¿Por qué mi hijo me rechaza cuando nos reencontramos?

El rechazo momentáneo de los hijos, al momento de reencontrase con los padres, suele ser una respuesta normal que refleja inconformidad por la separación.
¿Por qué mi hijo me rechaza cuando nos reencontramos?
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 22 marzo, 2022

Debemos admitir que es una sensación muy dura, nos sucede con frecuencia a las madres y es difícil de entender. Mi hijo me rechaza cuando nos reencontramos, ¿por qué sucede? Para las madres resulta un momento de alegría reencontrarse con sus hijos luego de haberlos dejado por unas horas; sin embargo, para algunos niños parece un disgusto.

Para los pequeños es confuso que sus padres los dejen en la guardería o con un extraño cuando en realidad desean estar con ellos. Demostrar su incomodidad y rechazarlos en primer momento es una especie de revancha por el abandono, es algo que puede llegar a doler mucho, pero por lo general no dura tanto.

Después de haber pasado tanto tiempo sin separarse, padres e hijos logran un apego profundo; no obstante, llega el momento en que es precisa la separación. Ese periodo de readaptación puede ser muy duro para ambas partes, con la diferencia de que los adultos lo comprendemos mejor.

¿A qué se debe el rechazo?

No porque muestren rechazo cuando se reencuentran con nosotros implica que están tristes de que hayamos vuelto. Aunque no lo parezca, los niños se sienten aliviados y felices de ver que sus padres están de nuevo con ellos, pese a que no lo demuestran de la manera correcta.

Por tanto, es muy probable que la distancia que ponen -a veces acompañada de rabietas– tengan el propósito de llamar nuestra atención y, de algún modo, echarnos en cara que los dejamos solos.

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Que los niños protesten de esta manera quiere decir que se sienten afectados por la separación y es un indicativo de que nos extrañan.

Por tanto, la desaprobación por la ausencia es el principal motivo de este momentáneo rechazo; pero su respuesta también nos indica que se han sentido bien durante sus horas con otras personas. Si los niños están deseosos de que vengan por ellos y muestran desapego o miedo por sus cuidadores, puede ser motivo de que algo no va bien.

Dicho icho esto, es recomendable observar su reacción también ante los demás, algunas veces es cuestión de personalidad, no todos los niños van a actuar de la misma manera. En ocasiones, algunos padres acostumbran a sus hijos a quedar con frecuencia con sus familiares o conviven con ellos, así que para ellos será normal que vayan y vuelvan; otros son suficientemente maduros e independientes como para entenderlo.

Según los psicólogos, también por cuestiones de personalidad algunos niños más inseguros podrían creer que de alguna manera lo “merecen”. Por ello, es importante que observemos su reacción si se ponen tristes pero no manifiestan el típico rechazo.

Por tanto, si parecen sentir que los dejan como medida de castigo, es aconsejable que nos preocupemos más por su reacción, pues es una triste señal de baja autoestima.

¿Es normal que mi hijo me rechace?

Para los expertos, es una reacción normal que los niños muestren su inconformidad por algo que no les gusta. Pero, de no ser así, podríamos estar enfrentándonos a un problema mayor.

Psicólogos explican que lo que intenta expresar el niño no es un rechazo como tal, sino un disgusto, no es que el niño no quiere estar contigo, al contrario: es que deseaba que no lo dejaras.

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Lo normal sería que, al poco tiempo de que comiences a dejarlo, él se acostumbre a la rutina, sobre todo si se siente bien con sus cuidadores. No obstante, es conveniente que no perdamos el hilo de la comunicación y le hablemos todo el tiempo de que las cosas seguirán pasando así y que no por eso el amor hacia ellos va a cambiar.

Dedicarles tiempo de calidad, aprovechar de compartir con ellos mientras estemos disponibles, podría contribuir a que se sientan seguros de que sus padres los quieren y están con ellos muchas veces. Es muy importante tranquilizarlos y ser muy pacientes con su actitud, pues antes que reprenderlos por su reacción es preferible comprenderlos sinceramente.


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