Cómo elogiar a tus hijos de forma constructiva

Los elogios son una buena herramienta siempre que se hagan bien y se tengan en cuenta ciertos aspectos.

A todos nos gusta que nos elogien. Nos hace sentir bien y tendemos a repetir la acción para recibir más halagos. Por su parte, a los niños también les ayuda a estar mejor, siempre y cuando lo reciba de la manera adecuada. Por eso, vamos a explicarte cómo elogiar a tus hijos de forma constructiva.

Seguro que si piensas encuentras un montón de cualidades buenas de tus hijos. Sin embargo, te centras solo en las cosas que hace mal y parece que es lo único que le recuerdas cada día. Por el contrario, no hay que perder de vista las cosas buenas que también hacen a diario. Con una sonrisa o con decirles lo bien que ha hecho algo cuando es verdad, tiene un gran poder para ellos. Es decir, hay que darse cuenta de lo positivo y hacérselo saber.

La importancia de los elogios apropiados en la crianza

En ningún caso se trata de elogiar por elogiar. Hay que hacerlo con moderación, puesto que solo será eficaz si te centras en una acción concreta. Así, el niño tendrá conciencia de lo que es correcto y de lo que no. Además, reconocer el esfuerzo y lo positivo les permitirá sentirse bien consigo mismo y le motivará a esforzarse más y mejor para conseguir los mismos resultados o parecidos.

El elogio es, por tanto, una herramienta que se debe emplear para que los niños mejoren su autoestima y la confianza en ellos mismos. Sin embargo, siempre tienen que ser reales y sinceros. De lo contrario, los menores lo sabrán y se sentirán profundamente mal y decepcionados.

Además, un pequeño que recibe demasiados elogios y estos no son correctos o son excesivos, se convertirá en un niño vanidoso, perezoso y egoísta. De esa forma, solo querrá hacer las cosas si recibe buenas críticas. En caso contrario, preferirá no hacer nada, porque no habrá aprendido la importancia del esfuerzo. En cambio, el elogio positivo le ayudará a sentirse bien y se motivará en el esfuerzo y el aprendizaje, porque estará seguro de sus capacidades.

Los menores pueden caer en la dependencia de la aprobación de los otros, algo que, en el fondo, les provocará inseguridad y poca confianza en sí mismos.

No todos los elogios son válidos

Como hemos comentado, no todos los elogios son válidos, ya que hacerlo en exceso no resulta una buena idea y es contraproducente. Los niños demasiado halagados solo buscan la recompensa externa y se olvidan de la interna. De esa manera, no reciben la satisfacción de hacer las cosas bien.

Estos pequeños tendrán una baja tolerancia a la frustración y no querrán hacer nada que suponga un esfuerzo o un riesgo. No quieren salir de su zona de confort. Como padres, es fundamental reconocer el esfuerzo de nuestros hijos y no tanto el resultado. El interés y la dedicación es mucho más importante. Por ejemplo, en lugar de decir a tu hijo cosas como: «¡eres un genio en matemáticas!», es mejor manifestarle lo siguiente: «te ha salido muy bien, se nota que has practicado con los problemas».

Descubre cómo elogiar a tu hijo de forma constructiva

Es interesante que los padres aprendan a elogiar a sus hijos de forma constructiva para que sepan hacerlo en el momento adecuado y sin caer en el exceso. Por eso, es clave tener en cuenta algunos consejos:

  • Reconocer el trabajo y el esfuerzo. En lugar de decir «eres un cantante maravilloso», di algo como «qué bien que has cantado» o «se nota que te has esforzado para que te saliera tan bien esa canción».
  • Decir la verdad. Tienes que ser real en el elogio. Si le mientes el niño, él se dará cuenta, aunque no lo diga.
  • El elogio debe ser rápido y concreto. Por ejemplo, en lugar de decir, «eres un gran lector», puedes manifestar algo como lo siguiente: «se nota que practicas la lectura, porque cada vez lo haces mejor».
A través del elogio constructivo, el niño logrará encontrar sus propias fortalezas que tanto le servirán en el futuro, sin depender de la aprobación de los otros.

Cuando los elogios ya no sirven, ¿por qué ocurre y cómo evitarlo?

Cuando un elogio ya no sirve es porque se ha hecho en exceso o por defecto. Si el elogio se hace bien, aumenta la confianza y la autoestima de los niños, pero también escogen ciertos peligros. Es fácil caer en el elogio incorrecto y provocar el efecto contrario al deseado: la necesidad de aprobación constante que le puede durar toda la vida, además de que se convierta en un niño vanidoso o con baja tolerancia a la frustración.

Por eso, es fundamental animarles para que tengan sus propias iniciativas, a que tomen decisiones y dejarles en claro cuáles son sus fortalezas. Pero también debemos remarcar sus debilidades y, sobre todo, ser conscientes de la importancia de aprender de los errores. ¡No dudes en elogiar a tus hijos de manera constructiva!

Bibliografía

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  • Bilbao, A. (2015) El cerebro del niño explicado a los padres. Editorial: Plataforma Actual
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