La crianza del segundo hijo suele ser diferente a la del primero en muchos aspectos. Sin duda, la experiencia permitirá que los padres tengan un conocimiento previo, producto de la experimentación, el ensayo y el error, y puedan eliminar, mejorar y aplicar en su segundo hijo los conceptos que consideren como los pilares de una buena crianza.
La acción de criar a un niño implica guiarlo para que pueda desarrollarse emocional, social e intelectualmente. Así, hacer que se convierta en un individuo apto para la vida en sociedad.
Sin embargo, para conseguir este objetivo, los padres deben aplicar un modelo de crianza que se ajuste a las necesidades del pequeño; se debe tener en cuenta la presencia de su hermano mayor.
Si te estás preparando para la llegada de tu segundo hijo o si piensas en cuál será la mejor forma de criarlo con relación a su hermano, te serán de mucha utilidad las consideraciones que te traemos a continuación.
¿Qué implica criar a un niño?
Para criar a un niño, los padres suelen elegir diferentes métodos. En la mayoría de los casos, se pueden remitir al tipo de enseñanza que ellos mismo experimentaron de pequeños en sus hogares.
Básicamente, existen tres tipos de modelos de crianza que contienen los estándares más comunes: el estilo de autoritario, la crianza democrática y la crianza indulgente.
Crianza autoritaria
La crianza autoritaria se traduce como aquella en la que los padres imponen normas y la forma en la que los niños deben comportarse. Los menores deben obedecer sin posibilidad de reproches.
Para lograr este objetivo, los padres tienden siempre a mostrarse como figuras de autoridad y recurren a castigos para que el niño aprenda las consecuencias de un mal comportamiento o la desobediencia a partir de la privación.
Crianza democrática
La crianza democrática se enfoca en educar al niño a partir de una constante comunicación entre las partes. No suelen usarse los castigos ni las imposiciones; en cambio, los padres buscan que el niño entienda, dentro de sus posibilidades, las diferencias entre una buena y una mala conducta.
Crianza indulgente
La crianza indulgente ocurre cuando uno o ambos padres están con frecuencia ausentes en la vida del pequeño. De este modo, tienden a permitirle libertades y que él mismo tome ciertas decisiones en la manera de conducirse. En muchos casos, los niños de padres indulgentes tienden a mostrarse caprichosos o desobedientes a las normas.
“La acción de criar a un niño implica guiarlo para que pueda desarrollarse emocional, social e intelectualmente”
¿Qué tipo de método de crianza debo elegir?
La elección del método de crianza dependerá exclusivamente de la personalidad y el nivel de entendimiento que tenga el pequeño. También se ajustará a momentos y necesidades específicas.
De allí que resulte mucho más sencillo para los padres la crianza del segundo hijo, porque contarán con un bagaje de experiencias producto de la enseñanza impartida a su primer hijo.
La crianza del segundo hijo, ¿es idéntica a la del primero?
La crianza del segundo hijo no es igual a la del primero, aunque los padres apliquen el mismo método. Básicamente, los que ocurre es que hay una depuración en el tipo de normas y las formas de enseñar, gracias al ensayo y el error.
Ocurre también que la ansiedad de los padres primerizos desaparece y se permiten ser más permisivos y bajar la guardia. Se puede, entonces, identificar los dos tipos de cambios más notorios en la crianza del segundo hijo.
1. Se flexibilizan las normas
El aspecto más distintivo en la crianza del segundo hijo con respecto a la del primero es la flexibilización de las normas. Esto se puede ver en situaciones cotidianas.
Si con el primer hijo los padres tendían a imponer, por ejemplo, que los niños se comportaran mejor en la mesa, estuvieran vestidos con la ropa perfectamente limpia y arreglada, ya con el segundo hijo bajan la guardia y empiezan a enfocarse más en temas como la salud y seguridad.
2. Se delega en las tareas de la crianza
El segundo cambio más notorio durante la crianza del segundo hijo es que los padres comienzan, necesariamente, a delegar responsabilidades en las tareas de la crianza. Para poder atender de forma adecuada a los niños de la casa, y más si la diferencia de edades es cercana entre ellos, se hace imperativo que los padres tomen roles y garanticen así la igualdad de atención entre los dos niños.
En conclusión, es importante que sepas que, aunque el tipo de crianza entre un niño y otro va a variar y se ajustará a su personalidad, la enseñanza con amor será, en definitiva, la más efectiva en cualquier situación.