Los padres debemos reconocer las virtudes y fortalezas de los niños para potenciarlas adecuadamente. De esta forma, también les ayudaremos a alcanzar sus metas.
Muchas veces tendemos a centrarnos más en las debilidades y fallos de nuestros hijos que en sus fortalezas. Sin embargo, es recomendable dirigirse hacia ellos de forma más positiva.
Si ponemos la atención en aquello que se les da bien y en sus capacidades, fortaleceremos también su autoestima y su autoconcepto. Un aspecto necesario para que los niños se sientan bien con ellos mismos. A continuación, veremos cómo hacerlo.
Cómo reconocer las virtudes y fortalezas de los niños
Las virtudes y fortalezas de los niños no tienen que ver con sus preferencias o gustos. Por más de que un niño se sienta atraído por la música, esta no siempre será su fortaleza. Ahora bien, si desarrolla un talento musical, ahí encontraremos una.
En el colegio, este reconocimiento puede influir en la motivación y las ganas de aprender del alumnado. A su vez, puede ser muy útil para establecer grupos de trabajos compatibles e inculcar la importancia de trabajar en equipo.
Es posible que tengamos identificadas varias fortalezas de nuestros hijos, mientras que otras nos pasen inadvertidas.
Probemos alguno de los siguientes ejercicios para lograr este objetivo.
Observar al pequeño
Veamos cómo se relaciona con sus pares y cuál es su forma de actuar. Atendámosle cada vez que nos esté hablando o contando algo que haya pasado. Intentemos observar su reacción ante situaciones problemáticas, cómo socializa o qué soluciones busca para afrontarlas.
Por ejemplo, un niño que no tiene dificultad para hacer amigos, que evita las discusiones y las peleas e incluso media los conflictos que presencia tendrá grandes fortalezas como la inteligencia social, la empatía, el autocontrol y la capacidad para resolver conflictos.
Mirar el juego infantil
El juego de los niños también puede aportarnos datos clave sobre su forma de ser, la forma en la que afronta las distintas situaciones o cómo se percibe a sí mismo y al entorno.
Por ejemplo, si a un niño le gusta pintar y lo hace con frecuencia y constancia, podremos detectar virtudes en él como la creatividad, el poder de imaginación o la paciencia, entre otras.
Involucrar al niño en las tareas de la casa
Esta pauta no solo es beneficiosa para ayudarlos a desarrollar su autonomía y prepararlos para la vida, sino que también puede darnos pistas acerca de sus fortalezas.
Según la actividad doméstica que se proponga, el niño deberá cumplir distintos requisitos. Algunas actividades implican hacerlo con más precisión, otras requieren concentración, organización o hasta trabajarlas en equipo. Hay que observar en qué actividades destaca el niño y apuntar sus fortalezas.
Analizar sus puntos débiles y darles la vuelta
Puede que en algunas ocasiones nos encontremos con sus defectos y será importante darle un giro a nuestra forma de mirarlos. Tal vez estemos frente a una fortaleza que no hemos sabido ver y apreciar.
Por ejemplo, cuando un niño es excesivamente sensible podemos llegar a pensar que no tendrá el coraje suficiente para enfrentar la adversidad. Pero si tomamos esa sensibilidad como una fortaleza, descubriremos otras muy poderosas como la empatía, el sentido de justicia, el respeto hacia los demás y la generosidad.
Lo mismo ocurre cuando nuestro hijo es catalogado de “terco”, debido a su perseverancia y constancia en lo que hace. A pesar de lo negativo de esta etiqueta, sin lugar a dudas puede ser una virtud y no un defecto.
¿Cómo podemos potenciar sus virtudes y fortalezas?
Ya hemos aprendido a reconocer las fortalezas de nuestros hijos, así que ahora tenemos que saber cómo potenciarlas. A continuación te daremos algunas claves.
Hacerlos conscientes de sus virtudes
Para lograr este objetivo es importante utilizar alabanzas que refuercen su carácter y su personalidad, para que él mismo logre quererse y valorarse tal cual es.
Pero, ¡cuidado! Con esto no queremos decir que haya que adularlo todo el tiempo o premiarlo por cada cosa que haga, sino poner énfasis en aquellos aspectos positivos de su carácter que son dignos de sentir orgullo.
Potenciar sus virtudes
Es importante incentivar a nuestro hijo a realizar aquellas actividades que estén en sintonía con sus fortalezas.
Alentarle a que se apoye siempre en sus virtudes
Esto es primordial, sobre todo, en aquellos momentos en los que se presenten situaciones complicadas.
Cuando nuestro hijo se encuentre ante un problema de difícil solución, nosotros estaremos ahí para recordarle esas virtudes que le permitirán afrontar el conflicto. Podemos usar de ejemplo otras situaciones similares que se hayan resuelto de forma satisfactoria.
Sobre cómo reconocer las virtudes y fortalezas
Ahora que aprendimos a descubrir las virtudes y fortalezas de nuestros hijos es fundamental que los apoyemos de forma incondicional. De esta manera, entenderán que fallar no es lo importante y que lo que realmente importa es ser persistente y constante para alcanzar todas las metas que se propongan.
Debemos recordar que es necesario cambiar el discurso cuando nos referimos a nuestros hijos, ya que esto puede hacer que sus fortalezas se potencien o bien, se apaguen. Es necesario aprender a transformar sus aparentes defectos en virtudes, a pesar de lo que el entorno interprete de ellas.
Bibliografía
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- Grinhauz, A. S. (2012). El análisis de las virtudes y fortalezas en niños: una breve revisión teórica. Psicodebate, 12, 39-62.
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