Cuando un niño se pierde puede llegar a ser muy terrorífico e incluso traumático. Todos nos hemos perdido alguna vez de pequeños, al menos por unos minutos, en algún espacio público como un supermercado, una playa o un centro comercial. La sensación de perder de vista a los adultos conocidos es verdaderamente desagradable cuando apenas se alcanza el metro de altura.
Sin embargo, se trata de una situación muy frecuente que no le sucede únicamente a los niños hiperactivos o a los padres irresponsables. Aun al tomar todos los recaudos pertinentes, es imposible garantizar que los pequeños se queden a nuestro lado en todo momento.
¿Cómo se siente un niño cuando se pierde?
Hay niños que no toleran estar ni siquiera unos minutos lejos de sus padres, a pesar de estar al cuidado de otros adultos de confianza como familiares o docentes. Otros, son más independientes, por lo que pueden pasar horas o días sin la presencia de sus progenitores y esto no acarrea ningún problema. Así, la percepción de una vivencia puede sentirse de una forma muy diferente en un menor u otro.
Cada niño es una persona con necesidades individuales. Sin embargo, en general, los pequeños se sienten desprotegidos y con ansiedad, ya que estar en un espacio público sin adultos de confianza se percibe verdaderamente amenazante.
Según su edad, su nivel de desarrollo, sus habilidades sociales y su gestión emocional, el niño podrá actuar de una forma más o menos conveniente. Algunos entienden que en una situación así deben acercarse a un oficial de seguridad para pedir ayuda. Otros, entran rápidamente en desesperación y se largan a llorar. También, están los que reaccionan de un modo pasivo y se sientan en la calle a esperar que vengan por ellos. El panorama puede ser muy distinto.
La experiencia de los adultos
Pocas situaciones son tan desesperantes como perder de vista a un hijo pequeño fuera de casa. No es de extrañar que los niños se pierdan en espacios donde hay grandes aglomeraciones, como los balnearios, las calles comerciales o los parques de juegos. Los menores quieren disfrutar, lo cual a menudo los lleva a alejarse más de lo conveniente.
Una vez que los padres advierten que no saben dónde está su hijo, la preocupación y la angustia emerge abrupta e intensamente. Entonces, aparece la taquicardia y en la mente se pueden visualizar los peores escenarios. Cuando tu niño se pierde, tu mundo se paraliza. No obstante, y felizmente, la mayoría de las veces esta situación queda solo en un gran susto, pues luego de unos minutos se logra dar con el paradero del pequeño.
Además, hay niños que ni siquiera se enteran de su propio extravío, porque no lo perciben como tal. En ocasiones, los chicos simplemente se entretienen y juegan solos o con amigos y sin darse cuenta se pierden de sus familias. Este caso es el menos perjudicial para el pequeño, pues no llega a sentirse desamparado.
Pasos a seguir cuando se pierde nuestro hijo
Ojalá que nunca tengas que buscar a tu niño luego de perderse entre la multitud. Pero, si tienes que atravesar por esta incómoda situación, es mejor que estés al tanto de cómo proceder. Recuerda que perder a tu hijo no te hace mala madre, lo cierto es que basta con girar medio segundo para buscar tus gafas, para que tu pequeño se extravíe.
Lo que se debe hacer si un niño se pierde es lo siguiente:
- Intentar mantener la calma.
- Acudir enseguida al personal de seguridad del lugar y dar aviso.
- Brindar información clara y concisa: el nombre del pequeño, sus características físicas y una descripción de la vestimenta que lleva puesta. Además, es importante aclarar cuándo y dónde lo viste por última vez.
- Dejar trabajar a los socorristas, quienes aplicarán el protocolo pertinente.
- Continuar la búsqueda por tu cuenta y pedir ayuda a otras personas que estén en el mismo sitio.
- Una vez que hayas encontrado a tu niño, es recomendable no regañarlo en el momento, sino esperar a estar en casa para conversar sobre lo sucedido.
¿Cómo prevenir esta aterradora situación?
Como ya hemos dicho, ningún padre está exento de perder a su hijo. Ni siquiera los más responsables, cuidadosos y meticulosos pueden saber con certeza que jamás se verán en la necesidad de buscar al niño porque se ha perdido. Sin embargo, existen diferentes estrategias de prevención para evitar que esto suceda o bien para resolver esta situación de la forma más veloz y práctica posible.
Como primera medida, es fundamental hablar de esto con nuestros hijos. Para ello, se debe utilizar un vocabulario sencillo y claro. Por ejemplo, podemos explicarles que en sitios donde hay mucha gente podría perdernos de vista por un momento. También, que si eso ocurre, debe pedir ayuda al personal de seguridad o a otras familias.
Para que esta situación tan aterradora dure lo menos posible, es importante que el niño recuerde información básica, como su nombre completo, el de sus padres y algún número telefónico de contacto.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Fernandez, L. E. (2009). Ansiedad infantil e implicación de los padres: una revisión. Behavioral Psychology/Psicología Conductual, 17(1), 67-88. https://go.galegroup.com/ps/anonymous?id=GALE%7CA226571530.
- Ramírez, M. A. (2005). Padres y desarrollo de los hijos: prácticas de crianza. Estudios pedagógicos (Valdivia), 31(2), 167-177.