La fibrosis quística en niños

Fibrosis quística en niños: cómo se sobrelleva este padecimiento y la importancia de conocerlo
La fibrosis quística en niños

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 16 febrero, 2022

La fibrosis quística en niños es una de esas afecciones que todo padre o toda persona planeando ser padre, debería conocer. Esto debido a sus características que hacen difícil inferir que algo va mal cuando se desconoce totalmente la afección.

Si los síntomas de la fibrosis quística se pasan por alto pueden causar situaciones poco favorables en el niño. Algunos casos llegan a ser incluso fatales. 

¿Qué es la fibrosis quística?

La fibrosis quística es una enfermedad crónica de carácter hereditario con dominancia autosómica recesiva. Esto quiere decir que, un padre puede heredar a su hijo el gen que transporta la mencionada enfermedad; aún sin que el progenitor la haya padecido.

Para que la enfermedad se manifieste, es necesario que tanto la madre como el padre sean portadores del gen que transfiere la fibrosis quística a la descendencia.

Asimismo, la fibrosis quística en niños es una enfermedad grave que puede causar la muerte en una etapa temprana de la vida si se desconoce que se padece o no se conocen las pausas para sobrellevarla.

Los niños que padecen fibrosis quística tienen un funcionamiento anómalo de los procesos y células implicadas en la producción de:

  • Sudor.
  • Mucosidad.
    •  La mucosidad, por ejemplo, en el área respiratoria y los jugos gástricos en el sistema digestivo.
  • Jugos gástricos.

La fibrosis quística en niños altera la naturaleza de la mucosidad, jugos gástricos y demás, los cuales sirven como lubricantes o descomponedores de nutrientes; la afección hace que tengan una consistencia espesa y pegajosa.

Lo anterior implica que un resfriado común, donde el líquido de la mucosidad permite al cuerpo sacar bacterias de los pulmones y conductos respiratorios, en el caso de la fibrosis quística se vuelve un problema de enorme gravedad al tener el potencial de espesarse y obstruir los conductos respiratorios.

La fibrosis quística.

Otras complicaciones

Cuando las vías respiratorias o digestivas se obstruyen surgen varias complicaciones, pero esto no es la única forma en que la enfermedad representa un peligro. Incluso si la capa de mucosidad se ha hecho más densa en los intestinos o bien en los pulmones se ha vuelto más fina, guarda gérmenes que normalmente son excretados del cuerpo por un proceso u otro del organismo.

Para el caso de la fibrosis quística en niños, pueden reproducirse en los fluidos que se espesan, con lo que ocasionan dentro del cuerpo nidos de infección que pueden tornarse bastante graves, tanto que en casos severos se puede requerir de un trasplante de pulmón para que, quien alguien que padezca de esta afectación sobreviva.

Tratamiento

Desafortunadamente aun no se ha desarrollado una cura para la fibrosis quística, con lo cual, los tratamientos y prácticas para sobrellevar esta enfermedad son de carácter preventivo.

Hasta hace unas décadas, los niños nacidos con fibrosis quística tenían en promedio una esperanza de vida de apenas 6 meses. Con la enorme evolución de las tecnologías y procesos sanitarios, así como el conocimiento de esta enfermedad, en países de indice de desarrollo muy alto, la expectativa de vida puede rondar los 50 años en promedio.

Con lo descrito, la fibrosis quística en niños requiere de un cuidado diario disciplinado, en vista de evitar a toda costa el contagio de cualquier enfermedad que implique una sensibilización y excreción de mucosidad.

El tratamiento de la fibrosis quística, además de las medidas cautelares de facto respecto al contagio, incorpora el uso de vacunas, antibióticos, así como fármacos de apertura de las vías respiratorias o suavizantes de la mucosidad.

Con una detección temprana y disciplina en cuanto a las pautas de manejo de la enfermedad, es completamente posible tener una buena calidad de vida.

Detección de la fibrosis quística en niños

La mejor manera de detectarla, es acudir a su centro médico para una prueba de IRT o de cloruro en el sudor. Sin embargo, es importante prestar atención a si el niño presenta los siguientes síntomas.

  • Sabor salado de la piel.
  • Eventos recurrentes de neumonía.
  • Tiempo largo entre deposiciones (24 a 48 horas).
  • Dificultad anormal para aumentar de peso.
  • Dolor abdominal fuerte cuando hay estreñimiento.
  • Tos con aumento notable de mucosidad en senos paranasales.
  • Heces con rastros de mucosidad, que flotan o que mantienen un color pálido anómalo.

Hay que tener en cuenta que aún cuando se noten los siguientes síntomas, no es concluyente la fibrosis quística en niños. Recuerda que el diagnóstico solo puede hacerlo un médico.

Imagen de la fibrosis quística cortesía de: © La Clínica EUGIN


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