El uso del agua con fines terapéuticos es uno de los método más antiguos utilizados para el tratamiento de diversas patologías. La práctica de la hidroterapia para embarazadas también resulta ser ampliamente beneficiosa debido a que ayuda a la madre a obtener un mejor control de la respiración e, incluso, disminuye las molestias físicas propias del proceso de gestación.
El ejercicio regular mejora notablemente la calidad de vida de las embarazadas, por lo que es recomendable practicarlo mientras sea aprobado por el médico. Además, al ser tan beneficioso, la hidroterapia para embarazas se convierte en una de las mejores opciones, pero es importante conocer más en detalle de qué se trata esta actividad física.
¿Qué es la hidroterapia?
El agua es uno de los elementos más beneficiosos para el cuerpo debido a que, entre sus muchos propiedades, hidrata, relaja y limpia el cuerpo. La palabra hidroterapia, según una investigación realizada por la Universidad de Vigo, proviene del griego hydor, agua, y therapeia, terapia, que se refiere en el contexto completo a “curación a través del agua”.
Por esta razón, se define como hidroterapia al empleo tópico o externo del agua con fines terapéuticos. Así pues, a través de este tratamiento, el agua logra sus efectos rehabilitadores gracias a aportar al cuerpo una energía mecánica y/o térmica.
Beneficios de la hidroterapia para embarazadas
Pero realizar actividades físicas no solo beneficia a la madre sino también al bebé. En el caso de la hidroterapia para embarazadas, encontramos innumerables beneficios importantes:
- La fuerza de la gravedad disminuye.
- La sobrecarga de las articulaciones es mucho menor.
- Favorece los movimientos articulares y musculares, lo que genera mayor flexibilidad.
- Reduce en hasta un 90 % el peso, por lo que se pueden realizar ejercicios más fácilmente.
- Aumenta el vínculo afectivo entre madre e hijo.
- Disminuye el dolor lumbar o el pinzamiento del nervio ciático.
- Los edemas y las várices se presentan en menor cantidad.
- Mayor circulación.
- Reduce el riesgo de traumatismos fetales.
- Fortalece los abdominales y los abductores.
- Estimula la producción de endorfinas, lo que genera una sensación de bienestar en el cuerpo.
- Previene dolores por contracturas musculares, específicamente al nivel de la columna. Estos dolores generalmente se producen por constantes cambios que ocurren durante el embarazo.
- Refuerza la musculatura pélvica y el tono muscular.
- Se refuerza la actividad diafragmática, la cual sufre una alteración debido al embarazo.
Julh, Andersen, Andersen, & Olsen, destacan en su investigación sobre los beneficios de las actividades acuáticas en el embarazo que: “Las mujeres nadadoras tuvieron menos riesgo de bebés con malformaciones congénitas y riesgo de partos prematuros.”
Recomendaciones para realizar hidroterapia durante el embarazo
El American College of Obstetrician and Gynaecologist presentó una lista de recomendaciones para aquellas madres que deseen realizar hidroterapia. Estas son algunas de las más importantes:
- La madre debe presentar la prescripción médica.
- No aumentar la actividad física repentinamente.
- Realizar ejercicios que no fatiguen.
- Mantener la frecuencia cardiaca en el nivel adecuado.
- No continuar con los ejercicios si se presenta algún síntoma fuera de lo común.
- Evitar la deshidratación.
- Evitar el aumento de la temperatura corporal.
- Realizar las actividades 2 o 3 veces por semana como máximo (dependerá de lo indicado por el médico).
Los vapores, tinas calientes y saunas no son recomendables en el embarazo.
¿Por qué hacer hidroterapia en el embarazo?
Una de las molestias más comunes durante el embarazo es sentir el cuerpo pesado, pero al estar en el agua, esta sensación se reduce notablemente, haciendo que incluso la madre pueda sentir cómo sus músculos se relajan. Además, la flotación genera más libertad al cuerpo, por lo que podrá realizar mayor cantidad de movimientos.
Por otro lado, las articulaciones se vuelven más flexibles, se reducen las varices y se eliminan diversos dolores que se presentan durante la etapa de gestación. Por estas razones, tanto la hidroterapia como la natación son tan recomendadas durante el embarazo, pero ambas deben realizarse bajo observación médica.
Además, es fundamental destacar que la hidroterapia para embarazadas no presenta ningún tipo de riesgo de lesión, choques o caídas. Así pues, es recomendable que comience a practicarse después del tercer mes de embarazo hasta el final del mismo, pero siempre con autorización médica.
En definitiva, el agua puede ser un elemento natural ampliamente beneficioso durante el embarazo, pero es importante recordar que cada una de las actividades que realice la madre durante esta etapa debe ser autorizada por el médico, todo ello con la finalidad de no poner en riesgo la salud de la madre o del bebé.
Bibliografía
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