Principales problemas a los que se enfrentan los prematuros tardíos

Nacer antes de tiempo no es una mera cuestión de fechas y los bebés prematuros tienen mayores dificultades para adaptarse al mundo fuera del útero. Conoce más al respecto.
Principales problemas a los que se enfrentan los prematuros tardíos
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Escrito por Leidy Mora Molina

Última actualización: 11 mayo, 2022

Los nacimientos antes del término son cada vez más frecuentes y la mayoría de ellos ocurren entre la semana 34 y 37 de la gestación. A estos bebés se los conoce como prematuros tardíos.

A pesar de los avances en medicina fetal y neonatal, aún son muchos los problemas de salud que enfrentan estos pequeños. Por este motivo, queremos contarte cuáles son y qué cuidados especiales deben brindárseles a estos bebés durante los primeros meses de vida.

¿A qué se denomina prematuro tardío?

Un nacimiento prematuro es aquel que ocurre antes de que se cumplan las 37 semanas de gestación. Dentro de este universo tan heterogéneo, se encuentran los bebés que nacen entre la semana 34.0 y la 36.6 y a ellos de los conoce como prematuros tardíos.

Estos niños no son “casi de término”, pues no se comportan como tal. De hecho, tienen tasas de enfermedad y de mortalidad más altas que aquellos niños que completan su madurez dentro del vientre materno. Esto es, básicamente, porque no existe máquina capaz de igualar lo que ofrece el útero durante la gestación. Y en esas últimas semanas del embarazo, los pequeños terminan de prepararse para sobrevivir en el mundo exterior.

feto bebe utero tranquilo relajado pulgar arriba placenta
Durante el último mes de la gestación se llevan a cabo importantes procesos que contribuyen a la maduración fetal. De esta manera, cuanto más tiempo permanezcan dentro del útero, mayores posibilidades de adaptarse tendrán.

Una tendencia que crece día a día

Por desgracia, la incidencia de nacimientos pretérmino se ha incrementado en los últimos años a nivel mundial. En España, por ejemplo, la tasa global de prematuridad está en torno al 7 % de los partos, dentro de los cuales casi el 70 % son prematuros tardíos.

De igual manera, en los Estados Unidos el incremento de nacimientos prematuros fue desde un 10,6 % en 1990 hasta un 12,2 % en 2009. Principalmente, a expensas de los prematuros tardíos.

Algunas de las explicaciones posibles para este fenómeno son las siguientes:

  • Incremento y mejora de las técnicas de reproducción asistida.
  • Aumento de la tasa de embarazos múltiples.
  • Mayor incidencia de partos inducidos.
  • Edad materna avanzada.
  • Incremento del número de complicaciones gestacionales, como preeclampsia, obesidad, diabetes gestacional, entre otros.

Aunque en la última década se ha evidenciado un aumento significativo de los nacimientos prematuros, también se han reducido las tasas de morbimortalidad en los recién nacidos. Sobre todo, debido a los cuidados especiales que reciben los pequeños en las Unidades de cuidados intensivos neonatales y al seguimiento riguroso que se les realiza durante los primeros años de vida.

¿Qué riesgos tienen los prematuros tardíos?

Como se comentó anteriormente, los prematuros tardíos son más propensos a padecer problemas de salud luego de nacer, debido a la inmadurez fisiológica y metabólica de su organismo.

De hecho, las tasas de reingreso hospitalario de prematuros tardíos son más elevadas que las de los nacidos a término. En general, los motivos más frecuentes son la deshidratación por dificultades con la lactancia, la ictericia, mal progreso de peso o problemas respiratorios.

Esta tendencia no solo se observa en el primer mes de nacido, sino que se extiende a lo largo de toda la niñez. Pues estos infantes son más propensos a padecer infecciones, alteraciones respiratorias y dificultades en el desarrollo.

A continuación, vamos a detallarte algunas de las afecciones de salud más frecuentes de los prematuros tardíos en el período neonatal y en la infancia.

Alteración en la regulación de la temperatura

Los bebés prematuros son más susceptibles a padecer hipotermia que los nacidos a término, ya que tienen menor cantidad de tejido graso y pierden el calor con mayor facilidad.

Además, presentan una inmadurez de la función termorreguladora cerebral (hipotálamo) que contribuye a perpetuar este problema.

Bebé prematuro en la incubadora.
La tasa de reingresos hospitalarios luego del alta del nacimiento son mayores en los prematuros tardíos que en los bebés de término. En general, sus dificultades se relacionan con la menor capacidad de adaptarse a la vida extrauterina.

