El método educativo de las hermanas Agazzi

Dirigido a niños en edad infantil, el método educativo de las hermanas Agazzi tenía como objetivo conseguir un clima familiar dentro del contexto escolar. Conoceremos en este artículo más sobre la pedagogía de estas hermanas.
El método educativo de las hermanas Agazzi
María Matilde

Escrito y verificado por la pedagoga María Matilde.

Última actualización: 30 noviembre, 2022

Rosa Agazzi (1866) y Carolina Agazzi (1870) fueron dos hermanas, pedagogas y educadoras italianas, nacidas en Volengo, en la provincia de Verona. El método educativo de las hermanas Agazzi estaba dirigido al trabajo con niños con edades comprendidas entre los 0 y 6 años, y se fundamentaba, principalmente, en el respeto por la libertad, la espontaneidad y la autonomía de los niños.

Fundamentos teóricos del método educativo de las hermanas Agazzi

La propuesta educativa de las hermanas Agazzi se enmarca dentro del movimiento de la Escuela Nueva, desarrollada a finales del siglo XIX, cuyo principal objetivo fue emprender un proceso de renovación de las tradicionales formas de enseñanza. Esto implicaba poner en el foco de atención al niño, a sus necesidades e intereses.

La Escuela Nueva asumió como principio fundamental una educación activa y una permanente actividad por parte del niño, como condición para su desarrollo integral psicomotor, cognitivo, social, psicológico y afectivo. Esto se traducía en una enseñanza basada en el juego como eje principal y en contacto con el medio natural y social.

La Escuela Nueva abogaba por una educación en libertad, dando total protagonismo al niño en su proceso educativo, fomentando su creatividad, a la par que la participación, el compromiso y la cooperación.



El método educativo de las hermanas Agazzi: sentirse como en casa

La característica principal del método educativo de las hermanas Agazzi es la necesidad de proporcionar a los niños un clima y una contención afectiva de amor, cariño y cercanía. Con lo cual, su método se caracteriza por la similitud que proponen entre el ambiente familiar y el ambiente escolar.

El método educativo de las hermanas Agazzi.

Las hermanas Agazzi organizan el espacio escolar de la forma más parecida posible al hogar; incluso las actividades que proponen a los niños son actividades propias del hogar, como lavarse, peinarse, vestirse, poner la mesa, cuidar un animal o una planta.

Además, las hermanas sostenían que este tipo de actividades cotidianas y similares a las de su hogar contribuían a que los niños pudiesen ir descubriendo el orden. Es decir, las formas correctas de llevar a cabo las rutinas diarias y la colocación de los objetos y utensilios.

Objetos y materiales del hogar como recursos educativos

Las hermanas trabajaban, principalmente, con niños pertenecientes a familias con pocos recursos. Con lo cual, ponen al alcance de los pequeños materiales y objetos que les proporciona su entorno cotidiano. A diferencia de los ‘dones’ de Froebel, que estaban diseñados para tal fin, las hermanas Agazzi utilizan como materiales y objetos didácticos ropa usada, baratijas, lentejas, envases, etc.

Entonces, a partir del uso de estos materiales y objetos ordinarios y reales, y al hacer tareas cotidianas cercanas a las de su entorno familiar, las hermanas Agazzi identifican el potencial educativo. Ellas sostienen que los niños aprenden utilizando la intuición en contacto con la vida, y siempre en el marco de un ambiente familiar y agradable.

Ellas ponen de manifiesto que, mediante actividades de aprendizaje con estos materiales, los niños, a través de la intuición y la actividad sensorial, van desarrollando progresivamente la cognición, como resultado de la manipulación de objetos, las comparaciones para establecer semejanzas y diferencias, las seriaciones y clasificaciones según colores, formas y tamaños. Como también, el conocimiento sobre el uso y la utilidad de los objetos.

Jugar para aprender

Todas las actividades de aprendizaje del método educativo de las hermanas Agazzi tenían como objeto central el juego. Ellas consideraban que el juego era una forma de acercar a los niños a un ambiente agradable y afectivo, similar al familiar.

