Por cuatro esquinitas de nada: un cuento para reflexionar

Los cuentos son una herramienta pedagógica imprescindible para transmitir multitud de valores positivos. A continuación, hablamos sobre una historia infantil que fomenta la inclusión y la aceptación de lo diferente.

Grupo de personas reflexionando sobre la diversidad y la inclusión.

Por cuatro esquinitas de nada es un cuento para reflexionar que todos los niños deben conocer pues, a través de esta lectura, aprenden diferentes valores relacionados con la diversidad, la inclusión y la igualdad.

Dicha enseñanza es fundamental para educar a los más pequeños en un entorno en el que se fomente el respeto, la solidaridad, la dignidad, la tolerancia y la integridad. De modo que los niños crezcan y se desarrollen en un ambiente que favorece la convivencia positiva y las relaciones sociales sanas.

“Si enseñamos a los niños a aceptar la diversidad como algo normal, no será necesario hablar de inclusión, sino de convivencia”.

-Daniel Comin-

Por cuatro esquinitas de nada: un cuento para reflexionar

Por cuatro esquinitas de nada, escrito por Jérôme Ruillier, debería ser una lectura obligatoria, especialmente en la etapa infantil, pero también en los primeros cursos de educación primaria.

Este cuento para reflexionar, recomendado para niños a partir de 3 años, es ideal para el desarrollo de la inteligencia emocional. Trata sobre un cuadradito que juega con sus amigos, los cuales tienen forma circular. El principal problema se encuentra cuando tienen que volver a casa y, para entrar, hay que pasar por una puerta redonda, por la que Cuadradito no puede acceder.Por cuatro esquinitas de nada es un cuento para reflexionar sobre la inclusión.

Es entonces cuando el protagonista de la historia intenta cambiar. Pero, finalmente, se dan cuanta de que no hace falta, ya que pueden cortar cuatro ‘esquininitas’ de la puerta y hacer que el cuadrado entre por ella.

La moraleja de esta historia es que la sociedad debe adaptarse a las necesidades específicas de las personas, y no al revés. Por tanto, la comunidad tiene el deber de proponer soluciones prácticas y equitativas ante las limitaciones que este colectivo pueda encontrarse. Es decir, hay que adaptar los recursos sociales y educativos con el fin de incluir a todas las personas.

Así, se puede decir que, para conseguir llegar a ser una sociedad avanzada, se deben reconocer y aceptar las diferentes características, cualidades y capacidades que definen a cada individuo.

“Las diferencias encierran grandes oportunidades de aprendizaje. Las diferencias constituyen un recurso gratuito, abundante y renovable”

-Robert Barth-

La importancia de educar en la inclusión

La inclusión es un proceso de mejora e innovación que pretende minimizar o eliminar aquellas barreras que limitan a determinadas personas, con el fin de acabar con la discriminación, la exclusión y la marginación por:

  • Sexo.
  • Edad.
  • Idioma.
  • Raza.
  • Orientación sexual.
  • Discapacidad
  • Necesidades educativas. 
  • Orígenes étnicos o sociales.
  • Características genéticas.

Así, la inclusión defiende y pretende:

  • La igualdad de derechos y oportunidades.
  • La aceptación de las diferencias.
  • La diversidad social.
  • La accesibilidad universal.
  • El desarrollo del máximo potencial de las personas.
  • La interacción con todo tipo de personas.
  • El enriquecimiento cultural.
  • La participación en comunidad.Niños inclusivos en una silueta hecha de papel.

Así, tanto en casa como en el colegio, no solo hay que centrarse en el desarrollo cognitivo y académico, sino que también hay que encargarse de transmitir valores positivos y proporcionar habilidades sociales.

Por ello, tenemos que criar a los pequeños en un entorno inclusivo. De modo que, desde los primeros años de vida, aprendan a convivir, comunicar y relacionarse con todo tipo de niños, independientemente de sus características. Si enseñamos desde la infancia a comprender esta visión del mundo, podremos:

  • Formar a ciudadanos comprometidos y concienciados con las injusticias. 
  • Crear una sociedad futura mejor.

En definitiva, es un deber de la sociedad otorgar a las nuevas generaciones una educación de calidad, basada en la igualdad, el respeto a la diversidad, la cooperación y la colaboración. Y una buena forma de hacerlo, es a través de los cuentos.

“Las personas, al igual que las aves, son diferentes en su vuelo, pero iguales en su derecho a volar”

-Anónimo-

Bibliografía

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  • Baños-Pascual, C. (4 de noviembre de 2015). Por cuatro esquinitas de nada [Mensaje en un blog]. Aprendiendo a aprender. Recuperado de: https://blogpedagog.wordpress.com/2015/11/04/por-cuatro-esquinitas-de-nada/
  • Sánchez-Teruel, D. y Robles-Bello, M. A. (2013). Inclusión como clave de una educación para todos: revisión teórica. Revista española de orientación y psicopedagogía24(2), 24-36.
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