La higiene del ombligo del bebé

La higiene del ombligo del bebé

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 marzo, 2020

El ombligo del bebé es una de las regiones que no se puede dejar de asear cada día. Si bien es importante que el recién nacido esté siempre limpio, al cordón umbilical hay que prestarle una atención especial. Pero no todo el mundo le da el debido cuidado a ese tejido seco que cuelga de la barriguita del bebé.


En Eres Mamá te hablaremos al respecto.

El cordón umbilical

El cordón umbilical es básicamente un cordón que conecta el feto a la placenta que lo protege, dentro de la cual él se desarrolla. Esta conexión posibilita que el embrión reciba sangre rica en oxígeno y compuesta en su mayoría por células madre, además de los alimentos que lo sustentarán mientras se mantenga dentro del útero.

Toda vez que un ser humano nace y se le corta el cordón umbilical que lo unía a su madre, este deja de tener importancia para la supervivencia del nuevo ser humano; sin embargo, el muñón que se queda supeditado al vientre sí puede crear algún que otro contratiempo.

curando ombligo del bebé

Padecimientos del ombligo del bebé

El muñón umbilical de algunos bebés se seca y se desprende muy fácilmente, como si fuera una hojita que cae del árbol. Luego de 6 días, estos recién nacidos lucen una preciosa cicatriz que les va a recordar por siempre el primer lazo de dependencia y amor que tuvieron con su madre.

El muñón de otros bebés demora alrededor de 10 días en desprenderse y también deja como resultado un ombligo seco, limpio y bien formado. Pero hay algunos ombligos que tardan más de 2 semanas en secarse por completo y caerse. Todo depende de cada niño.

Problemas con el ombligo del bebé

El ombligo de algunos niños da más quehacer que el de otros, no solo por el tiempo que demoran en caerse y sanarse, sino porque traen consigo algunos malestares.

Hay ocasiones, luego de la caída del cordón umbilical, que el ombligo de los recién nacidos supura una sustancia amarillenta. Si el fluido se interrumpe después de algunos días y la cicatriz se ve sana no hay de qué preocuparse, pero si la secreción no desaparece hay que buscar ayuda médica porque puede ser uno de los síntomas de una infección.

Las infecciones en el ombligo de los bebés son poco comunes, además del síntoma que te mencionamos existen otros igual de evidentes:

  • Coloración rojiza de la piel alrededor del muñón
  • Llanto o molestia en el bebé cuando le tocas esa parte
  • Fetidez debajo en la base del ombligo
  • Fiebre
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Otro de los problemas que puede presentar el cordón umbilical, aunque es menos probable, es el sangrado. Que el ombliguito de tu pequeño deje escapar algunas gotas de sangre es normal, solo debes alarmarte y llevarlo con su pediatra cuando el sangrado sea continuo pues, entre otras causas, puede deberse a algún problema con la coagulación.

Ante cualquier duda que tengas con respecto al ombligo de tu bebé, debes consultarla con su pediatra.

¿Cómo debe ser la higiene del ombligo del bebé?

El ombligo del bebé debe permanecer seco y limpio. Para lograr esto en Eres Mamá te recomendamos mantenerlo destapado. Si el pañal de tu bebé, o culero (así se le dice en algunos países latinos) le tapa el ombligo es recomendable que se lo bajes un poco o le dobles la parte superior hacia abajo.

Alrededor de dos veces al día, por la mañana y sobre todo luego del baño, debes curarle la base del muñón. Para esto levanta un poco el muñón de manera tal que su base despegada quede al descubierto, pero no vayas a tirar de él. Solo debes levantarlo por la parte que esté suelta. Hazte una gasa estéril en el dedo o toma un palillo con algodón en la punta, mójalo en alcohol, y pásalo varias veces por el ombligo enfatizando en los lugares más húmedos. A continuación seca el alcohol con otra torunda limpia para que no queden restos de humedad y deja que el muñón vuelva a su lugar.

Hay padres que prefieren saltarse el paso del alcohol y algunos especialistas así lo recomiendan. Ellos consideran que es mejor mantener el ombligo higienizado con agua y jabón y secarlo bien luego de este procedimiento.

El método a elegir queda por tu cuenta.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.