El aprendizaje no es una tarea sencilla, por ello, para apoyar y facilitar este proceso, muchos maestros utilizan las llamadas mediaciones. Hablamos, a continuación, de mediaciones frías y cálidas.
Existen varias investigaciones que afirman que, cuando nos enfrentamos a la resolución de un problema o una nueva tarea, se activan ciertos procesos cognitivos, motivacionales y emocionales. Por otro lado, cuando el niño realiza una nueva tarea que aun no domina, se le pueden proporcionar dos tipos de mediaciones o ayudas para conseguir la meta de dicha tarea.
Importancia de ofrecer al niño estas mediaciones frías y cálidas en el proceso de aprendizaje
Las ayudas a las que nos referimos son las mediaciones frías y cálidas. Pero, para entender y ofrecer estas ayudas, es necesario considerar qué procesos se ven facilitados por ellas.
Así pues, cuando hablamos de procesos cognitivos, nos referimos a las mediaciones frías. Estas mediaciones son ayudas dirigidas a favorecer y facilitar la comprensión y afrontamiento de un problema o nueva tarea. Es decir, son ayudas que especifican qué debe o puede hacerse para facilitar al niño la resolución de la tarea en sí; ya sea resolver un problema, redactar un comentario, hacer un resumen…
Ahora bien, cuando hablamos de procesos motivacionales y emocionales, nos referimos a las ayudas cálidas. Estas mediaciones son ayudas que se centran en los procesos de carácter motivacional y emocional implicados en la resolución de una nueva tarea o un problema.
Es decir, es un estado interno que inicia y mantiene una conducta orientada a un objetivo. Por lo tanto, aquí se incluyen los motivos, la forma de afrontamiento y las creencias para con esa tarea.
Estos dos tipos de mediaciones o ayudas no son ayudas aisladas, sino que son ofrecidas al niño de forma paralela cuando tiene que realizar una tarea. Ahora bien, para que las ayudas frías sean exitosas, dependen, a su vez, de las ayudas cálidas. Es decir, las ayudas cálidas potencian el efecto de las frías. Veamos cada una de ellas
Mediaciones frías o ayudas frías
Según Sánchez, las mediaciones frías son “ayudas que movilizan los procesos cognitivos específicos de una tarea”. Es decir, son ayudas que tiene que ver con los procesos mentales (cognitivos) que intervienen y facilitan el desarrollo y la resolución de una tarea.
Las ayudas frías suponen activar un conjunto de estrategias y procesos orientados a resolver, de manera conjunta (profesor-alumno), la resolución de una tarea o un problema. Para ello, se deben fijar unas metas y seleccionar los medios adecuados para conseguirlas. A medio-largo plazo, estas ayudas propician la autonomía en el proceso de aprendizaje.
¿Qué sucede a nivel de procesos cognitivos (dimensión fría) cuando nos enfrentamos a una nueva tarea? Ante nuevas tareas, la mente desarrolla un plan de acción para intentar alcanzar una meta, es decir resolver el problema.
Para ello, establecemos un estado inicial, un punto de partida donde se definen y se plantean los objetivos a cumplir (planificación). A continuación, intentamos encontrar un plan de acción que nos permita resolver la tarea (desarrollo). Y, finalmente, llegamos al estado final, donde reflexionamos sobre lo que hemos conseguido o no (evaluación). Así pues, en el caso de la dimensión fría, existen tres momentos:
Planificación
En esta fase, las ayudas frías van dirigidas a activar los conocimientos previos (lo dado). Igualmente, mediante estas ayudas, fijaremos una meta u objetivo conjunto, y haremos saber al niño cómo vamos a conseguir dicha meta. Para ello, se pueden utilizar indagaciones, evocaciones, plantear objetivos…
Supervisión o desarrollo
Identificaremos la mejor forma de enfrentar la tarea y llegar a la meta (lo nuevo). Es decir, debemos desarrollar un plan de acción para conseguir la meta.
Para ello, nos marcaremos un estado inicial y un estado final. Entre medias está el desarrollo de la tarea. Es aquí donde debemos ayudar a organizar y comprender la información al niño. Aí, las ayudas consistirán en hacer relaciones entre ideas, explicaciones, repeticiones, ejemplos, recapitulaciones, preguntas…
Evaluación
En esta etapa final, reflexionaremos sobre si el niño ha conseguido la meta que propusimos al inicio (evaluación). Lo haremos formulando preguntas que sinteticen los contenidos más importantes. De esta forma, la respuesta del infante hará explícito su aprendizaje. Otras ayudas que se pueden ofrecer son recapitulaciones y resúmenes con las ideas más importantes.
