¿Qué beneficios tiene la ley del máximo esfuerzo en los niños?

Cuando los pequeños empiezan a dominar sus primeros pasos, la motivación por explorar su entorno los lleva a demostrarse a sí mismos que son capaces de lograr grandes hazañas.

Ley del máximo esfuerzo según Montessori:

A medida que los hijos dejan de ser unos bebés indefensos y comienzan a ganar más habilidades cognitivas y motoras, es común observar que les gusta cargar cosas pesadas o más grandes que ellos. A este comportamiento típico se le conoce como la ley del máximo esfuerzo y, según Montessori, es una etapa natural del desarrollo psicomotor de los niños.

Conforme crecen y alcanzan cada día nuevos hitos en su desarrollo, los pequeños sienten la necesidad de enfrentarse a nuevas metas y así seguir aprendiendo. Es por lo que, luego de dominar sus primeros pasos, los niños se animan a levantar muchas cosas, incluso aquellas que son más grandes que ellos. Algo que hacen como una manera de superarse cada día más.

¿De qué se trata la ley del máximo esfuerzo?

María Montessori fue una pedagoga y médica italiana que dedicó la mayor parte de su carrera a la pedagogía infantil y el estudio del desarrollo físico y emocional de los niños. Y, gracias a sus sabias lecciones, millones de padres alrededor del mundo han tenido la oportunidad de brindarles a sus pequeños una mejor crianza y educación.

Mamá e hijo juegan
Durante la ley del máximo esfuerzo es común que los niños rechacen la ayuda y quieran hacer las cosas por su cuenta.

En su observación del comportamiento infantil, Montessori llegó a la conclusión de que, a partir del año y medio de edad, los niños adquieren una gran habilidad y agilidad motora. Algo que es posible gracias a la fuerza y la coordinación que ganan a medida que pasan los meses. A raíz de estas hazañas, los niños se sienten fuertes y su primer impulso es dar el máximo esfuerzo sin ayuda. En palabras de Montessori.

El niño no sigue la ley del menor esfuerzo, sino una ley contraria. Pues aplica una cantidad enorme de energía a una labor sin finalidad, y no solo usa energía motriz, sino también energía intensa en la ejecución exacta de cada detalle.

María Montessori

¿Qué beneficios se logran mediante la ley del esfuerzo?

En esta etapa de la infancia, los niños ponen a prueba su fuerza, equilibrio y determinación para demostrarse a sí mismos que son capaces de hacer cosas que antes parecían imposibles. Y esto les permite continuar practicando sus primeros pasos y cultivar su autoestima y su confianza. Debido a lo anterior, cuando a los niños se les permite explorar con libertad, se fomenta su autoconcepto y desarrollo motriz.

Niños juegan juego popular en el parque
Conforme los meses van pasando, los niños van ganando y perfeccionando nuevas habilidades psicomotoras que les permiten adquirir más autonomía.

Por lo tanto, cuando los padres observan que sus hijos se adentran en esta etapa de fortaleza y curiosidad, deben permitir que experimenten y no interrumpir su crecimiento personal. Siempre y cuando no estén intentando levantar algún objeto demasiado pesado que pueda hacerles daño.

Para lograrlo, es necesario brindar a los niños un espacio seguro en donde puedan aventurarse a explorar sin atentar contra su bienestar. Así que mantén los objetos de peligro como las fuentes de fuego, muebles de vidrio u objetos decorativos fuera de su camino. De esta manera, podrás sentirte en total seguridad de que tus hijos jueguen y fortalezcan sus capacidades motrices.

Es importante recordar que, según Montessori, el control del error excesivo en la educación y crianza de los pequeños puede tener consecuencias negativas. Ya que si se corrige constantemente a los niños y no se les permite explorar el mundo por su cuenta, genera una dependencia hacia los adultos que les impide alcanzar su desarrollo óptimo.

¿Cómo podemos fomentar la etapa de la ley del máximo esfuerzo?

Una de las mejores actitudes que podemos emplear los padres cuando nuestros hijos se enfrentan a la etapa de la ley del máximo esfuerzo, es no interferir con el desarrollo innato de sus habilidades. Aunque siempre debemos estar pendientes de que no se hagan daño en su proceso de exploración, claro está. Dándoles la confianza y la seguridad de que son capaces de adquirir más autonomía.

Estas son algunas maneras en las que puedes animar a tus hijos.

1. Motívalos a alcanzar nuevas metas

Cuando los papás incentivamos a los pequeños alcanzar nuevos hitos, la motivación innata que corre por su interior los anima a dar su máximo esfuerzo. Y esto puede significar levantar objetos pesados o empujarlos/moverlos de un lugar a otro.

Así que, al momento de ir al mercado, se les puede pedir que carguen alguna bolsa pequeña y, al llegar a casa, permitirles que nos ayuden a desempacar algunas de las compras. Esto les permitirá sentirse útiles y además ir ganando nuevos aprendizajes para siempre mejorar y ayudar a los demás.

2. Enséñales acciones cotidianas

Desde aprender a guardar las ollas hasta regar las plantas con una regadera pequeña, existen muchas acciones cotidianas que pueden ayudar a los niños a despertar su interés y fomentar su autoestima.

Como poner un cesto de juegos de un tamaño que puedan arrastrar y mover por su propia cuenta, jugar con un peluche o pelota grande o enseñarles cómo meter la ropa sucia a la lavadora o un cesto.

3. Emplea juegos y dinámicas variadas

Cuando notes que tu pequeño está en esa etapa en la que no quiere recibir ayuda de los demás y pone cada día a prueba su fortaleza, ayúdalo a dominar sus destrezas a través de juegos y dinámicas que le permitan moverse con libertad y transportar objetos de un lugar a otro.

De esta forma, no solo estamos fomentando su desarrollo motor, sino que también estamos pasando tiempo de calidad con los hijos. Un componente clave en toda crianza positiva y de apego seguro que permite a los pequeños sentirse motivados y confiados para alcanzar nuevos objetivos.

La ley del máximo esfuerzo es una etapa clave

Ahora que conoces más acerca de la ley del máximo esfuerzo expuesta por María Montessori, puede que comprendas más el comportamiento de tus pequeños y cómo poco a poco ganan más autonomía, libertad y fortaleza en sus cuerpos.

Así que procura motivar a tus hijos y darles el cariño y la seguridad emocional para que se atrevan a explorar nuevas habilidades sin hacerse daño. De esta manera, se les permite a los niños ir evolucionando a su ritmo y no hacerlos dependientes del cuidado extremo de los demás.

Bibliografía

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