No hay más potente fuerza motriz que el amor, pues el mismo es capaz de mover montañas. Es este mismo elemento, la clave fundamental para la crianza de tu hijo. Sin embargo, debes considerar que lo importante de dar amor a un niño es que lo sienta.
Cuando se trata de infancias, no existe mejor alimento espiritual que este ingrediente tan difícil de explicar pero que, en definitiva, todos experimentamos. Ahora bien, ¿cómo asegurarte de que el niño efectivamente perciba todo ese amor y cariño que sientes por él?
Dar amor a un niño para que lo sienta
Por supuesto, toda criatura necesita y merece ser amada profunda e incondicionalmente por sus progenitores. Un claro ejemplo es la clásica llegada a casa, llorando, luego de un día escolar complicado. El mar de lágrimas del “insuperable problema” se diluye con las sabias palabras de una madre.
Por esto mismo, el amor que se entrega a un menor, se siente y reconforta el alma rota. No obstante, recuerda que hay muchas formas de dar amor a un niño. Pues, aunque el mismo se materializa adoptando diversas formas, la esencia es la misma.
Todo ser quiere sentir amor, experimentarlo en primera persona. Sin embargo, también es bueno que el mismo sea percibido recíprocamente. Es decir, que eso que sentimos, llegue a la otra persona. Pero atención, porque el primer secreto para dar amor es, lógicamente, sentirlo con ardor.
¿Cómo dar amor a un niño “correctamente”?
- Comparte tu tiempo con el pequeño. Juega y dialoga, un lema fundamental para toda la crianza del menor, especialmente en los primeros años de vida. La dedicación, atención y el cariño forjan la base de la felicidad infantil.
- Cánsate de repetirlo: ¡Te amo bebé! Frase fundamental para criar un niño amado que nunca está de más. Puedes sentirlo tú desde el momento en que lo sentiste en tu vientre, pero lo importante es que lo sepa y entienda tu hijo.
- Atiende sus necesidades. Acarícialos, bésalos, abrázalos, ayúdalos y haz todo lo que haga falta para exteriorizar todo aquello que tienes dentro. Juega, lee, canta y crea con ellos al menos un momento por día. Dar amor a un niño implica hacerle saber que amas pasar tiempo con él.
- Invierte en acrecentar su autoestima. Elogia cada uno de sus logros, alaba sus capacidades y destrezas. Deposita seguridad en tu hijo y, de este modo, una bella sonrisa de satisfacción en su rostro.
- Una sonrisa que de color a su mundo. Este bello gesto puede traducirse en una señal de compañía, apoyo o complicidad, entre otras. Lo mejor de todo es que se trata de un lenguaje que contagia y solo lo decodifican los involucrados en esta comunicación hermosamente peculiar.
- Ofrécele protección personal. Al ser ese chiquitín el regalo más preciado de la vida, debes cuidarlo con uñas y dientes. Esta es otra manera de dar amor a un niño que puede percibir fácilmente. Toma su mano cuando sienta temor. Conversa sobre los peligros que esconde la vida pero jamás ignores ni menosprecies sus miedos.
- Déjale errar. No hay razón para ridiculizarlo ante cada error. Al contrario, cada yerro representa un valioso aprendizaje. Entonces, evita regañarlos ante sus trastadas y travesuras e implementar un plan positivo frente a las típicas y normales mentiras infantiles.
- Mimos y más mimos. No está mal, de vez en cuando, complacer algún que otro “capricho” o darle un gustito. Haz su plato preferido, arma un muro en casa con sus logros y acontecimientos importantes o armar juntos una salida especial. Así, el infante se sentirá incluido y querido.
- Permítele ser él mismo. Tu hijo no llegó al mundo para alimentar tu ego, ni cumplir aquellos sueños frustrados. Olvídate de esa inútil proyección que va en contra de sus deseos. Su infancia no debe reflejar las presiones adultas para poder así llegar a ser un adulto sano, pleno y feliz. Ama al niño tal como es, no como quieres que sea.
Bibliografía
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