El no dejar dormir a un niño después de un golpe en la cabeza es un mito para los profesionales de la salud. Se dice que lo que realmente importa son las reacciones o síntomas después de dicho golpe, las cuales pueden precisar de la atención de un pediatra.
A continuación, te contaremos más acerca del tema. También mencionaremos cuales son esos síntomas que deben encender las alarmas para que puedas buscar atención médica de forma oportuna y evitar cualquier secuela en el pequeño.
¿Qué hacer si tu niño ha sufrido un golpe en la cabeza?
Cuando esto ocurre, lo primero que hacemos es acudir inmediatamente al médico, y no está de más. Pero los profesionales de la salud consideran que, en esta etapa, lo que deben hacer los niños es descansar y disminuir su actividad diaria.
No faltará quién nos asuste y diga que si el niño se duerme puede caer en coma. Sin embargo, se trata de un mito y no existe evidencia científica que lo respalde. Aunque no podría descartarse un daño mayor, todo dependerá de la intensidad del impacto o golpe en la cabeza del niño.
Si tu niño ha sufrido un golpe, lo primero que debes hacer es ver si está consciente. Para ello, plantéale cuestiones sencillas y concisas: “¿Cuál es tu nombre? “¿Sabes dónde estás?”, y otras preguntas de este estilo.
Si el niño es muy pequeño, puedes valerte de estímulos. Las diferentes reacciones ante ellos te dirán que tan consciente está después del golpe; puedes comprobar si sigue con la vista el movimiento que está frente a él o el haz de luz que hay ante sus ojos.
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Síntomas a los que se debe prestar atención
Los síntomas que puede presentar un niño por un golpe en la cabeza pueden ser variados, y algunos ameritarán estudios u observación médica. La presencia de estos síntomas suele ayudar a entender la magnitud del impacto.
Cuando se produce una contusión o golpe en la cabeza del niño, el cerebro sufre una sacudida. Eso puede generar ciertos síntomas o reacciones mientras se reordenan las facultades, lo que podría llevar cierto tiempo.
Tras un golpe leve el síntoma más común será el dolor en la zona. También puede aparecer una lesión denominada cefalohematoma, que no es más que la inflamación que se produce en el cuero cabelludo. La presencia de estos signos no debe generar mayor alarma, aunque lo más recomendable es mantener al pequeño en observación las próximas horas.
Los impactos de mayor intensidad pueden generar síntomas más graves. La duración de los mismos dependerá del impacto y del daño que se pudo haber generado. Según la Guía de Manejo Terapéutico del Traumatismo Encefalocraneano citada con anterioridad, existen algunas señales que deben despertar las señales de alarma. Algunas pueden ser las siguientes:
- Desorientación.
- Pérdida de equilibrio.
- Visión borrosa.
- Dolor de cabeza.
- Hormigueo en los brazos o piernas.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida de la conciencia.
- Problemas para hablar.
- Sangrado por la nariz o los oídos.
La presencia de cualquiera de estos síntomas indicará que tu hijo sufrió un golpe de magnitud considerable. Por ello, la visita al médico debe ser inmediata. Además, según su duración o su intensidad, el especialista recomendará su hospitalización y la realización de ciertos exámenes.
Traumatismos encéfalo craneanos en niños
Algunos estudios indican que el traumatismo encéfalo craneano (TEC) es un problema potencialmente grave, sobre todo en neonatos. Existen diferentes tipos de TEC dependiendo de la intensidad del golpe:
- Traumatismo leve: son los más frecuentes en la edad pediátrica y se caracterizan por no existir ninguna alteración en el nivel de conciencia del pequeño. Tampoco existen fracturas en los huesos que componen al cráneo.
- Traumatismo moderado: el niño puede mostrarse confundido tras el impacto, a pesar de no existir lesión cerebral. La pérdida de conocimiento durante breves minutos puede ocurrir en estos casos.
- Traumatismo grave: se trata de la lesión más importante de todas y que requiere atención médica inmediata. Suelen existir fracturas en el cráneo, por lo que requieren hospitalización e intervenciones médicas.
