¿Cómo reaccionas ante los malos comportamientos de tus pequeños? Hacer sentir culpable a tu hijo era una técnica muy utilizada en el pasado para intentar mejorar su conducta. Sin embargo, a pesar de que puede parecer efectiva momentáneamente, la verdad es que solo deja heridas emocionales que les impide a los niños crecer como personas.
Mucho se ha hablado sobre el impacto negativo que tienen las etiquetas en el desarrollo emocional de los niños. Esto debido a que estas palabras “inocentes” cargan con un gran juicio de valor que encasilla a los hijos en un molde del que es difícil salir.
Por eso, recuerda que tus pequeños no necesitan que los hagas sentir mal por sus acciones. Al contrario, requieren de un adulto responsable que con respeto y afecto los ayude a mejorar mediante la reflexión y el diálogo.
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5 consejos para no hacer sentir culpable a tu hijo
Ser madre o padre es una tarea más difícil de lo que parece. Porque no solo se trata de brindarles a los niños todas las comodidades materiales para que puedan crecer y desarrollarse sanamente. Sino también procurar no hacer sentir culpable a tu hijo para darle un acompañamiento emocional que le permita aprender a ser mejor persona y evitar comportamientos nocivos.
Estas son algunas recomendaciones para lograrlo.
1. Fomenta el diálogo y cuida del lenguaje
La empatía, el respeto y la comunicación hacen parte de toda crianza positiva. Si deseamos dejar una enseñanza en el corazón y en el interior de nuestros hijos es importante aprender a comunicarnos de la mejor manera. No se trata de proclamar regaños para herir los sentimientos de los niños. Es acerca de utilizar el lenguaje como una herramienta para corregir, aprender y mejorar.
Los niños en muchas ocasiones no son conscientes de su falta de inteligencia emocional y no se puede culparlos por ello. Ya que es trabajo de los padres enseñarles cómo gestionar sus sentimientos y establecer límites de convivencia para cuidar de ellos mismos y de los demás. Por lo que no hagas a tus hijos sentir culpables o avergonzados ante sus errores. Mejor emplea una comunicación amable y respetuosa para reflexionar sobre los hechos.
2. Evita el uso de etiquetas a toda costa
Las palabras duelen y se quedan marcadas en el subconsciente de los niños y adolescentes, haciendo que se cohíban y se encierren en una casilla que no les corresponde. Debido a esto, es muy importante que nunca les pongas etiquetas negativas a tus hijos, tales como “necio”, “tonto”, “inútil”, “perezoso”, “grosero” o “inmaduro”, ya que hacen más daño del que parece.
Este tipo de etiquetas y calificativos solo imponen un peso emocional sobre los hombros de los hijos. Haciéndoles creer que sus padres tienen la razón y son niños con muchos defectos. No obstante, equivocarnos hace parte del aprendizaje diario y no tiene sentido estancar a los niños bajo juicios de valor que, lejos de permitirles mejorar, los hacen creer que son insuficientes.
3. Previene los regaños sin reflexión
Existen algunas ocasiones en la vida de todos los papás en las que la paciencia parece haber abandonado nuestro cuerpo. Es ahí en donde las emociones pueden expresarse sin inteligencia y hacer que proclamemos gritos que solo hacen sentir mal a los hijos, pero no les brindan un espacio para reflexionar sobre lo ocurrido para no volverlo a cometer.
Es crucial recordar que culpar, humillar, avergonzar o incluso emplear la violencia física con nuestros pequeños (ya sea en público o en privado) no los hará mejorar como personas. Por el contrario, esas reacciones poco empáticas y autoritarias solo le están transmitiendo un mal ejemplo a los niños que luego replicarán en su vida adulta.
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4. Sé empático y tolerante
Una de las consignas de la crianza positiva es comprender que nuestra labor como padres es acompañar a los hijos con amor, respeto y empatía para que aprendan de sus errores y comprendan por qué está mal cometerlos.
Y para lograr esto, es indispensable tener una mirada empática y tolerante. Lo cual no significa pasar por alto los malos comportamientos. Sino ser conscientes de que los niños aún no saben cómo gestionar sus emociones y es nuestra obligación guiarlos y ayudarlos.
5. Promueve la inteligencia emocional
Una gran mayoría de padres recurren a los castigos y los regaños por encima del diálogo y la reflexión, ya que esa fue la manera en la que los criaron a ellos. Sin embargo, esos comportamientos solo perjudican el vínculo con los hijos y los hace alejarse cada vez más.
Por lo que, en lugar de hacer sentir culpable a tu hijo y castigarlo por sus errores, emplea la inteligencia emocional y escucha con atención lo que tiene por decir. Invítalo a pensar sobre sus malas actitudes y recuérdale que, así como él tiene valiosos sentimientos, las demás personas también y por eso merecen respeto.
Hacer sentir culpable a tu hijo no le permite crecer como persona
Aprender de los errores y emplear la inteligencia emocional en situaciones de estrés son enseñanzas que como padres debemos transmitir a los hijos. No obstante, esto no es posible si utilizamos el chantaje emocional como herramienta para que los niños comprendan sus equivocaciones. Debido a esto, mejor ejerce un acompañamiento respetuoso y promueve la reflexión por encima de la culpa.
Bibliografía
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