La Navidad es una de las épocas del año preferidas de los niños, y gran parte de su ilusión reside en los juguetes y obsequios que reciben cada 25 de diciembre o cada 6 de enero. Por eso, si tu hijo no quiere ningún regalo por Navidad es posible que te preocupes.
Has de saber que son varios los motivos que pueden llevar a que esto suceda y, en la mayoría de ocasiones no hay ningún problema grave de fondo.
No obstante, resulta conveniente estar alerta ante algunas señales que pueden orientarnos. Todo cambio de conducta o actitud en un niño debe tenerse en cuenta, ya que estos no siempre son capaces de explicar abiertamente lo que les sucede. Con frecuencia, contar con un adulto que les escuche y les guíe resulta suficiente.
¿Por qué mi hijo no quiere ningún regalo por Navidad?
Trastornos del estado de ánimo
Si un niño no quiere ningún regalo por Navidad es posible que esté experimentando algún trastorno del estado de ánimo. La depresión o la distimia se manifiestan, entre otros síntomas, por medio de apatía generalizada, desinterés y falta de entusiasmo.
Si este fuera el caso, el menor sería incapaz de disfrutar de otras actividades que antes le resultaban agradables. Además, podría presentar alteraciones del sueño y del apetito, problemas de concentración, irritabilidad y pensamientos negativos.
Es poco probable que la causa de que un niño no desee regalos por Navidad sea un trastorno de este tipo. Sin embargo, intenta analizar su actitud y su comportamiento y, si detectas algunas de las anteriores señales, acude a un especialista.
No sabe qué pedir
Cuando se acercan las fechas navideñas, los niños son bombardeados con anuncios y catálogos de juguetes. La oferta es tan amplia que, en ocasiones, pueden sentirse desbordados ante la infinidad de opciones. En esta situación, resulta positivo animar a los pequeños a pensar en sus actividades y pasatiempos favoritos y guiarles hacia opciones de regalo que puedan fomentar sus aficiones o habilidades. Centrar y reducir el número de sugerencias facilita la tarea de elegir.
Por otro lado, es importante explicarles que no todos los regalos tienen que ser objetos materiales. Algunos niños llegan a diciembre con una larga lista de juguetes predilectos, pero otros no sienten especial interés por ninguno.
Además, muchos menores tienen ya todo lo que pueden necesitar. Así, tal vez les resultaría más apetecible que su regalo fuese una experiencia, como hacer un escape room en familia o ir al concierto de su artista favorito. Estas opciones suelen ser las preferidas por los niños más mayores.
Una única opción no viable
En otras ocasiones puede suceder que el menor solo desea un regalo al que sus padres ya se negaron, tal vez por su elevado costo o porque no lo consideran apropiado para su edad.
Es el caso, por ejemplo, de los niños que desean tener un teléfono móvil antes de que sus progenitores quieran dárselo. Ante esta negativa, el niño puede cerrarse en banda y afirmar que, si no es eso, no quiere nada.
Antes de ceder, recuerda tus razones y mantente firme en tu decisión si es la que consideras correcta. Trata de explicarle a tu hijo por qué no es posible que pida ese regalo y buscad soluciones juntos. Tal vez puede ahorrar para contribuir a adquirirlo o quizá deba esperar un par de años para tenerlo. Exprésale tus motivos y anímale a escoger alguna otra opción, dejando claro que no vas a cambiar de opinión.
¿Qué hacer si un niño no quiere ningún regalo por navidad?
Muchas veces los niños y adolescentes que afirman no querer nada por Navidad, tanto si es por apatía como por no saber decidir, realmente sí esperan algún regalo. Al fin y al cabo, regalar es una forma de mostrar afecto, consideración e interés en el otro. El valor de estos presentes reside, sobre todo, en saber que hay otras personas que nos aprecian e invierten su tiempo y dinero en obsequiarnos con algo que nos haga felices.
Así, siempre es positivo hacerles algún regalo a los niños, aunque este sea una sorpresa para ellos o no lo hayan elegido. Hay muchos tipos de regalos que pueden hacerse y el objetivo principal siempre será transmitir a nuestros hijos afecto e implicación con su felicidad.
Bibliografía
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- Larraguibel, M. (2003). Depresión y distimia en niños y adolescentes. Boletín especial Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y la Adolescencia, 14, 21-4.
- Papa, Y. (2019, agosto 19). El síndrome del niño hiperregalado. Recuperado diciembre de 2020, de https://lamenteesmaravillosa.com/el-sindrome-del-nino-hiperregalado/