No existen miedos a tu lado, mamá

Descubre en este artículo cómo logra una madre fortalece la autoestima de un hijo y ayudarlo a desprenderse de todos los temores que le surgen.

Los bebés necesitan tener un contacto frecuente con sus madres desde el primer momento. Pues, son ellas las que se encargan de proporcionarles el alimento más nutritivo, hacerlos sentir protegidos y brindarles las muestras de cariño más puras.

Del mismo modo, desde que la madre da a luz se fija la prioridad de proteger el bienestar de su bebé. A causa de ello, se interesa en estar siempre junto a él para saciar cada una de sus necesidades y tranquilizarlo siempre que lo requiera.

La interacción con la madre es clave para que el niño tenga un gran desarrollo emocional. Esto debido a que en esos momentos en los que están juntos se estimulan sus sentidos al máximo, se transmiten valores esenciales y se enseña la importancia de desahogarse.

Además, en esos momentos en los que comparten la madre y el hijo se fortalece cada vez más el vínculo afectivo. Pues, aprenden a conocerse mejor, se vuelven cómplices inseparables y se cuidan entre sí.

La madre aísla los miedos de su hijo

Es normal que a un niño le surjan varios temores, pues se encuentra en una etapa en la que recién empieza a conocer el mundo. Sin embargo, su madre se encarga de hacerlo fuerte y alejarlo de esas sensaciones de incertidumbre.

Esto ocurre porque ella le entrega una compañía incondicional. De esa manera, el niño es consciente de que en todo momento cuenta con un apoyo que está pendiente de él para impulsarlo, alertar cualquier peligro y socorrerlos.

Además, el niño se acostumbra a tener a alguien con el que puede desahogarse en cualquier momento. Debido a ello, a través del diálogo despeja sus dudas y encuentra la seguridad que necesita para sobreponerse de todos los obstáculos.

Adicional a esto, la madre siempre se dedica a resaltar cada una de las habilidades de su hijo. Así, lo convence de que puede llegar a cumplir cada uno de los aspectos que se proponga y desvanece las angustias.

También, el amor que la madre le entrega a los hijos les permite tener una excelente autoestima. De esa manera, se acostumbran a expresar sus puntos de vista con seguridad, actuar con decisión y dejar atrás todos los miedos que los puedan invadir.

Por otra parte, el hijo encuentra una motivación constante que lo lleva a involucrarse en nuevos retos. Así, se vuelve cada vez más fuerte porque enfrenta todo lo que se le presente y no se deja vencer por los aspectos negativos que invadan sus pensamientos.

No hay nada como la compañía de mamá

La compañía de la madre es la que prepara a los hijos para la vida, pues les comunica todas las enseñanzas que necesitan para salir adelante. De igual modo, les transmite a sus hijos que los entiende y que en ningún momento los va a dejar solos.

Además de esto, la interacción con la madre le permite a los hijos dejar a un lado la ansiedad que los invade. Pues, les ayuda a gestionar sus emociones, los hace sentir importantes y los convence de que todo saldrá como esperan.

Es así como la relación con la madre es fundamental para que los niños tengan un gran desarrollo cognitivo y social. Esto ya que es la persona que los anima a encontrar nuevos aprendizajes, intentar evolucionar y aprender a relacionarse con los demás.