A través del juego, planificaban actividades de baile, ritmos y cantos, como forma de expresión corporal. Además de actividades en donde el dibujo espontáneo era el disparador para desarrollar aspectos intelectuales relacionados con la formas, distancias, tamaños y espacios.

El método educativo de las hermanas Agazzi.

Por otro lado, uno de los aspectos primordiales del método educativo de las hermanas Agazzi es el trabajo con la tierra y las actividades de cultivo y cuidado de plantas. Entonces, las tareas educativas se centraban y desarrollaban en torno a los cuatro elementos naturales: tierra, agua, sol y aire.

Las ‘contraseñas’ de las hermanas Agazzi

En su método educativo, los objetos personales de los niños estaban marcados con dibujos o símbolos a modo de ‘contraseñas’. Por sus edades, los niños no saben leer ni nombres ni números, pero las contraseñas les permitían identificar y ordenar sus objetos personales.

Además, estas contraseñas ayudan en la educación del lenguaje, porque potencian la actividad lingüística también desarrollada por el resto de actividades y el contacto con el medio, los objetos y las personas.

La importancia de la salud y la higiene

La salud y la higiene, la ventilación y la buena iluminación de las habitaciones son parte importante del método de las hermanas Agazzi.

La jornada comenzaba con la higiene, uso del jabón, cuidado de cabello y uñas, y manejo cada vez más autónomo de vestido y calzado. En fin, todo lo concerciente del aseo diario propio, sin descuidar el de los demás.

Se incluyen en estos aspectos labores domésticas como poner la mesa y lavar la loza, atención de la huerta escolar y la granja de animales domésticos, y el trabajo físico.

Resalta también el empleo de materiales reciclados, los que se encuentran en casa y entorno inmediato, para ser usados con libertad creadora.

Principios educativos del método de las hermanas Agazzi

A modo de resumen, resultan muy claros y concisos los principios que sistematiza Nila Liliana Muñoz Muñoz (2011), los cuales definen al método educativo de las hermanas Agazzi, y son los siguientes:

  • La autoactividad.
  • La libertad.
  • Relación con el entorno (familiar, social y escolar).
  • Juego y orden.
  • El conocimiento a través de la observación.
  • El valor de la alegría.

Semejanzas y diferencias entre el método Montessori y el de las hermanas Agazzi

Para las hermanas Agazzi los materiales que participan en el proceso educativo se encuentran tal cual en la cotidianidad del hogar, con sus irregularidades, desgaste y condiciones particulares.

Están pues, sujetos a la espontaneidad, al momento y a la imaginación viva y activa (se trata de hojas, flores, piedras, maderas, etc.). De hecho, la escuela se parece a la casa o tiene el aspecto de casa materna.

En cambio, en el método Montessori, aunque también se esté en un ámbito cotidiano, no pesa en los objetos la pátina del tiempo familiar y doméstico; al contrario, pueden ser adquiridos ex profeso para uso escolar, y por tanto, resultar más elaborados.

Por otra parte, el método Montessori se internacionalizó, en cambio el de las hermanas Agazzi permaneció circunscrito al ámbito italiano.



Educación sensorial, base del método de las hermanas Agazzi

El método de estas hermanas basado en la intuición y el uso inteligente de los objetos cotidianos, genera un espacio sensible y cálido, familiar y ‘maternal’, en concreto todo lo que rodea al niño es de alguna manera un ‘material didáctico’.

Es lo que denominaron ‘Museo del Pobre’, un espacio compuesto de materiales para la vida práctica y el juego, y por otro lado, de materiales para la discriminación sensorial.

Es esta una herramienta lúdica que estimula la alegría y permite obtener saberes y conocimientos elementales, a la vez que fundamentales para la vida.

Como complemento, el canto y el ritmo fomentan la educación del lenguaje. Ello, unido a la exploración y percepción natural de los objetos del entorno, junto a la educación sentimental y moral, y la actividad física, producen una visión holística o interpretación cognitiva de la integralidad de la vida.


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