
¿Qué hacer si mi hijo trae malas notas en el primer trimestre? Esta pregunta se la hacen los padres cuando aparecen problemas en la educación de sus hijos. Las consecuencias del bajo rendimiento académico suelen verse a la hora de recibir…
La sobrecorrección es una forma de aplicar consecuencias coherentes a las conductas inapropiadas de los niños para lograr eliminarlas.
Educar a un ser humano es un trabajo complejo que requiere grandes dosis de paciencia. En ocasiones, sentimos haberlo probado todo para reducir esos comportamientos indeseados de los más pequeños, y nada parece surtir efecto. En este artículo vamos a hablar de la sobrecorrección, una de las técnicas más eficaces para modificar conductas.
Tu hijo juega con la pelota dentro de casa, pega a su hermano, pinta la pared o tira los juguetes. A pesar de que le has pedido miles de veces que no lo haga, ha vuelto a suceder. Probablemente, la frustración te llevará a perder los nervios y a levantar tal voz. Le regañarás, le gritarás y pasarás un mal trago por tener que hacerlo y, aún así, es posible que la conducta reaparezca.
¿Cómo actuar entonces? Hemos de poner límites, pero estamos cansados de pelear con nuestros hijos. La sobrecorrección puede ser una buena herramienta educativa si te encuentras en esta situación. Te ayudará a eliminar comportamientos negativos a la vez que entrenas conductas deseables.
El conductismo es una rama de la psicología que estudia el comportamiento en función de sus consecuencias. De este modo, se postula que una conducta variará su frecuencia de aparición según sean las consecuencias que la sigan. Si estas son positivas, aumentará, mientras que si son negativas, disminuirá. De esta forma, modificando las consecuencias, podemos provocar cambios en la conducta.
Existen dos vías principales para lograrlo: si deseamos que un comportamiento aparezca con mayor frecuencia, utilizaremos el reforzamiento. Por el contrario, si queremos reducir o eliminar la presencia de una conducta, utilizaremos el castigo.
La sobrecorrección queda, por tanto, encuadrada dentro de las técnicas de castigo, pues su objetivo es disminuir la frecuencia de una conducta indeseable. No obstante, esta técnica presenta varias ventajas frente a otras de su misma categoría:
Sabemos que es una técnica operante encaminada a modificar comportamientos negativos, pero ¿cómo lo logra? Pues bien, se trata de que el niño realice de forma repetitiva o prolongada una conducta adecuada que esté directamente relacionada con aquella que deseamos eliminar. Además, el pequeño debe hacerlo de forma contingente a la misma.
Es decir, por cada conducta indeseable hemos de seleccionar otra relacionada, pero positiva. Cada vez que aparezca la primera, el niño debe realizar la segunda varias veces o durante un tiempo prolongado. Existen dos formas de aplicar la sobrecorrección:
Como vemos, a pesar de tratarse de un castigo, el elemento punitivo no es arbitrario, está completamente relacionado con la conducta problema. De esta manera, enseñamos al niño a través de las consecuencias naturales y no a partir de castigos irrelevantes.
Restituir el ambiente o practicar la conducta apropiada tiene un mayor valor educativo que, por ejemplo, castigarle sin ver la televisión. Por ello, y por su gran eficacia, la sobrecorrección es una técnica a tener en cuenta.