La amigdalitis en los niños

La amigdalitis es uno de los principales motivos de consulta en los servicios de pediatría. A continuación te explicamos lo que debes saber sobre ella.
La amigdalitis en los niños
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 23 febrero, 2023

¿Tu hijo tiene problemas de amigdalitis? No te alarmes, esta enfermedad es muy común en ellos y por fortuna se cura muy rápido, si se brindan los cuidados necesarios y el diagnóstico oportuno. Existe una variante aguda (que se desarrolla en pocos días) y otra crónica o recurrente. A continuación te explicamos lo más importante sobre esta condición.

Conozcamos qué es la amigdalitis y sus síntomas

La amigdalitis es la inflamación de las amígdalas. Estas son estructuras pertenecientes al sistema inmunitario (tejido linfoide), y típicamente las que se afectan son las llamadas amígdalas palatinas, a ambos lados de la orofaringe. Este tipo de infecciones son mucho más comunes en los niños.

Es más frecuente entre los 3 y 8 años aproximadamente, y es en muchos casos generada por un virus. La otra forma de contraerla puede ser por una infección bacteriana, pero ambas las determinará un especialista a través de exámenes médicos y de laboratorio de ser necesario.

Según la Clínica Mayo, las amígdalas afectadas se ven aumentadas de tamaño, enrojecidas y, en ocasiones, con pus. Esto provoca dolor de garganta y dificultad para tragar. Además, es común observar fiebre, malestar general, erupciones cutáneas, mal aliento (halitosis), tos y náuseas. Dependiendo del origen, algunos síntomas podrían ser más intensos, como veremos a continuación.

Diferencias entre amigdalitis viral y bacteriana

Los niños en edad escolar están mucho más expuestos a este tipo de infecciones, sin embargo no se debe considerar normal que esto ocurra constantemente.

Es importante saber la diferencia entre la amigdalitis viral y la bacteriana debido a que cada una posee un manejo o tratamiento distinto. A continuación, daremos algunos síntomas que diferencian a cada una y de esta forma su diagnóstico o manejo será más fácil de realizar.

Amigdalitis viral

  • No es tan agresiva, al principio se presenta de una forma suave.
  • Comienza la sintomatología alrededor de 3 días de haber entrado en contacto con el virus.
  • Los síntomas son muy parecidos a los de una gripe fuerte: tos, malestar general, congestión nasal y dolor de garganta.
  • La fiebre no es tan alta.
  • Se contagia con facilidad.
  • No dura más de una semana.

Amigdalitis bacteriana

  • Los síntomas se manifiestan de forma agresiva y brusca.
  • El dolor de garganta es muy fuerte desde el inicio.
  • La fiebre es alta (39-40 °C).
  • Casi siempre viene acompañada de placas de pus.

Cuando nuestros hijos se enferman varias veces con amigdalitis, nos podría parecer que la mejor solución es retirarlas. Sin embargo, se trata de una decisión del médico, ya que estos tejidos cumplen funciones inmunitarias importantes al servir para desarrollar varias células.

Por esta razón es importante al momento de pensar en tomar una decisión quirúrgica se deben evaluar los pro y contra para tomar la alternativa más acertada y que le convenga al niño.

Mami puede notar la amigdalitis rápidamente

Esta enfermedad, a diferencia de otras, es fácil de visualizar sin tener mucho conocimiento al respecto. De hecho, antes de asistir a una consulta médica, podemos realizar un control preventivo en casa.

Abrimos cuidadosamente la boca del niño y observamos la parte de atrás: si se visualizan las amígdalas inflamadas, enrojecidas y con algunos puntos blancos, las probabilidades de que se trate de una amigdalitis son altas.

Durante el día a día quizás puedas notar otros síntomas que son característicos de esta enfermedad, estos pueden ser los siguientes:

  • Dolor de garganta.
  • Dolor de oído, ya que las conexiones de las vías respiratorias en los niños se conectan internamente con facilidad.
  • Dificultad para comer y tomar cualquier líquido.
  • Mal aliento (sucede cuando hay pus en la zona e indica un proceso bacteriano).
  • Problemas para deglutir.

Tratamiento médico en caso de amigdalitis

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El tratamiento ideal para enfrentar esta infección puede ser el siguiente:

  • Acudir de inmediato al médico si la sintomatología es persistente.
  • En caso de una amigdalitis bacteriana, el médico indicará antibióticos. Para tener mayor seguridad diagnóstica, es probable que realice una prueba rápida llamada estreptotest. Con la toma de muestra de un exudado de las amígdalas, es posible determinar si hay presencia del Streptococcus pyogenes, el microorganismo generalmente involucrado.
  • Cumplir el tratamiento indicado por el médico. Tal y como se mencionó anteriormente, es una de las patologías más frecuentes en los niños. Si no se cumplen los días y las especificaciones, las probabilidades de tener resistencia a los antibióticos aumentarán.
  • En la mayoría de los casos, el tratamiento incluirá analgésicos de uso común (como los antiinflamatorios no esteroideos o AINES).
  • Tener mucha paciencia al menos los 3 primeros días, comprendiendo que quizás la alimentación no será como la que hace diariamente por el dolor.
  • La extirpación de las amígdalas es la última solución (amigdalectomía o tonsilectomía). Según los expertos, las indicaciones más frecuentes incluyen infecciones recurrentes y el síndrome de apnea obstructiva del sueño (ya que el tejido ha crecido demasiado y obstruye la vía aérea).

Los cuidados en casa

Cuando la amigdalitis es viral y no se indican antibióticos se puede ayudar al niño de la siguiente manera:

  • Realizarle al menos una vez al día una limpieza bucal, con agua tibia y sal, esto ayudará a bajar la inflamación.
  • Suministrarle la mayor cantidad de líquido al día, preferiblemente frío.
  • El consumir helado es una excelente opción para aliviar el dolor e irritación.
  • En caso de altas fiebres, los baños de agua fría son ideales para ayudar a bajar la temperatura.
  • Para mayor cuidado, es importante que mientras sana completamente no se incluya en actividades físicas o llevarlos a la escuela. Sus defensas en estos momentos están bajas y pueden retrasar la mejoría.

En definitiva, la amigdalitis es una condición bastante diversa e importante para la salud pública. Los esfuerzos por manejar de forma más eficaz este tipo de patologías siguen manteniéndose, algo que también debe considerarse en el hogar. Acudir de forma temprana al pediatra es la mejor opción para un diagnóstico precoz y tratamiento oportuno.


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