Deporte infantil y competición: ¿deberían competir los niños?

Muchos padres se preguntan si sus hijos deberían participar en competiciones deportivas. Analizamos esta cuestión a fondo a continuación.

Equipo de baloncesto infantil.

A primera vista, deporte infantil y competición pueden no parecer una buena idea. Sin embargo, la competición puede tener muchos beneficios para los más pequeños, siempre y cuando se enfoque de la manera adecuada.

Una cuestión muy importante que hay que tener en cuenta es si realmente el niño está preparado para competir, porque si el pequeño no lo está, y más aún, no quiere competir, no se le debe obligar, especialmente cuando tiene miedo al ridículo o se siente muy presionado por no ganar.

¿Cuándo deben empezar a competir los niños?

Aquí los expertos lo tienen claro: los niños no deberían empezar a competir hasta los ocho años. Hasta entonces, lo que deben hacer es participar en actividades deportivas no competitivas. Y, si se compite, debe hacerse de forma meramente recreativa, con premios para todos y sin darle importancia al resultado.Niños en un entrenamiento de fútbol.

Pero ¿por qué no antes de los ocho años? La respuesta es muy sencilla: antes de esta edad los niños no están preparados para manejar el estrés que supone no solo ganar o perder, sino ser cualificados por su actuación y rendimiento deportivo.

Sin embargo, esta edad no es fija. Algunos pequeños necesitan un poco más de tiempo para poder competir. Es decir, para poder competir, los niños deben haber adquirido la madurez suficiente como para poder enfrentarse a las consecuencias de la competición y al estrés que esta genera.

Hay que tener en cuenta que el estrés de la competición no es malo en sí mismo. A diario los niños se enfrentan a situaciones estresantes. De hecho, la competición es una excelente manera de aprender a manejar situaciones de estrés en un entorno lúdico y controlado.

En este sentido, diferentes estudios están de acuerdo que el estrés de la competición deportiva no provoca más ansiedad que otras actividades de evaluación de la infancia.

Deporte infantil: beneficios de la competición

En la competición en el entorno del deporte infantil debe prevalecer el ambiente de juego y diversión. Esta es la clave para que el deporte en edad escolar se convierta en una actividad pedagógica que realmente reporte beneficios para los niños.

En un entorno así, muchos más niños querrán participar en competiciones, puesto que el ambiente festivo, el tiempo compartido con los amigos y la novedad que supone viajar y conocer gente nueva puede resultar suficientemente estimulante.

Teniendo esto en cuenta, los principales beneficios de la competición en el deporte infantil son los siguientes:

  • Los niños aprenden a respetar las reglas. El respeto a la reglas es la base del juego en general y de la competición en particular. Esto tiene muchas implicaciones en referencia a la superación personal, la paciencia, la resignación y el autocontrol.
  • Desarrollan habilidades sociales. Participar en competiciones implica que los pequeños tienen que moverse fuera de su zona de confort, conocer gente nueva e integrarse con su grupo. La competición da muchas oportunidades para ello.
  • Ganan confianza y seguridad. A medida que los chicos empiezan a competir, van encontrando sus puntos fuertes, pero también sus puntos débiles. Aprenden qué se les da mejor y descubren en qué deben mejorar; es más, tienen la oportunidad para hacerlo. Esto les ayuda a confiar cada vez más en sí mismos y en los demás pues, como parte del equipo, les ayudarán a conseguirlo.
  • Los niños aprenden a perder. La pérdida forma parte de la competición y de la vida. El deporte les da a los más pequeños la oportunidad de lidiar con el fracaso y de entender que, con un nuevo juego, llega una nueva oportunidad. Perdiendo también aprenden a valorar el trabajo de los demás. Esto les permite desarrollar su carácter y crear estrategias que le serán muy útiles en la vida.
  • Aprenden a trabajar en equipo. Trabajar en equipo es una de las habilidades más importantes que tienen que adquirir los niños, no solo de cara a su vida adulta, sino también para la vida en comunidad. Incluso en los deportes individuales los niños forman parte de un equipo.Niño en una competición de esgrima como deporte infantil.

¿Qué es lo importante a la hora de competir?

La generación de padres de hoy crecimos con la máximo de “lo importante es participar”; pero eso no es del todo cierto. No se puede generalizar. No les hacemos ningún favor a los niños con este tipo de consejos. De hecho, con ello no estamos favoreciendo su espíritu competitivo ni su interés por superarse.

A nadie le gusta perder. La diferencia es que muchos adultos somos capaces de divertirnos durante una competición aunque quedemos los últimos. Pero solo si realmente estamos disfrutando de la competición como juego o actividad social la mera participación ya es suficiente.

En este sentido, en la competición como tal sería mucho más correcto decir a los niños que lo importante es superarse a uno mismo. Pero esto es algo que la mayoría de los niños no entiende, al menos al principio. Por eso es tan importante no presionar a los chicos para que compitan.

En cualquier caso, lo importante en el deporte infantil es crear  un entorno amigable y agradable en el que realmente el niño se sienta a gusto, en el que se priorice el juego limpio y la camaradería y no se vea al otro como el enemigo, sino como un compañero de juego en la posición de contrincante u oponente.

Bibliografía

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