Una de las causas más frecuentes de TEC en los bebés es mal uso de los coches de paseo o los andadores. Los padres recurren a este tipo de objetos debido al agotamiento, elevando la potencialidad de un accidente.
Para prevenirlos, los cuidadores necesitan apoyo para crear las condiciones de un descanso seguro, amén de mucha información sobre la fragilidad del cráneo y el cerebro del bebé. En especial, para evitar los zarandeos o las sacudidas violentas en momento de tensión.
Ahora bien, en caso de una lesión severa en cuero cabelludo, cráneo o cerebro, los padres deben estar atentos a los síntomas ya descritos mientras contactan con un médico.
¿Qué hacer si se trata de un golpe en la cabeza que no aparenta daño?
Si el niño después de la contusión no presenta síntomas y continúa jugando normalmente, es probable que no haya sido nada grave. Recuerda que los huesos del cuerpo y también del cráneo tienen cierta flexibilidad que les permite amortiguar o absorber un poco los impactos.
Ten presente que debes mantenerlo en observación, porque en las primeras horas podrían generarse otros síntomas que pueden indicar algún daño. Las próximas 8 horas serán fundamentales.
El tratamiento para un golpe en la cabeza dependerá de la gravedad de la lesión. Si presenta un dolor leve de cabeza podrías darle un analgésico, pero siempre bajo prescripción del pediatra de confianza. También puedes aplicar un poco de hielo envuelto en tela y hacer que disminuya su actividad.
Si el niño se duerme, déjalo que lo haga; su cuerpo y cerebro están demandando reposo y descanso tras la angustia del accidente. Eso sí, cada cierto tiempo deberás despertarlo para ver cómo reacciona hasta cumplir las 6 u 8 horas posteriores al accidente.
Por supuesto, si el golpe fue mayor y hay una herida que no puedes controlar en casa, acude a urgencias de forma inmediata.
Consejos para los padres cuando el niño se golpea la cabeza
Ante todo, mantén la calma, y si el niño llora, trata de tranquilizarlo lo antes posible. Por lo general, las lesiones de un golpe en la cabeza son menos de las que te imaginas, incluso aun cuando el sangrado sea copioso. Recuerda que el cuero cabelludo posee muchos vasos sanguíneos, por lo que el mínimo corte tiende a generar un sangrado abundante.
Además, ten presente que los golpes en la cabeza son parte de las lesiones más comunes en los niños. Aprendiendo a caminar, al jugar, al querer alcanzar algo, correr, montar en bicicleta o al caerse de la cama muchas veces los golpes van a parar al mismo sitio.
Por cierto, si eres de los padres que tienen como posible opción para las andanzas del bebé por la casa el uso de andadores, la recomendación es que no lo sigan pensando. Las lesiones y golpes en la cabeza relacionados con estos dispositivos están por el orden del 12 al 50 %.
Gatear y andar por sus propios medios cuando llegue el momento es lo natural e ideal para prevenir accidentes. Los golpes sufridos en esta etapa suelen ser leves. Con todo, hay otros que pueden ser más serios, por ejemplo, arrollamientos, accidentes automovilísticos, caída en patines o por las escaleras.
En resumidas cuentas, la prevención razonable ayudará a reducir el riesgo de que tu niño se vea involucrado en este tipo de lesiones.
En conclusión
Es importante recalcar una vez más que despertar al niño o evitar que duerma resulta un mito, y en muchas ocasiones contraproducente. La mayoría de los golpes en la cabeza son leves, por lo que no deberás preocuparte en exceso. El descanso adecuado y el uso de compresas de hielo deberán ser más que suficientes en estos casos.
Sin embargo, lo ideal será acudir a urgencias si notas algunos de los signos de alarma mencionados. En estos casos, es importante que recuerdes el contexto y los detalles del golpe, ya que puede ser información que ayude al equipo de salud al momento de atender a tu pequeño.
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