La crianza es difícil desde el inicio, sin embargo, a veces se torna más complicada. La mayoría de las madres concuerda en que la primera etapa, la edad comprendida entre uno y tres años, puede ser la más compleja. Se trata de edades en las cuales los pequeños comienzan a dar sus primeras muestras de independencia.
Los niños que acaban de aprender a caminar son llamados infantes. Se utiliza la palabra infante cuando un niño tiene de 1 a 2 años. La infancia es una etapa muy importante de la vida ya que es en esta donde el niño aprende y crece de distintas formas. Cada momento en el cual le puede suceder algo que resulte de un gran significado para todos.
En cada etapa el niño aprenderá a dominar habilidades diversas. Para ellos significará el inicio de una vida distinta, en cuanto a perspectiva y sensaciones. Particularmente, cada niño tiene un estilo de crecimiento muy diferente a los demás.
En este caso hablaremos de la etapa en la que el niño aprende a caminar, hablar y a resolver algunos problemas. Aquí es donde desarrolla la capacidad de relacionarse con los demás en su entorno.
¿Por qué hay una edad más difícil?
Cuando comienza la independencia, los niños se dedican a lo que quieran. Esto trae como consecuencia que exploren más e intenten hacer cosas por sus propios medios. En lo adelante, las madres pasaremos el día vigilando de cerca, corriendo detrás de ellos y quitando cosas de sus manos.
Esta etapa se caracteriza por arrojar cambios en el crecimiento. El humor puede resultar muy variable con cierta negatividad. Estos niños se caracterizan por ser persistentes, pero con pocas habilidades, por lo cual pueden sentirse frustrados. Por esta razón algunos niños se comportan mal.
Los infantes tienen mucha energía que deben explotar en su medio ambiente. Es preciso un espacio que sea seguro para que puedan intentar ser independientes.
Ellos se preocupan de sus propias necesidades, por eso, los padres no pueden esperar que compartan sus cosas. En ese entonces no tienen la suficiente habilidad en la comunicación, como para poder expresar sus sentimientos.
Al pasar la edad de los 2 años, comienzan a interesarse por que se les enseñe. A los 3 años de edad ya se les reconoce como preescolares. A esta edad ya saben utilizar el baño, han desarrollado habilidades de comunicación y siguen despertando ese sentido de independencia. Continúa en crecimiento ese deseo de conocer su medio e integrarse a este.
Principales características según la edad del niño
Un año de edad
- En lo social es muy común la rebeldía y la dificultad de compartir sus juguetes con los demás. Son posesivos tratando de hacer cosas de forma independiente, sin atender algunas reglas que se establecen.
- Emocionalmente aumentan los temores. Es frecuente el cambio de humor, que se presenta repentinamente. Las emociones son muy intensas pero cortas. Para ellos, practicar la rutina es muy importante.
Disfrutan su manera de jugar, solos, sin que haya otro niño a su lado. Es común que ellos se sientan el centro del mundo. Preguntan por sus padres y expresan emociones nuevas tales como celos, orgullo, afecto o vergüenza.
- En lo intelectual ya pueden nombrar cosas, y a familiares como papá, mamá, abuelo, abuela. La atención de estos niños tiene un corto plazo, son muy curiosos, señalan objetos, pueden identificar las partes de su cuerpo. Si se les ha enseñado, realizan onomatopeyas, es decir, imitaciones de sonidos de animales o cosas. Ya pueden utilizar pronombres como yo, mi, tú. Sostener un lápiz y tratar de garabatear.
Dos años de edad
- Socialmente pueden intentar valerse por sí mismos y tomar decisiones. Ya les puede resultar divertido imitar el comportamiento de los adultos. Quieren ayudar a sus madres a hacer las cosas del hogar como barrer, limpiar, fregar.
- En cuanto a lo emocional es muy común que realicen acciones contrarias a las que se les pide, porque pueden ser algo egocéntricos. En esta edad, los niños se sienten más seguros de sí mismos, aunque aún puedan necesitar seguridad.
- Intelectualmente siguen instrucciones simples, aunque tienen poca capacidad de atención. Pueden memorizar, cantar canciones cortas e incluso pensar antes de actuar.
Cada edad trae sus retos y aprendizajes
Propiamente no hay una edad más difícil, cada una presenta sus dificultades y experiencias. De cualquier manera, los padres siempre escucharán voces advirtiéndoles que la etapa que viene será más exigente que la que están atravesando.
Lo cierto es que la crianza es un todo de factores interrelacionados. Y la situación de los padres, en lo sentimental, económico y social, determina enormemente la conducta y estabilidad emocional de los hijos.
En otras palabras, ¿qué tan preparados están los padres para responder con diálogo a la intemperancia, rebeldía y búsqueda de autonomía de los hijos? A fin de cuentas, los queremos capaces de decidir y de actuar con criterio propio.
Dicho lo anterior, debes saber que existe una relación directa entre la inflexibilidad, el autoritarismo, las dificultades en la comunicación y los problemas de conducta de los hijos.
A lo que se suma la enorme influencia que ejerce el entorno. Un dato especialmente preocupante porque en edades tempranas la formación moral es aún muy susceptible y los niños están más expuestos que en épocas anteriores.
Por tanto, es esencial que en medio de todas estas presiones, los padres levanten un hogar formador, rodeado de amor y valores. Así sus hijos podrán crecer con normas, límites y correcciones.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- De Piaget, T. D. D. C. (2007). Desarrollo Cognitivo: Las Teorías de Piaget y de Vygotsky.
- Etxebarria, I. (2003). Las emociones autoconscientes: culpa, vergüenza y orgullo. EG Fernández-Abascal, MP Jiménez y MD Martín (Coor.). Motivación y emoción. La adaptación humana, 369-393.
- García-Méndez, M., Rivera Aragón, S., & Reyes-Lagunes, I. (2014). La percepción de los padres sobre la crianza de los hijos. Acta colombiana de psicología, 17(2), 133-141. http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0123-91552014000200014