Dificultad respiratoria

A las 34 semanas de gestación, el tejido pulmonar no se encuentra del todo maduro y la cantidad de surfactante aún es escasa. 

La inmadurez de este tejido predispone a los prematuros tardíos a sufrir distintas afecciones pulmonares, como el síndrome de distrés respiratorio, la taquipnea transitoria, o el fallo respiratorio.

Además, las infecciones respiratorias bajas, como la neumonía, pueden hacerse recurrentes en los primeros años de vida. Incluso, a menor edad, mayor será el riesgo de desarrollar bronquiolitis por el virus respiratorio sincitial.

Hipoglucemia

Los bebés que nacen con menor edad gestacional, tienen un mayor riesgo de padecer un descenso en los niveles de glucosa (hipoglucemia) en las primeras horas de vida. Esto se relaciona con una deficiente respuesta metabólica producto de la inmadurez de su organismo.

Apneas, bradicardia y muerte súbita

Los prematuros tardíos tienen mayor incidencia de sufrir apneas (centrales y obstructivas), así como también un descenso en su ritmo cardíaco (bradicardia). Ambas condiciones pueden aumentar el riesgo de desarrollar el síndrome de muerte súbita del lactante.

Problemas en el desarrollo neurológico

Otro de los problemas a los que se enfrentan los prematuros tardíos es el retraso en el desarrollo neurológico. En este sentido, la maduración cerebral se intensifica a partir de la semana 34. De hecho, en la semana 35 el cerebro del feto pesa solo un 65 % del cerebro de un recién nacido a término y su superficie externa contiene menos surcos.

En el caso de los prematuros tardíos, gran parte del desarrollo neuronal fetal debe realizarse fuera del vientre materno. Y como hemos mencionado, nada en el mundo puede equiparar a las condiciones que el útero provee. De esta forma, nacer antes de tiempo predispone al desarrollo de problemas de motricidad, cognitivos o conductuales en el pequeño.

Por este motivo, los prematuros tardíos deben tener un seguimiento pediátrico estricto durante los primeros años, con el fin de identificar precozmente cualquier problema neurológico o de otra índole. En la etapa pre escolar y escolar, estos niños pueden poner de manifiesto algunas de las siguientes condiciones:

  • Déficit psicomotor.
  • Problemas en el desarrollo del lenguaje.
  • Déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y problemas de aprendizaje.
  • Trastornos del comportamiento.
Niño distraído con TDAH.
El TDAH es una condición fuertemente asociada a la prematuridad, aunque esta no es su única causa.

Cuidados que deben llevar los bebés prematuros tardíos

Como hemos dicho, los bebés prematuros tardíos tienen mayores riesgos en su salud y por eso, deben recibir cuidados especiales luego del alta de la maternidad.

Las tasas de reingreso hospitalario son 2 a 3 veces mayores en el prematuro tardío que en el recién nacido a término.

Para evitar este desenlace, las distintas asociaciones pediátricas, como la Sociedad Española de Neonatología, sugieren una serie de cuidados para garantizar el bienestar del prematuro tardío:

  • Lactancia materna exclusiva: la leche de madre es el mejor alimento del bebé, sobre todo del prematuro. Los beneficios que brinda son claves para su crecimiento y su desarrollo. Sin embargo, es posible que existan mayores problemas de adaptación al pecho, debido a la inmadurez del bebé.
  • Piel con piel: el hábito de mantenerse piel con piel con el bebé, así como el método canguro, es muy beneficioso para los bebés prematuros tardíos. El contacto físico, los abrazos y las caricias, favorecen a la regulación de la temperatura corporal y al vínculo. Y luego, promueven un mejor desarrollo físico y neurológico.
  • Alimentación complementaria: los bebés prematuros tardíos pueden tener limitaciones en su crecimiento y la dieta debe estar supervisada por el especialista. El inicio de la alimentación complementaria debe basarse en su estado madurativo, en su edad corregida y en su desarrollo motor.
  • Esquema de vacunación: los prematuros tardíos deben seguir el mismo esquema de vacunación que los nacidos a término, sin importar su edad gestacional ni su peso de nacimiento. El adecuado cumplimiento, sin retrasos, es clave para prevenir la morbimortalidad por estas enfermedades infecciosas.

Los prematuros tardíos requieren de un seguimiento especial

Ciertamente, la mayoría de los bebés prematuros tardíos tienen una evolución favorable. Sin embargo, se les debe ofrecer un seguimiento especial durante los primeros años de vida, a fin de prevenir alteraciones o detectar a tiempo posibles problemas.

Para lograr el mayor bienestar de estos niños, lo más importante es el trabajo en conjunto entre los padres, los cuidadores y el personal de salud involucrado.


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