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Ganglios en bebés y niños: ¿qué son y cómo controlarlos?

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En la inmensa mayoría de los casos, los ganglios no son nada de qué preocuparse. Sin embargo, es conveniente saber detectar cuándo podrían ser peligrosos.
Ganglios en bebés y niños: ¿qué son y cómo controlarlos?
Última actualización: 28 febrero, 2021

¿Conoces los famosos ganglios linfáticos? Estas son unas diminutas y discretas estructuras redondeadas que forman parte del sistema inmunitario. Por lo tanto, cuando existe una infección, se “activan” e inflaman, convirtiéndose en una molestia temporal.

Su aparición en niños -y en adultos- es bastante común y no suele requerir tratamiento. Sin embargo, existen algunas enfermedades graves que también afectan a los ganglios, aunque de una forma más discreta y prolongada.

Tener algunos conocimientos acerca de esta parte de la medicina siempre es conveniente, en especial cuando se tienen hijos pequeños. ¿Te interesa saber un poco más? ¡Sigue leyendo!

Ganglios en la salud y enfermedad

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Los ganglios son unas estructuras redondeadas que forman parte del sistema linfático. Este último está formado por un conjunto de vasos, como los del sistema cardiovascular, que transportan linfa en su interior.

Si te estás preguntando qué es la linfa, se trata de una sustancia rica en proteínas y grasas que proviene del exceso de líquido en algunos vasos sanguíneos muy pequeños (los capilares). Por decirlo de algún modo, este sistema “recoge” parte del líquido que derrama el cuerpo y lo vuelve a introducir en el sistema venoso.

Todo esto suena muy interesante, pero ¿qué tienen que ver los ganglios en todo esto? Estas diminutas estructuras se encuentran muy relacionadas con los vasos linfáticos, pero desde un punto de vista funcional, forman parte del sistema inmunitario.

Los microorganismos que arrastra la linfa tienen que pasar siempre por varios ganglios linfáticos antes de llegar al sistema venoso. Es aquí donde un montón de células (como los linfocitos) atacan los gérmenes y defienden al organismo de los efectos de una infección.

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¿Dónde se ubican los ganglios?

Los ganglios están dispersos por todo el organismo, en estrecha relación con los vasos sanguíneos. Por lo tanto, es común encontrar estas estructuras en forma de cadenas acompañando algunas arterias y venas, pero en un compartimiento distinto y haciendo cosas diferentes.

Son abundantes en la región inguinal (más o menos en la región de la entrepierna), el cuello y las axilas. En los órganos internos también son muy numerosos, como en el diafragma, los pulmones y el estómago.

Estos últimos no son evidentes en el día a día, por lo que para detectar su inflamación deben realizarse estudios complementarios, como una tomografía axial computarizada.

¿Cómo identificar ganglios sospechosos?

Los ganglios suelen inflamarse como respuesta a una infección. Los que responden de forma inmediata son aquellos que se encuentran más cercanos. Por ejemplo, durante algunas infecciones respiratorias altas, como en la amigdalitis o la rinosinusitis, se inflaman los ganglios del cuello.

¿Sabes cómo aprender a detectarlos? Por lo general, son pequeñas masas de consistencia blanda, móviles, dolorosas cuando se tocan y cuya superficie puede estar un poco caliente. Los síntomas suelen aliviar a medida que evoluciona la infección inicial; los analgésicos o antiinflamatorios de uso común, como el ibuprofeno, pueden ayudar.

A pesar de que en la mayoría de los casos estos ganglios no tienen importancia, hay algunas enfermedades que pueden afectar estas estructuras. De hecho, pueden “inflamarlas” durante un largo periodo de tiempo y pasar desapercibidos.

En estos casos, el aumento de volumen ocurre en varias semanas o meses, la consistencia puede ser dura e indolora y el tamaño puede ser de varios centímetros. En estas condiciones, la superficie no suele estar enrojecida o caliente.

Enfermedades importantes que pueden afectar los ganglios

Las más típicas son aquellas condiciones que afectan a la sangre, como las leucemias y los linfomas. Ambas son un tipo de cáncer que afecta a las células del sistema inmunitario, las cuales viajan por la sangre y, por supuesto, en el sistema linfático.

Otras condiciones son la tuberculosis, el lupus eritematoso sistémico o la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

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¿Es necesario acudir al pediatra si existe un ganglio inflamado?

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Si bien las enfermedades que mencionamos en el apartado anterior son más o menos comunes, en la enorme mayoría de los casos los ganglios no representan un peligro ni signo de alarma. En caso de tener un hijo, es recomendable estar atento a la aparición de estas estructuras y la presencia de los signos de alarma que hemos mencionado antes.

En tal caso, es necesario acudir a un pediatra lo antes posible. Lo más probable es que después de realizar el examen físico correspondiente, se indiquen algunos estudios sanguíneos complementarios para evaluar su estado general. En algunos casos puede ser necesaria la realización de una biopsia.

También existen otros síntomas de alarma que deben llamar la atención de los padres:

  • Aparición de ganglios por encima de la clavícula.
  • Fiebre persistente durante varios días o semanas.
  • Pérdida de peso o falta de apetito.
  • Dolores frecuentes en cualquier parte del cuerpo.
  • Sangrado excesivo con cortes, golpes o caídas.

Siempre es necesario mantenerse atentos

Conocer un poco mejor el cuerpo humano permite prevenir muchos problemas de salud. No hay que llegar a los límites de la sobreprotección o la compulsividad, sino simplemente mantener la atención ante alguna anomalía.

Hay que recordar que cualquiera de las condiciones antes mencionadas tiene mejor pronóstico si su diagnóstico y tratamiento son tempranos.


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  • Del Rosal T, et al. Adenitis cervical. Pediatr Integral 2018;22(7):307 – 315.
  • García Aguado J. Estudio del paciente con adenopatías periféricas. En: AEPap ed. Curso de Actualización Pediatría 2010. Madrid: Exlibris Ediciones; 2010. p.31-42.

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