Los niños crecen demasiado rápido y no hay verdad más genuina que esta. En un abrir y cerrar de ojos, dejan de ser nuestros pequeñines para convertirse en hombres y mujeres.
Sin embargo, nosotras como mamis debemos hacer lo que esté en nuestras manos para que ellos disfruten completamente cada etapa de sus vidas, como la infancia, la pubertad y la adolescencia.
Centremos nuestra atención en la etapa infantil. Si vemos que la princesa de la casa se calza nuestros tacones, esto será motivo de orgullo para nosotras y celebraremos su coquetería.
Igual puede pasar con el varoncito y sus ganas de imitar a papá, pero debemos estar alerta cuando observemos que nuestros pequeñines quieren volar y asumir actitudes que no corresponden con su edad.
Enseñemos a nuestros hijos lo divertido de ser niños para que no tengan prisa en crecer
Procurar una infancia feliz y plena para los hijos puede significar un reto para las mamás, porque no siempre tenemos el tiempo disponible para supervisar qué hacen los niños. Pero con un poco de atención, estrategia y mucho amor, lograremos que se sientan a gusto con cada fase de su niñez.
Mamá y papá, el mejor ejemplo
Como padres siempre querremos compartir todas nuestras actividades con los niños. Por esa razón, disfrutamos cuando podemos llevarlos a la oficina, cuando nos acompañan a hacer cualquier diligencia o trámite y cuando están allí en los tiempos de ocio.
Desafortunadamente algunos niños pasan tanto tiempo rodeados de adultos que se les olvida en qué consiste ser niños.
Así los puedes ver, siendo testigos de una reunión de negocios de papi o asistiendo a una velada de mami con sus amigas. Esto no está mal, pero si se hace una costumbre, ellos no se animarán a compartir con niños de su edad y se interesarán más por las actividades de los adultos.
Por ejemplo, una madre que visita el salón de belleza con su hija de siete años y permite que le hagan manicura y que la maquillen, sin querer está contribuyendo con el hecho de que su niña haga cosas que no son correctas para su edad.
Enseñar a las niñas a ser coquetas y femeninas es completamente normal, pero animarlas a estar muy pendientes de su apariencia puede desviar sus intereses.
Una niña que pierde la perspectiva de lo que significa la niñez, puede incluso comenzar a compararse con sus amigas de escuela, a presumir de lo que mamá le permite y comenzar una competencia entre quiénes se ven mejor. Lo que resulta inapropiado para niñas tan pequeñas.
Los padres somos los encargados de construir el presente y futuro de nuestros hijos
¿Quieren ser adultos? Enseñalos a disfrutar su niñez
Con las responsabilidades de la casa y el trabajo, olvidamos lo maravilloso que es bajarnos de los tacones y sentarnos en el piso a jugar con nuestros hijos. Pero es primordial que hagamos un esfuerzo y nos interesemos en sus actividades diarias.
El hecho de compartir con nuestros hijos no puede limitarse al momento de hacer las tareas escolares
Lo ideal es compartir un juego de mesa, armar figuras de legos, leer cuentos, ver películas infantiles y todo lo que se nos ocurra para demostrarles que somos felices haciendo las cosas que a ellos les gustan
Si tus niños observan que papá y mamá son felices haciendo cosas de niños, ellos no tendrán urgencia en crecer o ser adultos.
Influencia de aparatos electrónicos
Los teléfonos móviles, las tablets y ordenadores son herramientas que nos facilitan el día a día, pero cuando la tecnología está en manos de los niños se corre el riesgo de que sea mal utilizada. Y es que un aparato electrónico es la puerta a un mundo desconocido: Internet, donde nuestros niños pueden estar expuestos a información que no es apta para su edad.
Ante este riesgo latente siempre será buena idea limitar el uso de estos dispositivos, supervisar qué programas y aplicaciones utilizan para evitar problemas
¿Cuáles son los mejores recuerdos de tu niñez? Después de responder a esta pregunta, ten en cuenta que los padres somos los constructores de los recuerdos de nuestros niños, haz todo lo que esté en tus manos para que cuando sean grandes agradezcan a papá y mamá la infancia que le permitieron tener.