La piel del bebé

La piel del bebé es delicada y requiere ciertos cuidados especiales. Aún no está desarrollada por completo. ¿Te interesa saber más al respecto?
La piel del bebé
Maria del Carmen Hernandez

Escrito y verificado por la dermatóloga Maria del Carmen Hernandez.

Última actualización: 16 octubre, 2020

La piel del bebé es mucho más delicada y requiere cuidados especiales al momento de la higiene y de la humectación debido a que aún no se encuentra desarrollada por completo.

Comenzó su formación intrautero durante el primer trimestre del embarazo y hacia la semana 34 su función de barrera ya se encuentra casi completa. Así pues, después del nacimiento, la piel deberá adaptarse al mundo exterior, ya que hasta ese momento se encontraba en un medio acuoso.

Características de la piel del bebé

La piel de los bebés se pueden diferenciar de la piel del adulto de varias formas. En el examen clínico se puede observar de manera fácil que es más delgada, menos pilosa y tiene menos sudor y secreciones de glándulas sebáceas.

Papá con su bebé recién nacido en brazos.

Las glándulas sebáceas

Los niveles de sebo en la primera semana de vida son elevados debido a una fuerte estimulación androgénica de la secreción de sebo antes del nacimiento. Tales niveles disminuyen con el transcurso del tiempo.

La piel de los bebés contiene menos lípidos totales en comparación con los adultos y esto se correlaciona con niveles bajos de sebo medidos a los 6 meses de vida.

El recambio celular

Durante los primeros 3 meses de vida, la descamación aumenta sobre todo en las zonas faciales por un incremento del recambio epidérmico, pero no en la zona del pañal por efecto oclusivo del pañal. La menor descamación en las mejillas en comparación con la frente puede estar relacionada con la mayor densidad de glándulas sebáceas en la zona malar.

La fotoprotección

La melanina crea un filtro de densidad y protege las células epidérmicas del daño de la luz ultravioleta. Los bebés tienen una concentración más baja de melanina en comparación con los adultos en la piel expuesta al sol. Por ende, la respuesta adaptativa de la piel a los rayos ultravioleta comienza desde el primer verano de vida.

De acuerdo a la Academia Estadounidense de Pediatría, los bebés menores de 6 meses deben mantenerse alejados de la luz solar directa tanto como sea posible. Se recomienda resguardarlos mediante métodos físicos como sombrillas, cochecitos o tan solo mantenerlos a la sombra.

Las glándulas sudoríparas

La capacidad de sudar se correlaciona con la edad gestacional y existe una tendencia a la anhidrosis total (falta completa de sudoración) en el recién nacido prematuro en los primeros días después del nacimiento.

Los lactantes menores de 36 semanas comienzan a sudar después de la estimulación por la temperatura ambiente durante la segunda semana de vida. Sin embargo, la intensidad de la respuesta del sudor depende de la edad gestacional.

La hidratación de la piel del bebé

Al nacer, la superficie de la piel es más áspera y seca en comparación con la de los niños mayores. Durante los primeros 30 días de vida, la suavidad de la piel se correlaciona con un aumento de la hidratación de la piel.

Durante los próximos 3 meses, la hidratación de la capa más superficial de la piel aumenta y supera el nivel de hidratación que se encuentra en los adultos.

La maduración funcional de las glándulas sudoríparas puede ser el principal mecanismo relacionado con el aumento de la hidratación de la piel después del nacimiento.

Bebé jugando con sus pies.

PH de la piel

Los niveles de pH de la piel de los bebés son más altos que los de la piel de los adultos, que generalmente se caracteriza por un valor de pH entre 5 y 5,5.

Los recién nacidos tienen superficies cutáneas alcalinas, que van de 6,34 a 7,5, según el sitio anatómico. Varios mecanismos juegan un papel en el pH alcalino de la piel al nacer; el más relevante es la exposición al líquido amniótico alcalino durante la vida antes del nacimiento.

Microbioma de la piel

La piel humana está colonizada por una variedad de microorganismos, la mayoría de los cuales son inocuos u ofrecen un beneficio a su huésped. L a barrera cutánea sirve para prevenir la invasión de microorganismos patógenos y apoya el crecimiento de bacterias comensales.

Desde el momento del parto, los recién nacidos están expuestos por primera vez a diferentes tipos de bacterias de diversas fuentes. Inmediatamente después del nacimiento, el microbioma de la piel parece no diferenciarse entre las distintas partes del cuerpo. Posteriormente, la composición de la microflora de la piel infantil resulta ser específica del sitio, similar a la de los adultos.

Cuidados especiales para la piel del bebé

Con base en base la susceptibilidad a irritaciones, infecciones, agresiones mecánicas y térmicas y la alta permeabilidad a los agentes tópicos, se deben aplicar prácticas de cuidado preventivo para preservar la integridad de la piel del recién nacido y evitar complicaciones.

El uso de emolientes puede ser útil para restaurar la elasticidad de la piel, mantener la homeostasis de la mismo y controlar la pérdida transepidérmica de agua.

La limpieza de los bebés debe realizarse con especial cuidado para evitar la irritación de la piel o los ojos y la predisposición a infecciones y enfermedades de la piel. Por lo tanto, se recomienda el uso de limpiadores líquidos, de pH neutro o ligeramente ácidos para la limpieza.


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