¿Deben tomar los niños alimentos congelados?

Los alimentos congelados mantienen la calidad nutricional respecto a sus homólogos frescos, y aumentan la vida útil de los mismos.
¿Deben tomar los niños alimentos congelados?
Saúl Sánchez Arias

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 18 octubre, 2022

Los padres estamos siempre preocupados por la alimentación de nuestros hijos. En su dieta se incluyen alimentos frescos, pero también congelados. ¿Deben tomar los niños alimentos congelados?

Vamos a intentar en este artículo descubrir los pros y los contras de estos productos para la alimentación infantil.

Los alimentos congelados

En general podemos decir que en el momento de hacer la compra siempre es preferible elegir alimentos frescos y suele ser uno de los consejos más habituales al referirse a frutas, verduras, carne o pescado.

Sin embargo los alimentos congelados pueden llegar a ser tan buenos y nutritivos como los frescos. Si se congelan en el momento adecuado y de la forma correcta estos mantienen sus propiedades intactas hasta el momento de usarlos.

De hecho se trata de una técnica de conservación que ralentiza su descomposición (al eliminar la humedad) y frena la proliferación de algunas bacterias (aunque no las mata).

Hoy en día se puede encontrar una gran variedad de productos congelados en los lineales de los supermercados, e incluso existen tiendas especializadas de venta de estos alimentos.

En cualquier caso es preciso diferenciar muy bien entre los alimentos frescos que se conservan así (como frutas, verduras, legumbres, pescado, etc) y el resto de productos elaborados. Como veremos más adelante se trata de opciones muy diferentes en la alimentación infantil.

Beneficios de los alimentos congelados

La mayor duda que genera el uso de estos es la creencia que se trata de alimentos menos nutritivos que los frescos. Pero muchos especialistas establecen que los congelados proporcionan los mismos nutrientes.

Si el proceso de congelación es el adecuado no se alteran sus propiedades y conservan sus nutrientes como vitaminas, minerales, proteínas o carbohidratos.

Incluso en algunas ocasiones podrían contener cantidades más elevadas de algunas vitaminas que se pierden con facilidad con el paso de los días al contacto con la luz y el oxígeno.

Teniendo esto en cuenta, se puede decir que los congelados cuentan además con otros puntos fuertes que pueden representar una ventaja:

  • Las frutas y verduras congeladas están lavadas y troceadas y el pescado también cortado y sin espinas. Por este motivo suelen ser productos muy fáciles de usar y muy convenientes cuando se dispone de poco tiempo en la cocina.
  • Gracias a esta última característica es una forma quizás más rápida y cómoda de introducir alimentos sanos en la dieta.
  • Debido a su mayor período de conservación se convierten en mejor alternativa si no se sabe cuándo se podrán cocinar.
  • En algunas ocasiones pueden ser productos más económicos.
  • Las verduras y las frutas cortadas en dados u otras formas pequeñas pueden ser muy adecuadas para los niños ya que se pueden mezclar con facilidad con arroz, en sopas, para un relleno de tortilla o para mezclar con el yogur.

Cómo elegir buenos congelados para niños

Como hemos apuntado con anterioridad, no todos los alimentos congelados son iguales. Algunos son ingredientes congelados para su conservación y otros son platos elaborados con otros ingredientes añadidos.

En general los primeros son buenas opciones para ofrecer a los pequeños ya que aportan todos los beneficios que se han apuntado. Estos preservan sus propiedades y valor nutricional si son de una marca de calidad. Nos referimos a:

  • Legumbres: guisantes, garbanzos, edamame, etc.
  • Frutas: mango o frutos rojos (suelen ser los más habituales).
  • Verduras: judías verdes, alcachofas, espinacas, coliflor, pimiento, cebolla, setas, mezclas para hacer ensaladilla o menestras.
  • Carne y pescado: filetes ya cortados, sin piel y sin espinas.

En cambio no se puede decir los mismo de los alimentos precocinados, ultraprocesados y los preparados congelados que pueden tener más grasa, aditivos y sal.

En este caso no serían buenas alternativas para los niños. O por lo menos no son alimentos que se pueden consumir con regularidad, aunque sean atractivos y fáciles de preparar.

Dentro de estos se encuentran preparaciones como nuggets, croquetas, calamares rebozados, varitas de pescado, pizzas etc. Esta clase de productos suponen un riesgo para la salud a medio y largo plazo, de acuerdo con un artículo publicado en la revista BMJ.



Consejos para comprar y conservar los alimentos congelados

Aparte de elegir aquellos congelados más conveniente para la dieta infantil también es necesario saber manipularlos y tratarlos de forma segura y así disminuir el riesgo que supongan un problema para la salud.

De este modo cuando se van a comparar productos congelados conviene seguir estos consejos:

  • Comprar en establecimientos de confianza y dejar la adquisición de los congelados para el último momento.
  • Usar bolsas isotérmicas para su transporte.
  • Elegir productos con el envase en perfectas condiciones y que no contengan escarcha. Su presencia podría indicar que se ha roto la cadena de frío.
  • Una vez en casa guardar los productos congelados en primer lugar. Ordenarlos según la fecha de caducidad es positivo para que estos no se echen a perder.

Cuando vayan a ser cocinados se puede optar por usarlos congelados o bien dejarlos descongelar. Este último paso debe hacerse siempre dentro de la nevera.

Una vez descongelados ya no se pueden volver a congelar por lo que hay que controlar el momento en que se consumirán y las cantidades necesarias.

Además es preciso respetar la fecha de caducidad del fabricante porque se pierden las vitaminas y las grasas se pueden volver rancias.

Si se opta por congelar alimentos que se han comprado frescos o que se han cocinados en cantidades grandes, es preferible envolverlos en raciones pequeñas y por separado.

También es recomendable apuntar la fecha de congelado para poder controlar su conservación. Como norma general estas fechas aproximadas pueden servir de guía y así tener un mejor control de la calidad del producto:

  • Frutas y verduras de 8 a 12 meses.
  • Aves de corral de 6 a 9 meses.
  • Pescado entre 3 y 6 meses.
  • Carne picada de 3 a 4 meses.
  • Carne procesada entre 1 y 2 meses.

Alimentos para preparar a los niños

Los productos congelados son muy prácticos cuando no se tiene mucho tiempo para cocinar la comida de los bebés y los niños.

Con las verduras se pueden hacer los purés de verduras, menestras, saltados con legumbres o arroz e incluso sopas. A todos estos platos se les puede agregar pollo o pescado descongelado con anterioridad.

También resulta muy cómodo para los niños comprar el pescado congelado porque no suele tener espinas. Los rebozados y empanados se presentan en formas divertidas para los niños como estrellas, varitas o peces. Pero no conviene abusar de estos y ofrecerlos de vez en cuando.

Con las frutas congeladas se elaboran helados deliciosos sin necesidad de usar muchos ingredientes ni edulcorantes. También son muy cómodas para decorar un yogur o para hacer batidos con leche.



 

Los congelados son una opción a tener en cuenta

Se pueden introducir congelados en la dieta de los niños. Este tipo de productos no pierden nutrientes respecto a sus homólogos frescos.

No obstante, es necesario evitar aquellos ultraprocesados congelados como las patatas o las croquetas, puesto que además de grasas trans y azúcares requieren un proceso de fritura posterior que disminuye aun más su calidad.


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