En muchas ocasiones, las noches y la hora de dormir se pueden convertir en un juego para los niños y en una tortura para los cansados padres. Quizá tu hijo no quiere ir a dormir y no sabes bien por qué le pasa: ¡debería estar cansando y dormirse enseguida! Pero, aunque esté cansado, la adrenalina que tiene le impide descansar bien.
Vamos a analizar algunas de las razones de por qué tu hijo no quiere ir a dormir y qué se debe hacer al respecto, tanto por su bien como por el tuyo propio. De esta manera, podrás pensar mejor en cómo deben ser las rutinas nocturnas a partir de ahora para favorecer el descanso de tus pequeños.
No está cansado para ir a dormir
¡No hay nada peor para un niño que ir a la cama cuando está completamente despierto! Hará cualquier cosa para evitar que apagues la luz; te pedirá una canción más, un cuento más, un vaso de agua…
Para determinar si este es el problema para tu pequeño, observa bien el horario de siesta de tu hijo; si duerme demasiado tarde en el día, es normal que por la noche no quiera dormir, ya que tendrá mucha energía de reserva. Acorta las siestas durante el día y aumenta el juego por la tarde. Así, estará cansado para cuando llegue el momento de comenzar las rutinas de ir a la cama.
Está cansado de más
Del mismo modo, cuando un niño está cansado, también puede costarle dormir por los niveles de cortisol que genera su organismo. A menudo, los niños se cansan bastante temprano en la noche, alrededor de las 6 a 7 de la tarde, pero los padres piensan que es demasiado temprano para acostarlos o pasan dos horas demasiado rápido con los quehaceres diarios.
Lo que sucede en este caso es que tu hijo se cansa tanto que recibe un segundo impulso, lo que le lleva a un estado de cansancio pero en el que no puede dormir. Están corriendo con adrenalina y necesitarán ayuda para relajarse lo suficiente como para permitir que su condición se transforme en sueño. La solución a esto es una hora de acostarse más temprana, precedida por una rutina tranquila, por lo menos una hora antes de que deba meterse en la cama.
Está demasiado entretenido como para ir a dormir
Los niños pequeños parece que nunca se cansan, que tienen pilas de infinita duración. Incluso, cuando tú estés más cansada, parece que para ellos no pasan las horas. Todo les entretiene y quieren descubrir cualquiera cosa que tenga a su alrededor. No quieren renunciar a descubrir el mundo ni cuando tienen que ir a la cama.
Si quieres que tu hijo coopere para ir a dormir, es necesario que su rutina sea siempre la misma y, sobre todo, que sea una rutina tranquila que le aporte paz interior. De esta manera, será más fácil que le entre el sueño a la hora que debe ser.
Quiere estar con los demás
A veces, los niños piensan que cuando están dentro de la cama suceden cosas maravillosas en casa. Escuchan los ruidos cotidianos, a los hermanos o a los padres hablar, y ellos quieren saber qué es lo que está pasando; ¡ellos también quieren formar parte! Si los demás no duermen, ¿por qué ellos sí?
Necesitan sus horas de sueño, por supuesto, pero ellos no siempre entienden eso, por lo que lo que quieren es disfrutar del momento igual que los demás. Para evitar que esto suceda, intenta que las luces del hogar sean tenues y que haya el menor ruido posible mientras tu pequeño tiene que dormir.
Le da miedo la oscuridad u otras cosas
La oscuridad de la noche, las sombras de la lámpara, los ruidos de la calle… Cualquier cosa puede darle miedo a tu pequeño. Tiene mucha imaginación y es normal que con una mente tan activa piense que algunas cosas son peligrosas, aunque no lo sean. No minimices sus miedos y, simplemente, apórtale tranquilidad.
Necesita una rutina para dormir
Todos los niños necesitan rutinas para dormir y, además, deben ser tentadoras para ellos. Es importante que las rutinas se conviertan en hábitos y, así, cuando llegue la noche y la hora de dormir, los pequeños ya sabrán qué esperar. Colaborará en la rutina activamente porque sabe qué viene después y qué se espera de él. Escoge la rutina que mejor se adapte a vuestra familia.
Quiere estar contigo
La compañía que tu hijo siempre quiere tener es la tuya. Por la noche, con la oscuridad del dormitorio, sentirá un poco de ansiedad de separación cuando te marches después de darle las buenas noches. Si él pudiera elegir entre dormir solo y estar contigo, ¿qué crees que escogería? ¡Estar a tu lado siempre!