5 diferencias importantes entre bloqueador solar para niños y adultos

La exposición prolongada y sin protección a la radiación UV puede tener efectos perjudiciales en la salud de la piel, desde quemaduras solares hasta cáncer. Para abordar estos riesgos, el bloqueador solar es una herramienta esencial en niños y adultos. Sin embargo, es crucial entender que las necesidades de protección solar varían según la edad.

A continuación, detallamos las diferencias entre el filtro solar diseñado para niños y adultos, enfatizando la importancia de elegir el producto adecuado para cada grupo.

Bloqueadores solares para niños y adultos: principales diferencias

La protección solar es esencial para mantener la piel sana y prevenir los daños causados por la exposición al sol. Tanto para niños como para adultos, los bloqueadores solares desempeñan un papel crucial en este aspecto. Sin embargo, es importante entender que existen diferencias clave entre los bloqueadores solares diseñados específicamente para niños y los dirigidos a adultos.

1. Sensibilidad cutánea

La piel de los niños es más delicada y sensible en comparación con la de los adultos, debido a que su epidermis es más delgada, lo que facilita la absorción de sustancias y aumenta la vulnerabilidad a daños.

Además, según un estudio publicado en Advances in Wound Care, su superficie cutánea produce menos melanina como mecanismo de defensa, lo que implica un sistema inmunitario menos desarrollado.

Por esta razón, los bloqueadores solares formulados para niños están compuestos por ingredientes suaves y menos irritantes. Además, dado que los niños tienen una mayor predisposición a las quemaduras solares, estos productos suelen tener un factor de protección solar (FPS) más alto.

2. Seguridad de componentes

Los niños tienen una mayor probabilidad de experimentar reacciones alérgicas y sensibilización a ciertos ingredientes presentes en los productos cosméticos para el cuidado de la piel.

De hecho, un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) explica que los químicos de los bloqueadores solares pueden ser absorbidos en cantidades significativas por el torrente sanguíneo.

Por lo tanto, los protectores solares diseñados para niños tienden a evitar ingredientes que pueden resultar irritantes o alergénicos. También procuran minimizar el uso de alcohol o utilizarlo en concentraciones muy bajas para prevenir la sequedad de la piel. En contraste, los adultos suelen tolerar una gama más amplia de ingredientes en sus bloqueadores solares.

3. Tipo de filtros solares: físicos o químicos

Los protectores solares diseñados para niños suelen tener una mayor proporción de filtros físicos en comparación con los químicos. Dos de estos filtros, el óxido de zinc y el dióxido de titanio, son responsables de la coloración blanquecina que se produce una vez aplicado sobre la piel. Ambos filtros son considerados seguros y efectivos por la U.S. Food & Drug Administration.

En cambio, las cremas solares para adultos suelen contener un mayor porcentaje de filtros orgánicos, lo que contribuye a reducir el efecto blanquecino y, por lo tanto, las hace más cómodas de usar.

4. Resistencia al agua y al sudor

Los niños son naturalmente más activos y tienden a participar en actividades al aire libre con frecuencia, lo que aumenta su exposición al agua y al sudor. Por lo tanto, los bloqueadores solares diseñados para niños suelen ser resistentes al agua y al sudor, garantizando una protección efectiva durante sus actividades físicas.

5. Facilidad de aplicación

Aplicar bloqueador solar en niños puede ser un desafío, ya que a menudo son menos cooperativos y más sensibles al tacto. Para abordar este aspecto, los bloqueadores solares diseñados para niños suelen ofrecer texturas más suaves y fórmulas de rápida absorción, lo que facilita su aplicación y minimiza la sensación pegajosa.

Además, la American Academy of Dermatology recomienda que estos productos tengan un factor de protección solar (FPS) de 30 o superior y brinden protección de amplio espectro.

¿Es recomendable que los niños usen protectores solares de adultos?

Lo ideal es evitar aplicar protector solar diseñado para adultos en niños, especialmente en los más pequeños o bebés, ya que los productos químicos y las fórmulas de los protectores solares para adultos pueden ser demasiado fuertes e irritantes para la piel de los infantes.

Los niños tienen una piel más delicada y sensible, lo que los hace más propensos a sufrir quemaduras solares y daños causados por el sol. Por lo tanto, se recomienda utilizar un protector solar diseñado para niños, ya que suelen ser más suaves, sin fragancias y contienen menos ingredientes irritantes para su piel delicada. 

Recomendaciones para la aplicación del protector solar

Si bien las características del filtro solar varían según las necesidades, las recomendaciones para aplicarlo no difieren demasiado entre adultos y niños. Aquí tienes algunos consejos de la organización Nemours Children’s Health para que tengas en cuenta al momento de aplicar el protector solar

• Escoge uno correcto: busca un protector solar de amplio espectro, que proteja contra los rayos UVA y UVB. Además, que cuente con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30.
• Utiliza la cantidad adecuada: aplica suficiente protector solar para cubrir por completo todas las áreas expuestas de la piel. No olvides las orejas, los labios, el cuello, el cuero cabelludo y el empeine.
• Aplica de forma constante: aplica filtro solar todos los días, incluso en días nublados, ya que los rayos UV pueden penetrar las nubes. De hecho, hazlo al menos 15-30 minutos antes de exponerte al sol para permitir que la piel lo absorba.
• Reaplícalo de ser necesario: vuelve a aplicarlo cada 2 horas, después de nadar, sudar o secar al niño con una toalla.

El uso de protector solar como hábito saludable

La protección solar es esencial para todas las edades, pero es crucial considerar las diferencias entre los filtros solares para niños y adultos. De hecho, son factores importantes a tener en cuenta al elegir un bloqueador solar adecuado.

Por ende, garantizar una protección solar adecuada desde la infancia no solo previene el daño cutáneo a corto plazo, como quemaduras solares, sino que también contribuye a reducir el riesgo de problemas de salud relacionados con la exposición UV a lo largo de la vida.