Los cambios hormonales en la adolescencia alteran el camino hacia la madurez. Se debe considerar que la adolescencia es un período en el que los jóvenes se desarrollan y acaban definiéndose como personas. Se trata del paso de la infancia a la vida adulta y es un momento de continuo desarrollo personal y emocional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como la etapa comprendida entre los 10 años y los 19 años. Se considera que tiene dos fases: la adolescencia temprana, de los 10 hasta los 14 o 15 años; y la adolescencia tardía, de los 15 a los 19 años.
Durante esta fase de crecimiento, aparecen los famosos, típicos y continuos cambios hormonales de la adolescencia. Estos se manifiestan de forma evidente en una gran transformación física y psicológica.
¿Cómo participan las hormonas en el desarrollo?
Las hormonas son sustancias químicas fabricadas en diversas glándulas y tejidos especializados de nuestro organismo. Estos productos son vertidos a la sangre y viajan a diferentes órganos para cumplir sus funciones de crecimiento, metabólicas, sexuales, conductuales y más.
En la infancia, el crecimiento de los tejidos es mediado principalmente por dos grupos de hormonas, la hormona de crecimiento (GH) y las hormonas tiroideas. Estas median la obtención de energía y la formación de nuevas células para el desarrollo de los tejidos.
Por su parte, en la pubertad los cambios son mediados principalmente por las hormonas sexuales. La testosterona será la hormona esencial para el desarrollo masculino, mientras que los estrógenos y la progesterona participan activamente en la madurez femenina.
Tipos de cambios hormonales en la adolescencia
1. Cambios fisiológicos
Como ves, la mayoría de los cambios físicos observados durante la adolescencia son resultado de los cambios hormonales. El incremento de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), es fundamental para que inicien las transformaciones propias de esta etapa.
Esta hormona se produce en la parte del cerebro denominada hipotálamo y es la responsable de que la hipófisis libere las hormonas luteinizante (LH) y foliculoestimulante (FSH). Las mismas comienzan a secretarse de forma progresiva a partir de los 8 a 10 años.
Estas sustancias son indispensables en el desarrollo biológico que prepara al cuerpo para la madurez al incrementar los niveles de testosterona y estrógenos.
Además, las hormonas son necesarias para el inicio y la continuidad de la reproducción humana. En este sentido, la LH y la FSH promueven la producción de óvulos a nivel de los ovarios femeninos y marcan el inicio del ciclo menstrual. De igual forma, en el sexo masculino empezará la producción de espermatozoides a nivel de los testículos.
Antes, en la infancia, estas hormonas han estado inhibidas por acción de una supresión activa de la secreción de GnRH. Así se explica en el artículo “Pubertad y adolescencia“, publicado en la Revista de Formación Continuada de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia.
Las alteraciones corporales observadas en ambos sexos incluyen:
- Brotes de crecimiento.
- Incremento de la sudoración.
- Aumento en la síntesis de cebo.
- Aparición de problemas de acné.
- Aumento de la talla.
- Crecimiento del vello púbico y axilar.
2. Cambios emocionales
La adolescencia es un momento de la vida en el que se dan varias transformaciones emocionales y psicológicas. Los adolescentes se preguntan constantemente sobre su identidad y sienten una creciente necesidad de independencia.
Durante el desarrollo de los cambios hormonales en la adolescencia y sus consecuencias, las amistades también se vuelven más importantes, ya que la presión grupal aumenta. Los padres debemos estar prevenidos, ya que los continuos cambios de comportamiento multiplicarán los focos de conflicto en el hogar.
3. Desarrollo sexual
Uno de los aspectos que más afecta a tu hijo durante esta fase es la madurez sexual y la aparición de nuevos cambios en su organismo. La adolescencia es el período en el que los jóvenes son más conscientes de su sexualidad e interés sexual.
Además, tendrá las primeras experiencias sexuales, por lo que no vendría mal una charla de los padres para concienciar sobre el asunto. En este sentido, si bien los jóvenes pueden estar físicamente preparados sexualmente, esto no quiere decir que emocional, cultura y socialmente aún estén capacitados.
4. Egocentrismo y cambios de ánimo
Los cambios hormonales en la adolescencia pueden provocar que tu hijo sienta que tiene muchos problemas y, en consecuencia, que pase por diversos estados de ánimo. En esta etapa de formación personal, la influencia social es muy grande para él o ella.
Por ende, el joven ya no se contenta con las creencias de sus padres y busca forjar sus propias opiniones. El chico vivirá en primera persona situaciones que configurarán su opinión ante diversos aspectos de la vida.
Diferencia entre chicos y chicas
Los cambios hormonales se manifiestan de manera distinta en los chicos y las chicas. En el caso de los varones, se producen las siguientes transformaciones:
- Ensanchamiento de los hombros y el torso.
- Transformación de la voz, en general se hace más grave.
- Aumento del cabello y el vello en la cara, el torso y el abdomen.
- Desarrollo de los genitales.
- Curiosidad sexual.
En lo que respecta a las chicas, el aumento de los senos, la aparición de vello púbico, el comienzo de la menstruación y el ensanchamiento de las caderas son algunas de las alteraciones más destacadas.
“La juventud es el momento ideal para que tu hijo consolide su identidad sexual y que se sienta a gusto con ella”
Consejos para los padres
Los cambios hormonales en la adolescencia de nuestros hijos plantearán a los padres nuevos protocolos de actuación. Se trata de una época en la que los jóvenes resienten la protección excesiva.
Como madre vas a ser, junto a tu marido, la persona que más sufrirá el comportamiento de tu hijo durante esta etapa de alteraciones hormonales. Es posible que los enfrentamientos verbales se vuelvan algo habitual. Trata de ponerte en su lugar y ten en cuenta su punto de vista para evitarlos.
Para armonizar la vida familiar durante este período tan delicado es importante que, como madre, seas atenta, abierta y empática.
Tu confianza en él lo hará sentir importante
A pesar de que tu hijo exija y exprese la necesidad y el sentimiento de independencia, debes estar presente y lista para echar una mano. Esto fortalecerá el vínculo de confianza y promoverá las reconciliaciones.
Entonces, interésate por sus obligaciones, sus amistades y las cosas que le conciernen o que son parte de su vida cotidiana. Estos detalles te ayudarán a comprender algunas de las actitudes de tu hijo. Igualmente, es posible que detectes algún otro comportamiento anormal, también fruto de la adolescencia.
Compartir la opinión con otros padres te ayudará para tener una perspectiva más amplia de las situaciones. Siempre recuerda la fase de su vida que atraviesa y ten en cuenta que su amor por ti, más allá de los enfados, nunca cambiará.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Carretero M, Marchesi Á, Palacios J. Psicología evolutiva: adolescencia, madurez y senectud. Alianza Editorial. 1998.
- De Adolescentes, S. R. Desarrollo de las y los adolescentes. Manual con herramientas para personal docente y promotor de salud.
- Diz, J. I. Desarrollo del adolescente: aspectos físicos, psicológicos y sociales. Pediatr Integral. 2013; 17(2): 88-93.
- Güemes-Hidalgo M, Ceñal González-Fierro M, Hidalgo Vicario M. Desarrollo durante la adolescencia. Aspectos físicos, psicológicos y sociales. Pediatria Integral. 2017; 21(4): 233-244.
- Güemes-Hidalgo M, Ceñal González-Fierro M, Hidalgo Vicario M. Pubertad y adolescencia. ADOLESCERE. 2017; 5(1):07-22.
- Léger, J. Hipófisis. EMC-Pediatría. 2013: 45(3); 1-16.