, quedan sumidos en la amargura, en la nostalgia y en la desesperanza por lo no conseguido.
Dependiendo de cómo haya sido el camino y la fortaleza del yo, será la manera en la que las personas podrán sobrellevar los cambios vinculados al envejecimiento.
Algunos aspectos a tener en cuenta
En primer lugar, Erikson no piensa en términos de polos opuestos y excluyentes. Por ende, es importante aprender a confiar pero es igualmente importante estarse atento ante determinadas situaciones.
Una de las diferencias más importantes entre las etapas de Erikson respecto a las de Freud es que las primeras no se limitan a la adolescencia, sino que continúan hacia la adultez. Esto tiene una razón de ser y es que el crecimiento no se estanca ni se detiene, pues continúa hasta el fin de nuestros días.
A su vez, Erikson no solo se focaliza en el desarrollo psicosexual como Freud, sino que también incluye a la dimensión psicosocial.
Un abordaje completo que tiene en cuenta lo social
Más allá de los postulados de Erikson y la forma en que organiza las etapas, vale la pena destacar el abordaje epigenético que propone el autor. Esta mirada enfatiza el rol de lo individual combinado con lo social para el desarrollo integral de las personas. Es decir, nos invita a entender a los sujetos dentro de su contexto, con todas las fortalezas y debilidades que este le puede aportar. Sin dudas, es un modelo más cercano y completo de la realidad humana.
Bibliografía
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- Bordignon, Nelso Antonio (2005). El desarrollo psicosocial de Eric Erikson. El diagrama epigenético del adulto. Revista Lasallista de Investigación, 2(2),50-63.[fecha de Consulta 10 de Noviembre de 2021]. ISSN: 1794-4449. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69520210
- Erikson, Erik. (1968, 1974). Identidad, Juventud y Crisis. Buenos Aires: Editorial Paidós.