Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, y son miles los interrogantes que se plantean respecto de su educación. Uno de estos interrogantes es si criar a los hijos en el pueblo o la ciudad. Y, al igual que para muchas decisiones importantes de la vida, para esta dicotomía no existe respuesta absoluta y verdadera, ya que tanto el pueblo como la ciudad tienen aspectos tanto positivos como negativos.
¿Cómo es el pueblo y cómo la ciudad?
Cuando hablamos de un pueblo, nos referimos a una población pequeña y con un número de habitantes reducido. Las actividades de un pueblo están relacionadas, generalmente, con el sector primario, es decir, con el campo y lo rural. Y, por el hecho de ser una población pequeña y con pocos habitantes, las distancias son menores y la gente se puede desplazar más fácilmente a pie o en bicicleta.
Por su parte, la ciudad es un espacio urbano con una alta densidad de población, donde los habitantes se dedican, principalmente, a actividades propias de los sectores secundarios y terciarios, como la industria, el comercio y los servicios. Además, por tratarse de un conglomerado mayor de personas y en un territorio más grande que un pueblo, en la ciudad, la gente debe utilizar el transporte público o sus vehículos particulares para desplazarse.
Diferencias entre criar a tus hijos en el pueblo o la ciudad
Como hemos dicho al principio, la decisión de criar a los hijos en el pueblo o la ciudad es muy personal, y debe ser una elección consensuada y meditada por los padres, en función de los objetivos educativos que tengan respecto a sus hijos. En este sentido, queremos compartir de forma sucinta y concreta algunas de las diferencias que existen entre criar a un hijo en el pueblo o la ciudad, y ayudar, así, a evaluar los pros y contras.
En un pueblo…
- Vínculos más estrechos
En un pueblo la gente se conoce más y, frente a cualquier problema o necesidad, siempre conoceremos a gente dispuesta a echarnos una mano. Pero, a su vez, la gente tiene menos intimidad, aun cuando hagamos por conservarla, todos se conocen y todos, inevitablemente, están más pendientes de todos.
Además, al tratarse de una población pequeña, los habitantes de los pueblos, en su gran mayoría, desarrollan un sentido de pertenencia muy fuerte, basado en las actividades propias del pueblo y en sus tradiciones y costumbres populares. Esto hace que la gente del pueblo tenga vínculos más estrechos y cercanos.
- El contacto con la naturaleza
Un pueblo está inmerso o se encuentra cerca del campo. Con lo cual, la gente en un pueblo tiene constante contacto con la naturaleza y, con ello, más contacto con los animales y con la vegetación, y la posibilidad de hacer actividades relacionadas con la agricultura y la ganadería.
- Escasa oferta cultural y educativa
Si bien en un pueblo existen fiestas populares en días señalados, la oferta cultural es más reducida que en una ciudad. Es decir, existen menos opciones de asistir al teatro, cine, museos o cualquier otro tipo de evento relacionado con la cultura o el conocimiento. Para lo cual, es necesario desplazarse hacia las grandes urbes donde este tipo de oferta cultural es mayor.
A su vez, la oferta educativa de los pueblos es menor que en una ciudad y existen pocas universidades. Por lo tanto, los niños en un pueblo pueden educarse en los niveles obligatorios del sistema educativo (Educación Primaria y ESO) e incluso Bachillerato. Pero es probable que, de mayores, deban trasladarse a una ciudad para poder cursar una carrera universitaria.
En la ciudad
- Menor contacto con la gente
Las ciudades, mientras más grandes sean, son sitios donde el contacto con las personas es mínimo. Si bien uno está rodeado siempre de gente, los vínculos entre las personas son casi inexistentes. Las relaciones sociales en la ciudad son con el círculo más cercano de personas, familiares, amigos del cole y de otras actividades. Es decir, en las grandes ciudades, a diferencia de los pueblos, la gente no tiene casi relación con los vecinos o con los dependientes de las tiendas o el supermercado.
- El contacto con la tecnología
A diferencia del pueblo en el que el contacto con la naturaleza es más posible, en la ciudad predomina el contacto con la tecnología. Esto significa que en la ciudad la gente tienen acceso al permanente desarrollo tecnológico en todos los ámbitos de la vida cotidiana, profesional y laboral.
- Incontable oferta cultural, de ocio y educativa
Evidentemente, por el tamaño de la población y por su complejidad, en las ciudades la oferta cultural y de ocio es enorme. En la cuidad podemos acceder a cines, bares y restaurantes, museos, teatros, ferias, convenciones y eventos sobre todo tipo de temáticas. Con lo cual, tanto niños, jóvenes y adultos tienen un gran abanico de opciones para aprender y para divertirse.
Por otra parte, la ciudad ofrece a los padres y a sus hijos muchísimas alternativas respecto de trayectos educativos y de formación. La oferta de colegios, institutos, universidades y centros de enseñanza es muy grande. Así, los padres tienen muchas posibilidades de poder elegir dónde, con quién y de qué manera se eduquen sus hijos.
Otras diferencias a considerar entre criar a tus hijos en el pueblo o la ciudad
Entre otras de las diferencias que existen y, por lo tanto, aspectos a considerar al momento de decidirse entre criar a tus hijos en el pueblo o la ciudad, es el acceso al sistema sanitario y médico. En el pueblo hay menos población y, por lo tanto, menos profesionales, con lo cual, es menor la especialización y menor y menos compleja toda la infraestructura médica en general.
Por otra parte, el tema de la seguridad también es otro aspecto a considerar. Los pueblos, a diferencia de las ciudades, son sitios seguros y con menor índice de delincuencia. Las viviendas están menos expuestas a robos, hay más tranquilidad para que los niños jueguen solos en la calle o en los parques y para que utilicen solos el transporte público para ir a los sitios. A diferencia de las grandes urbes, donde son los padres quienes deben traer o llevar a sus hijos al colegio o a sus actividades.
Por último, remarcar también la diferencia que existe respecto de la oferta de consumo de productos y servicios en general que hay en un pueblo o la ciudad. Frente a lo cual, al igual que con todos los otros aspectos, son los padres quienes deberán evaluar si esto se trata de un hándicap o una ventaja a la hora de decidir criar a un hijo en el pueblo o la ciudad.
Bibliografía
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