Mantener una dieta sana durante el embarazo es uno de los factores más relevantes para lograr que nuestro pequeño crezca sano y fuerte. Por esta razón, no podemos obviar la ingesta de algunos alimentos ricos en vitaminas y nutrientes, como las zanahorias.
La zanahoria es una de las hortalizas que no puede faltar en cualquier régimen alimentario, en especial, cuando estamos en la dulce espera.
Las propiedades de estos vegetales para las futuras mamás y para el bebé en gestación son varios, por eso los médicos insisten en que esté incluida en la dieta.
Entre los principales nutrientes que aporta la zanahoria se destaca el hierro, que participa en el transporte de oxigeno en la sangre y previene la aparición de patologías como la anemia. Garantizar el aporte de este nutriente es esencial, así como incrementar la ingesta de vitamina C para maximizar su absorción.
Las zanahorias aportan hierro, esto ayuda a prevenir la anemia
Generalmente, a partir del segundo o tercer mes, los doctores suelen prescribir suplementos vitamínicos que incluyen hierro. Además es habitual la suplementación con ácido fólico para prevenir problemas en el desarrollo neurológico del bebé, tal y como afirma un artículo publicado en la revista “Nutrients”.
Las zanahorias, fuente de vitaminas y minerales con grandes beneficios en el embarazo
Además de presentar en su composición uno de los minerales más importantes, la zanahoria contiene otros elementos que son fundamentales para que nuestro pequeñín evolucione sin ningún inconveniente.
Apoyan el desarrollo normal del feto
El yodo es un mineral que influye de manera directa sobre el sistema endocrino, para que las hormonas tiroideas realicen su trabajo sobre el desarrollo general del feto.
Protegen frene a las infecciones
La vitamina A ayuda a prevenir infecciones y a que se lleve a cabo el correcto desarrollo celular del bebé.
Adicionalmente, interviene para que no ocurra el desprendimiento de la placenta. Por otra parte funciona como un poderoso antioxidante que ayuda a prevenir la aparición de enfermedades, según un estudio publicado en el año 2017.
Reducción del riesgo de preeclampsia
El color naranja de las zanahorias revela la presencia de carotenos, un interesante nutriente con actividad antioxidante. Los estudios más relevantes indican que pueden proteger de enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo, aunque aparecen algunas contradicciones.
En cambio existe más evidencia de su papel protector frente al riesgo de preeclampsia. Además también desempeñan un rol importante en el desarrollo fetal (protección ocular, del cerebro, del hígado y la piel) y en la prevención de un parto prematuro.
Las zanahorias favorecen el desarrollo óseo
En este vegetal se encuentran pequeñas cantidades de calcio, uno de los minerales más abundantes en el cuerpo humano. Es esencial en mecanismos y reacciones diversas como el desarrollo de los huesos, la contracción muscular o el funcionamiento de hormonas y enzimas.
Un consumo deficiente durante el embarazo favorece la pérdida de calcio óseo y aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas en un futuro (para la madre).
Prevención de la anemia
Como ya se ha visto el aporte de vitamina C de las zanahorias favorece la absorción y la mayor biodisponibilidad del hierro en la dieta. Además previene infecciones delicadas que pueden afectar al feto.
Alimento accesible y versátil
La zanahoria es muy fácil de conseguir en el supermercado y es bastante económica. Además, puedes preparar recetas muy fáciles para ti y el nuevo miembro de la familia.
¿Cómo aprovechar al máximo los beneficios de las zanahorias?
Si quieres disfrutar de todas las ventajas de esta colorida hortaliza, ten en cuenta estos consejos a la hora de ingerirla:
- Prepara un rico jugo de frutas y agrégale unas zanahorias: disminuirá las probabilidades de que tu hijo sufra de ictericia neonatal, que se produce por el aumento de bilirrubina como consecuencia de algunos trastornos hepáticos.
- No ingieras café o té: estas bebidas contienen fenoles, una sustancia que reduce la absorción del hierro en el embarazo. Además no está claro si la cafeína desempeña un papel negativo durante este proceso.
- Si lo vas a cocinar, utiliza una sartén de hierro fundido: evita que se eliminen algunos nutrientes de la zanahoria.
- De la naturaleza a tu boca: si puedes comerla cruda, mucho mejor. De esta forma, absorberás todas las vitaminas de esta deliciosa hortaliza y lograrás evitar el estreñimiento.
Es importante que antes de comerla laves bien la piel de la zanahoria, sobre todo si la vas a consumir sin ningún tipo de cocción. Las verduras crudas y al vapor aportan un mayor valor nutritivo.
Además los carotenos se absorben mejor cuando están acompañados de alguna fuente de grasa. Por esto es bueno mezclarlas o cocinarlas con frutos secos, aguacates, pescado azul o aceite de oliva.
Existen muchas formas de introducirlas en el día a día: salteadas, asadas, hervidas, ralladas, guisadas (junto con otros ingredientes), en forma de paté o puré de verduras…
Trata de comer una porción de zanahoria a diario; incluso, si tienes muchos antojos o quieres hacer una merienda saludable, puedes cortar unos palitos de zanahoria y comerlos sin problema.
Si tienes muchos antojos, puedes comer trocitos de zanahoria en la merienda
Introduce zanahorias y sobre todo muchas verduras
La zanahoria es una hortaliza que presenta múltiples vitaminas. Por este motivo debes de incluirla en tu dieta cuando estás embarazada. No obstante recuerda que no presenta poderes mágicos. Por este motivo es imprescindible que combines este vegetal con otras verduras.
Una dieta saludable se basa fundamentalmente en la variedad y en el equilibrio calórico. Cuando estás embarazada tus necesidades energéticas aumentan, pero también lo hacen tus requerimientos vitamínicos.
Por ello resulta esencial incluir verduras de forma habitual. De este modo garantizas el aporte de micronutrientes necesarios para el correcto desarrollo del feto y para prevenir la aparición de enfermedades.
Bibliografía
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