Cuidados de las infecciones del ombligo en el recién nacido

Después del nacimiento, el trozo de cordón umbilical que se deja en el abdomen del bebé debe pasar por un proceso de secado. Durante este proceso es fundamental mantener una buena higiene del área para evitar que los gérmenes que habitan en la piel, entre otros factores, provoquen una infección.
Cuidados de las infecciones del ombligo en el recién nacido

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 02 abril, 2020

Durante la primera semana de vida del bebé, este aún tiene un trozo de cordón umbilical en su abdomen que debe secarse para luego desprenderse. Y para que se seque y se caiga de forma natural es necesario poner en práctica ciertos cuidados; que serán indicados por el pediatra y llevados a cabo por la madre. De lo contrario, aparecen las infecciones del ombligo.

Las infecciones aparecen cuando no se han cumplido las medidas de higiene adecuadas; es decir, que una de las causas principales del problema es la contaminación del cordón por falta de limpieza y desinfección.

Prevención de infecciones del ombligo en el recién nacido

A lo largo de las dos primeras semanas de vida, los restos del cordón umbilical que el bebé tiene en el abdomen suelen desprenderse por sí solos tras un proceso de momificación (lo cual se conoce comúnmente como ”secado”). Al momento del desprendimiento, es normal que se presente un sangrado leve, pero este no debe suponer una preocupación, ya que se detiene muy pronto.

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Para que la eliminación de dichos restos se produzca sin inconvenientes, es importante mantener el área limpia, seca y desinfectada. ¿Y por qué? porque la humedad, el contacto con las heces del propio bebé, el sudor y otros agentes pueden contaminar el área y causar infecciones.

A continuación, te comentamos algunas de las pautas que hay que tener en cuenta:

  • Para poder realizar la higiene del muñón, es fundamental lavarse bien las manos con agua y jabón.
  • Una vez al día, el cordón y sus alrededores deben limpiarse con un trozo de algodón hidrófilo o gasa estéril humedecida en alcohol de 70º.
  • Después de haber limpiado la zona, hay quienes cubren el muñón de cordón umbilical con una gasa para protegerlo. Otros, prefieren dejarlo secar al aire libre, dejándolo expuesto. 
  • Se recomienda doblar un poco la parte superior de los pañales para no cubran el muñón.
  • Es sumamente importante mantener bien seca el área abdominal para que la humedad no dé pie a la aparición de bacterias.
  • Cuando se cae el muñón, queda una pequeña herida (el ombligo) que aún debe cicatrizar. Para poder limpiarla correctamente, hay que consultar con el pediatra, quien recomendará cierto tipo de antiséptico.

El ombligo es la herida que queda en el abdomen después de la caída del trozo de cordón umbilical y que, poco a poco, va cicatrizando. Mientras lo hace, es preciso cubrirlo con un trozo de gasa estéril porque puede sangrar un poco.

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Por ninguna razón se debe intentar despegar el muñón por la fuerza, ya que esto puede poner en riesgo la vida del bebé.

Señales que indican que algo no va bien

Si el muñón tarda más de 2 semanas en desprenderse, huele mal, supura y presenta otros signos de mal estado, es fundamental acudir al pediatra para una evaluación. Este tipo de síntomas pueden estar indicando que existe una infección que debe atenderse cuanto antes.

Otra de las señales que indican que algo no va bien con el ombligo del bebé es una hemorragia. Si esta es copiosa y no se detiene, habrá que acudir de inmediato al servicio de urgencias.

En el recién nacido una de las infecciones del ombligo, mejor conocida como onfalitis, aparece principalmente como consecuencia de una mala higiene del área. No se trata de un padecimiento común. De hecho, el número de casos no llega a constituir un 3% ni en países desarrollados ni en desarrollo. Sin embargo, cuando se diagnostica, debe prestársele atención a su tratamiento para evitar complicaciones.

La onfalitis cursa con fiebre, taquicardia, dolor, secreción de pus del cordón umbilical, y celulitis alrededor del mismo y otros síntomas muy molestos para el bebé.

Conclusión

Es importante prestar atención ante cualquier cambio en el muñón y en el área donde se encuentra. Por ejemplo la secreción de pus, mal olor, hinchazón o enrojecimiento en la piel, son señales que indican que algo no va bien. Y si estas van acompañadas de fiebre y dolor, puede ser que exista una infección. En esos casos, hay que acudir de inmediato al pediatra.

Con realizar una higiene correcta del área es posible prevenir las infecciones del ombligo. Las recomendaciones indicadas anteriormente son pautas generales que pueden complementar lo que indique el pediatra. Por otra parte, no hay que olvidar que es importante cambiar con frecuencia el pañal del bebé.


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