Mediaciones cálidas o ayudas cálidas
Sánchez define las mediaciones o ayudas cálidas como “ayudas que movilizan procesos motivacionales– emocionales”. Se puede decir que, las ayudas cálidas se basan en las creencias y en las emociones de cada persona cuando se enfrenta a una nueva tarea.
Por lo tanto, su función es ayudar a controlar los procesos de carácter emocional y motivacional. A su vez, generan seguridad en el niño, por lo que favorecen el aprendizaje significativo.
No hay que olvidar que las ayudas cálidas no son ayudas aisladas, sino que son ofrecidas al niño de forma paralela a las ayudas frías. Como hemos dicho, las ayudas cálidas potencian el efecto de las frías.
Al igual que las mediaciones frías se organizan en tres momentos, las mediaciones cálidas también, y lo hacen de forma que coinciden con los momentos de las frías.
Predecisional
Para Sánchez, este momento es una fase deliberativa. “Es una fase que antecede a la realización de una tarea, en la que se sopesa si se acepta o no su realización y con qué grado de compromiso”.
Se puede decir que es un momento de reflexión y valoración sobre la importancia y el sentido de realizar la tarea. Una vez pensado lo que queremos conseguir con la tarea, establecemos un compromiso. Es decir, determinamos si merece o no la pena implicarse en ella.
Así, las ayudas cálidas van encaminadas a facilitar la tarea y el grado de deseabilidad. Estas mediaciones irán dirigidas a estimular las valoraciones intrínsecas de la tarea, plantear desafíos, atender a la competencia y autonomía, etc.
Postdecisonal
Esta fase representa nuestra propia voluntad a la hora de realizar la tarea (volición). Esta fase volitiva, según Sánchez, “es una fase en la que se está realizando una tarea y es preciso protegerse de todos aquellos elementos que pueden alejarnos de ella”.
Por lo tanto, una vez que nos hemos implicado en la tarea, el objetivo principal es mantener y proteger la meta con la que nos hemos comprometido. Para este fin, se debe regular y gestionar el propio comportamiento, los pensamientos y las emociones. Por lo tanto, las ayudas van dirigidas al control motivacional.
El objetivo es que el niño no abandone la tarea y no caiga en el aburrimiento o en la ansiedad. Así, las mediaciones cálidas irán dirigidas a ofrecer al infante valoraciones de autoeficacia, éxito, competencia, etc.
Postaccion o evaluación
En este último momento evaluamos cómo hemos resuelto la tarea, y si hemos triunfado o fracasado en la meta que nos habíamos propuesto en momentos iniciales.
Según Sánchez, esta fase “es un momento que sigue a la realización de la tarea académica, en el que el alumno obtiene un resultado de la misma y busca una explicación para el mismo”.
En definitiva, evaluamos si la meta propuesta ha sido alcanzada y hasta qué punto lo ha sido. Las mediaciones cálidas en esta última fase consisten en feedback que hará alusión al logro y a sus efectos, a valoraciones positivas, a correcciones…
A tener en cuentas sobre las mediaciones frías y cálidas
Como hemos visto, los dos tipos de mediaciones o ayudas deben darse a la par. Por un lado, las ayudas frías ayudan al niño a nivel cognitivo, es decir, se encargan de la construcción del conocimiento. Mientras que las ayudas cálidas ponen en marcha procesos emocionales y motivacionales que se activan para mantener el interés hacia esa construcción.
Ahora bien, las ayudas frías serían suficientes para organizar y regular el aprendizaje, sin embargo, el papel de las cálidas reforzará las ayudas a nivel cognitivo.
Además, ofrecer ayudas cálidas es especialmente necesario y beneficioso, sobre todo en sesiones o clases si estas se alargan en el tiempo, si requieren un gran esfuerzo para los niños o si son de carácter rutinario y repetitivo. Igualmente, las mediaciones cálidas son beneficiosas para promover la autonomía en los niños.
Bibliografía
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- La lectura en el aula. Qué se hace, qué se debe hacer y qué se puede hacer. E. Sánchez, R. García, J Rosales. Barcelona: Grao, 2010
- Una herramienta para motivar. De Sixte. (2017)