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Desarrollo emocional desde el periodo prenatal hasta los 6 meses

4 minutos
Las experiencias emocionales tempranas de un bebé determinan las bases de su mundo emocional. Descubre por qué son tan importantes.
Desarrollo emocional desde el periodo prenatal hasta los 6 meses
Última actualización: 11 marzo, 2022

Hay quien afirma que son nuestras emociones las que nos hacen humanos. Y, curiosamente, estas comienzan a surgir ya en el vientre materno. Así, aunque pueda parecer que los bebés se limitan a cubrir sus necesidades fisiológicas, el desarrollo emocional durante la primera etapa de la vida es crucial. Estas experiencias emocionales tempranas marcarán su futuro de forma significativa.

Tengamos en cuenta que el desarrollo emocional incluye la impresión que el niño forja sobre sí mismo, sobre los demás y sobre el mundo. Sus percepciones respecto a su propio valor, a lo confiables que resultan los otros y a lo agradable u hostil que es el entorno que le rodea. Todo este mapa mental se va configurando a través de la relación con las personas más significativas de la vida del bebé, generalmente papá y mamá.

Partiendo de una base muy limitada, el mundo emocional del pequeño se irá ampliando y volviendo cada vez más complejo. Su capacidad para identificar emociones propias y ajenas y expresar sus estados interiores se irá perfeccionando. Y aunque a sus seis meses aún se mantenga en unos niveles relativamente bajos, el avance será asombrosamente visible.

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Desarrollo emocional durante el periodo prenatal

Sorprendentemente, la vida emocional del bebé comienza ya dentro del útero. Y, como es evidente, está estrechamente ligada a las emociones que experimenta la madre. Estas se hacen palpables para el feto, no como emociones completas y complejas, pero sí como sensaciones. El niño puede experimentar placer, calma, satisfacción, sobresalto o alerta.

Estas sensaciones son el preámbulo que le prepara para el mundo que le espera fuera. Por ende, el embarazo es una etapa de suma importancia en el desarrollo emocional.

Cuando la madre acaricia su vientre, el bebé siente la calidez de este acto y cuando ella está sometida a elevados niveles de estrés, el niño se ve afectado incluso a nivel físico. Si los niveles de cortisol son muy elevados, atraviesan la barrera placentaria y sumen al bebé en un perjudicial estado de alerta. Por ello, es imprescindible que la mujer desarrolle un embarazo feliz, placentero y sin sobresaltos.

Desarrollo emocional durante los tres primeros meses de vida

Una vez que nace, el bebé se encuentra totalmente indefenso y dependiente de los adultos que lo rodean. Estos son los encargados de alimentarlo y protegerlo y sus acciones influyen enormemente en las emociones del pequeño.

El recién nacido tiene una capacidad de reacción emocional muy limitada que no va más allá de mostrar una excitación general. Más adelante, comienzan a diferenciarse reacciones y sensaciones placenteras y desagradables. Las primeras quedan claramente de manifiesto cuando el bebé mama, mientras las segundas, generadas por un ruido fuerte o por impedir la movilidad del pequeño, desencadenan llantos y gritos.

A medida que interactúa con el entorno, el niño va tomando conciencia de que sus reacciones emocionales son percibidas y atendidas por los adultos. Comprueba que sus llantos son respondidos con atención, afecto y alimento y, por ende, comienza a utilizarlos de manera intencional para expresar sus necesidades.

¿Qué ocurre de los tres a los seis meses?

A partir del cuarto mes, la capacidad del bebé para reconocer emociones en los rostros de quienes le rodean mejora significativamente. Así, es capaz de percibir emociones básicas como alegría, enfado o tristeza en los otros y también es capaz de imitar estas expresiones.

Además, hacia los seis meses, el pequeño puede ya recordar objetos y personas y comienza a distinguir entre lo familiar y lo desconocido. Esto hace que sienta calma y bienestar en el primer caso y que experimente inquietud y temor ante situaciones y personas novedosas.

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Cuida su desarrollo emocional

Así, el desarrollo emocional durante los primeros meses de vida va volviéndose más complejo y sofisticado a medida que el pequeño recibe estimulación de su entorno. Inicialmente, sus reacciones se limitarán a la agitación y al llanto de descarga, pero irán progresivamente dando paso a sus primeras sonrisas, sus primeras demandas de atención y su capacidad para expresar emociones.

Ante todo, en estos meses se forjan las bases del mundo emocional del niño. El vínculo afectivo que se establezca con sus principales figuras de apego determinará si el pequeño crece experimentando emociones sanas y positivas o traumáticas y perturbadoras. Por lo mismo, desde el instante en que sepas que estás embarazada, comienza a cuidar el desarrollo emocional de tu bebé, pues ya ha empezado.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.