Una preocupación enorme de los padres con hijos en edad escolar es su conducta. Ellos temen que los niños sean víctimas de un compañero cuya conducta no es la apropiada o, peor aún, que ellos mismos sean de esos niños que se portan mal en clase. ¿Cómo podemos remediar esta compleja situación?
Cuando hablamos de niños que se portan mal en clase, nos referimos en específico a aquellos que no prestan atención, desoyen los retos del maestro y tratan mal a sus compañeros. Si bien no siempre se llega al extremo de ejercer el bullying escolar, esta también puede ser una conclusión a mediano o largo plazo.
Para prevenir y solucionar este problema, hay ciertas cosas que los mayores a cargo deben saber. A continuación, detallamos algunas de ellas.
Motivos que pueden causar mal comportamiento en la escuela
Una de las primeras causas que conducen a la mala conducta en la escuela es la necesidad de atención. Principalmente, esto se da cuando los padres no dedican el tiempo que su hijo necesita o, si lo hacen, este no es de la calidad adecuada. Por eso, los niños recurren a este comportamiento a modo de ‘señuelo’ para que la atención de los mayores se dedique a él, aunque sea de manera negativa.
Un segundo posible causante de este problema puede ser una mala imposición de límites en casa. Como el niño está acostumbrado a hacer lo que desea, no sabrá reconocer los derechos de sus compañeros o incluso las órdenes de sus superiores en el colegio.
Un tercer desencadenante que merece la pena destacar es la imposibilidad de controlar sus emociones y, como consecuencia, sus respuestas a ellas. También es posible que el niño experimente alguna condición psicológica que le impida estar tranquilo y centrado. Por lo general, estos casos son poco comunes y se resuelven con terapia.
Acciones a tomar con los niños que se portan mal en clase
Si nos encontramos en presencia de un caso de mala conducta escolar, todos los adultos cercanos al pequeño deben tomar participación en la resolución del problema. Por supuesto, aquí se incluye a padres y maestros. A continuación, enumeramos algunas prácticas que pueden ser beneficiosas para solucionar este inconveniente:
1. Brindarle atención y afecto
Así como la falta de atención fue la primera causa que mencionamos, la primera recomendación de esta lista tiene que ver con atender a este problema. Un niño debe sentirse escuchado y querido por sus padres; así, conservará su estabilidad emocional y no será necesario que recurra a estas malas prácticas para conseguir lo que desea.
“Una de las primeras causas que conducen a la mala conducta en la escuela es la necesidad de atención”
2. No ceder autoridad
Este es un consejo válido tanto para padres como para maestros. De ninguna manera estos deben conceder a los niños que se portan mal en clase todo lo que quieren; de este modo, solo estarán reforzando su conducta. Por el contrario, trabajar en la elaboración de límites es una prioridad en estas situaciones. Tanto en la casa como en el colegio, el pequeño debe saber que no puede contar con la amenaza de ‘portarse mal’ cada vez que desee algo.
3. Mantenerlo motivado y ocupado
No todo se reduce a confrontar con un niño que se porta mal. De hecho, debemos intentar ganarnos su buena predisposición involucrándolo en actividades que le resulten interesantes y motivadoras.
El peor error que se puede cometer es desconsiderarlo a la hora de plantear ejercicios debido a su falta de voluntad. Es justamente lo opuesto lo que debemos buscar: que deje de lado su conducta incorrespondida para cambiarla por una actitud proactiva, positiva y de comprensión y respeto.
4. Comunicación entre padres y docentes
Como mencionamos antes, los padres han de estar constantemente involucrados en la vida escolar de su pequeño. Tienen que estar al tanto de todo: materias en las que le va bien, aquellas que le cuestan un poco y, sobre todo, las relaciones con su entorno. De este modo, podrá llevar a cabo la charla correspondiente para ver qué pasa.
Sin embargo, para que lo anterior sea viable, hace falta contar con la ayuda de profesores observadores y atentos. Al fin y al cabo, ellos son quienes están a cargo de los niños y conocen mejor que nadie lo que ocurre en los salones de clase. Además, pueden tejer con los progenitores estrategias de educación y trabajo con cada niño.
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Actuar y no dejar pasar
Aunque parezcan obviedades, estas técnicas son los primeros e ineludibles pasos a seguir si debemos afrontar casos de niños que se portan mal en clase. Antes de aplicar castigos de manera precipitada, debemos agotar otras instancias más productivas para el futuro del pequeño.
Es importante tratar la agresividad en la edades tempranas y desde el preescolar, pues de esta manera se podrán prevenir las conductas agresivas
en Educación Primaria (que de físicas e instrumentales pasan a ser verbales) y lo que es peor, los casos de buylling en la adolescencia.
No dejemos pasar ningún episodio, aunque nos parezca nimio o poca cosa. No hay violencia pequeña.
Bibliografía
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