Una de los períodos más importantes en la vida de los seres humanos es la adolescencia. Se suele ver como una etapa única, pero se subdivide o segmenta en etapas con matices distintos.
Esta división no tiene criterios rígidos, referido a cuándo comienza y cuándo termina cada una de las etapas de la adolescencia. Todo depende del patrón que se utilice. Sin embargo, existen ciertas generalidades que pueden ser útiles.
A diferencia de otros animales, los seres humanos pasamos por un proceso de cambios y maduración mucho más lento. Sin embargo, hay momentos en los que estos cambios se dan de modo más apresurado. Este es el caso de la adolescencia.
¿Cuáles son las etapas de la adolescencia?
Preadolescencia
Para hablar de esta etapa, primero hay que aclarar que existe la discusión sobre si este período pertenece a la niñez o no. La preadolescencia se da entre los 8 y los 11 años y puede considerarse como un período de transición.
Los niños se muestra torpes, debido a que el crecimiento de los huesos es desigual, lo que impide la coordinación de movimientos. De hecho, muchos niños en esta edad pueden expresar que sienten molestias en las articulaciones.
En cuanto a los cambio psicológicos, los preadolescentes hacen progresos en el pensamiento abstracto, aunque no lo dominen. Otro aspecto notable es que comienzan a encajar en los roles de género establecidos por la sociedad. En esta etapa necesitan cumplir con los estereotipos de hombre y mujer.
Adolescencia temprana
Esta etapa transcurre entre los 11 y los 13 años de edad. Está marcada por una manifestación muy notoria de cambios físicos en poco tiempo. En ambos sexos empiezan a surgir vellosidad y cambios en la voz.
Durante esta etapa los cambios psicológicos no se hacen tan plausibles. Los que existen se dan como consecuencia de esos cambios físicos. Al observar los cambios que se producen en su aspecto, el adolescente experimenta sentimientos de curiosidad y extrañeza.
Estos cambios lo hacen un ser más solitario, y normalmente se acerca a quienes nota que tienen procesos similares a él. Por lo general son del mismo sexo. En este periodo la relación con personas de otro sexo es poco frecuente. El deseo sexual aún dista de ser el de un adulto.
Esta es una de las etapas de la adolescencia donde el pensamiento abstracto no se ha desarrollado en toda su potencialidad. Su pensamiento sigue siendo, básicamente, inmediato, es decir, gira alrededor del presente.
“Las etapas de la adolescencia se pueden agrupar en cuatro: la preadolescencia, la adolesencia temprana, la adolescencia media y la adolescencia tardía”
Adolescencia media
Esta etapa va de los 14 a los 17 años. Durante este período, el proceso físico de maduración sexual del adolescente llega al final. La estatura y el tamaño de los órganos sexuales han logrado casi la total plenitud.
Durante la adolescencia media los cambios físicos se detienen o son mucho más lentos. Esto permite al adolescente tener una imagen propia mucho más estable. Al estabilizarse el aspecto físico, irrumpen los cambios en los aspectos psicológicos.
En esta etapa el adolescente está mucho más cerca de desarrollar un discurso propio. Esto sucede gracias a que ha desarrollado más el pensamiento abstracto.
Son momentos de gran estrés; también surgen identificadores con ciertas personas y con posiciones religiosas, filosóficas o políticas que lo acompañarán por un buen tiempo.
Aquí también se funda el sentimiento de invulnerabilidad, que hace que el adolescente pueda volverse más agresivo. También está dispuesto a asumir riesgos irresponsables como el consumo de drogas y alcohol.
En esta etapa se abren las puertas del contacto con el sexo opuesto. Pero es bueno advertir que ese contacto no busca aún una relación sexual explícita y clásica. Por el contrario, trata de reafirmar su autoestima a través de una acción narcisista.
Adolescencia tardía
Entre los 17 y los 21 ocurre la adolescencia tardía, que será la última etapa antes de convertirse en adulto. Física y sexualmente se ha desarrollado por completo. En este sentido, ha llegado a la adultez.
Gracias a que los cambios físicos bruscos cesan, la imagen deja de ser lo principal. En la adolescencia tardía el joven se aleja del egocentrismo que lo caracterizaba, aunque este no desaparece de manera definitiva. Al tener conocimiento de los otros, surge lo que se denomina como conciencia social.
En la adolescencia tardía se comienzan a tener planes de futuro. Además, mejora la relación con los padres. El adolescente comprende que el comportamiento de los padres no es caprichoso. Aunque sigan existiendo discrepancias, las relaciones familiares mejoran.
Bibliografía
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