Con la llegada de un hijo, el sueño es uno de los aspectos que más preocupan a los padres. Los despertares frecuentes, las dificultades para conciliar el sueño, la duda de si estará descansando lo suficiente… todas estas cuestiones pueden generar dudas en los progenitores. Por esto, queremos compartirte la tabla del sueño infantil para que la consultes a medida que tu pequeño crece.
En efecto, el descanso es fundamental para el buen desarrollo de los menores y esto se debe a diversos factores. Por un lado, durante el sueño se produce una liberación máxima de la hormona del crecimiento. Además, se llevan a cabo algunos procesos de regulación metabólica, que previenen el sobrepeso y que contribuyen a reponer las energías gastadas durante la vigilia.
Por el otro, mientras los pequeños duermen, sus cerebros crean y fortalecen las conexiones neuronales. Así, consolidan cierta información al mismo tiempo que descartan otra. En definitiva, optimizan su funcionamiento y sus capacidades cognitivas.
Por lo tanto, la falta de sueño puede afectar al crecimiento, a la salud y al rendimiento diurno del infante. Ahora bien, ¿cómo saber si un bebé o un niño duerme todo lo que necesita? Te lo contamos.
La tabla del sueño infantil
Esta práctica herramienta nos permite visualizar fácilmente cuántas horas de sueño necesita nuestro hijo. La misma marca las horas de descanso requeridas en cada etapa de la vida, pero lo hace a modo orientativo. Pues no podemos olvidar que cada niño es diferente, tiene unas necesidades específicas y avanza a su propio ritmo.
Aun así, resulta muy conveniente conocer los tiempos medios de descanso para cada edad y las recomendaciones de los expertos al respecto. Esto te permitirá detectar si tu hijo lleva una rutina de sueño insuficiente o si, por el contrario, te preocupas innecesariamente por este aspecto.
Debes saber que forzar a tu niño a descansar más de lo requerido también puede resultar contraproducente. Por ejemplo, favorecer a que un niño duerma siestas más largas de lo necesario, o las tome cuando ya no las necesita puede perjudicar su descanso nocturno y generarle dificultades para conciliar el sueño.
Por todo esto, te recomendamos tener esta tabla a mano y consultarla siempre que lo necesites.
¿Cuánto debe dormir un bebé?
El sueño en los bebés es muy diferente al sueño del adulto. Ellos, al inicio, solo presentan dos fases del sueño (en comparación con las 5 que desarrollarán posteriormente). Además, presentan despertares frecuentes para poder recibir alimento, atención o consuelo y les cuesta diferenciar entre el día y la noche. Así, tienden a dormir una gran cantidad de horas repartidas de manera equilibrada a lo largo de toda la jornada.
A medida que crecen y maduran, las horas totales de sueño se reducen y el patrón comienza a orientarse hacia el sueño nocturno. De este modo, cada vez logran dormir más horas seguidas por la noche y necesitan menos siestas. En cualquier caso, este puede ser un proceso duro para los padres, ya que afecta a su propio descanso. No obstante, contar con la información necesaria puede ayudar enormemente a sobrellevar las dificultades.
Durante los primeros meses de vida, un bebé necesitará dormir entre 16 y 18 horas en total. Sin embargo, ya a los tres meses es posible percibir que el sueño nocturno es mucho mayor que el diurno y que este último se reduce a unas 4 horas.
Esta progresión continúa hasta los 12 meses, momento en el que el descanso nocturno ronda las 12 horas y el niño puede tomar solo dos siestas (una por la mañana y otra por la tarde).
Cabe mencionar que aunque el niño duerma cada vez más horas por la noche, estas pueden no ser seguidas. De hecho, los despertares a esta edad todavía son frecuentes, aunque la capacidad de su estómago sea mayor y ya no despierte por hambre. En suma, hay que ser pacientes mientras sus hábitos de sueño se regularizan.
¿Cuánto debe dormir un niño?
A partir del primer año de vida la situación se vuelve más sencilla para los progenitores, quienes gradualmente recoperarán su propio descanso. Desde este momento hasta los tres años, el niño necesitará dormir unas 12-13 horas (algo menos a medida que crezca) y seguirá con una siesta por la tarde.
Al llegar a los cuatro años, muchos niños prescinden de este descanso diurno y duermen únicamente durante las noches. Sus requerimientos de sueño oscilan entre las 10 y las 12 horas.
En los niños de seis a nueve años, 10 horas de descanso nocturno son suficientes y este requerimiento será similar (quizá algo más reducido) hasta que inicien la adolescencia.
Durante este periodo, los despertares nocturnos ya no son un problema (aunque pueden aparecer de forma esporádica durante la infancia). Sin embargo, pueden presentarse otros retos, como los terrores nocturnos, las pesadillas o el insomnio infantil.
Por esto, siempre debemos estar atentos para asegurarnos de que los niños descansan lo suficiente y buscar ayuda si es necesario. La tabla del sueño infantil te ayudará a orientarte en todo momento.
Las rutinas ayudan a cumplir con la tabla del sueño infantil
Como has podido comprobar, en la tabla del sueño infantil se marca una progresión del sueño en los bebés y los niños, tendente hacia el descanso nocturno. Pero hemos de ayudarles a que este proceso se establezca.
En los bebés, es conveniente ayudarles a distinguir entre el día y la noche, permitiéndoles que duerman en silencio y oscuridad durante la noche y que convivan con el entorno estimulante durante el día.
En los niños, (aunque también en los bebés) las rutinas para antes de ir a dormir pueden ser de gran ayuda: realizad cada día el mismo ritual (por ejemplo: cepillarse los dientes, leer un cuento y un beso de buenas noches) para inducir el sueño en el niño y ayudarlo a asociar este momento con el acto de descansar.
En suma, con paciencia lograréis transitar todas las etapas y establecer buenos hábitos de sueño en el pequeño. No obstante, si en algún momento perciben que tu hijo no duerme lo suficiente respecto a las orientaciones y recomendaciones, no dudes en consultar con tu pediatra.
Bibliografía
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