Ni la buena madre ni el mejor padre se olvida. Los padres que aplican esa crianza consciente y esa educación hábil, madura y ante todo presente, no se olvidan de que hoy es el mejor día de sus hijos, y por ello, al igual que ayer y al igual que lo harán mañana, los escuchan, los abrazan, los hacen reír y ante todo… los disfrutan.
En los últimos años, algo que todos hemos notado es que corrientes como el Mindfulness han llegado para recordarnos -e incluso advertirnos- de que debemos bajar el ritmo, y de que lo más importante, acontece siempre en el “aquí y ahora”. Quizá, por ello, no nos extraña que cada vez sean más las familias que asumen un nuevo y acertado concepto en la crianza con sus hijos.
Una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz
-Agatha Christie-
De hecho, ya se empieza a oír un término muy interesante: “mamás zen”. Son grupos de mujeres que han iniciado un movimiento que va más allá de las clases de yoga o de meditación. Lo que promueven es desarrollar una actitud más sosegada, paciente y ante todo más presente con sus hijos, ahí donde saber escuchar, ahí donde entender que todo gesto cuenta, que toda palabra, caricia, silencio o distancia puede dejar huella en el cerebro del niño.
Lo esencial es evitar esas dinámicas tan comunes donde quitar cuanto antes el pañal, conseguir que coman sólido muy pronto, que aprendan a vestirse rápido, a terminar sin demoras su desayuno, e incluso, por qué no, lograr que asuman las competencias lecto-escritoras a los 3 años.
Hay madres y padres que sin duda, han olvidado qué es ser niño. Un niño, para quien haya editado, borrado o incluso tergiversado su propia infancia, no es ni mucho menos un adulto de pequeño tamaño. Es un ser humano que lo necesita todo de sus progenitores, alguien para quien lo más importante acontece justo en este momento.
Hoy es el mejor día para hacerme feliz, pero… ¿sabes cómo hacerlo?
Para hacer feliz a un niño no necesitamos hacerle un regalo, llevarlo a una feria, ni adelantar un mes su fiesta de cumpleaños. Se trata de algo tan sencillo como “saber estar presente”, y algo así, se puede conseguir aun teniendo un trabajo de muchas horas, porque el tiempo que le dedicamos es y será siempre de calidad.
A continuación, te damos unas claves en las que reflexionar y que sin duda, te serán de ayuda para garantizar esa calidad en el vínculo con tus hijos.
Regálale amor del bueno, del que se nota
- Regálale amor del bueno, de ese que hace cosquillas en la tripa, de ese que hace reír.
- Regálale tu atención, hazle ver que cada cosa que dice, piensa o se le ocurre es importante para ti.
- Regálale tus caricias, tus brazos, tus canciones y esos besos que dan las buenas noches, los buenos días y el “porque eres mágico y mamá te quiere” o “porque eres especial y papá te adora”. Todos estos gestos son regalos de oxitocina que dejan huella en su cerebro.
Nunca se es demasiado grande para jugar
Hoy puede ser un día sensacional para jugar a piratas. Para ensuciarnos con tierra mientras plantamos semillas y soñamos con que se van a convertir en árboles gigantes, de esos que nos llevarán a otro mundo de colores y flores de gominolas.
Hoy, es un momento fantástico para llevarte a tu hijo de la mano y jugar con él en el parque, en la playa o en casa, porque pintar con acuarela las hojas y nuestras caras no será ninguna fatalidad, y si se apunta la mascota el resultado puede ser inolvidable.
Hoy haremos que las cosas pequeñas sean las más grandes
Hoy como ayer y también como mañana y pasado, harás ver a tus niños que las cosas más pequeñas son siempre las más importantes. Es así como conseguirás que tus hijos aprendan humildad, respeto y aprecio por dimensiones tan básicas como la amistad, el cariño, la naturaleza, el valor de una sonrisa, de “un gracias”, de un “te escucho, te respeto y entiendo tu punto de vista”.
Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre
-Jean-Jacques Rousseau-
Educar con efectividad para dar al mundo niños felices requiere de esa hábil artesanía “zen” donde vivir siempre en el aquí y ahora, donde disfrutar del piel con piel, donde sentir de cerca la respiración y las risas de nuestros pequeños, donde ver reflejada la vida y la luz del sol en la retina de esas criaturas a los que adoramos con locura.
Recuérdalo, hoy es el día más importante para tus hijos. Hoy necesitan ser escuchados, disfrutados y amados, no dudes en colmarlos de regalos emocionales, de esos que construyen seguridad y felicidad en su mente, en su corazón…
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Bowlby, J. (1986). Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida. Madrid: Morata.
- Bowlby, J. (1995). Teoría del apego. Lebovici, Weil-HalpernF.
- Garrido-Rojas, L. (2006). Apego, emoción y regulación emocional. Implicaciones para la salud. Revista latinoamericana de psicología, 38(3), 493-507. https://www.redalyc.org/pdf/805/80538304.pdf
- Marrone, M., Diamond, N., Juri, L., & Bleichmar, H. (2001). La teoría del apego: un enfoque actual. Madrid: Psimática.
- Moneta, M. (2003). El Apego. Aspectos clínicos y psicobiológicos de la díada madre-hijo. Santiago: Cuatro Vientos.