Elegir el nombre de un bebé es una de las decisiones más importantes a la que se enfrentarán los nuevos padres. Los nombres son una parte esencial de la identidad. A continuación te comentamos más al respecto.
Ciertamente la llegada de un niño al mundo es trae consigo todo tipo de cambios en una familia. Se necesita acondicionar espacios, reformular los tiempos, las agendas y las prioridades. Implica tener conciencia acerca de la salud (en todo aspecto) y también trae consigo la toma de ciertas decisiones cruciales, como la de elegir el nombre de esa nueva persona que vendrá al mundo.
Los nombres imprimen una huella importante en el porvenir de esa persona. De hecho, una mala decisión en la elección del nombre podría ser un motivo futuro de burla o de insatisfacción.
Cómo elegir el nombre de tu hijo
Son muchas las consideraciones a tener en cuenta. Hay aspectos culturales que influyen considerablemente (religión, país, etcétera) a la tradición familiar que también intervienen. Todos estos factores siempre deben contemplar el bienestar del nuevo bebé.
1. Debe ser una decisión de la pareja
El nombre elegido –cualquiera que sea- debe ser el producto del acuerdo de los padres. De hecho, puede ser el primer acuerdo de muchos otros a los que deberán llegar los padres. Es un buen momento para dejar de lado, la prisa o los caprichos y mirar las opciones capaces de complacer a los dos.
Si a uno de los dos no le gusta el nombre elegido es mejor dejarlo pasar. Existe una infinidad de opciones, y alguna de ellas servirá para llegar a un acuerdo. Para satisfacer a ambos padres existe la opción del segundo nombre.
2. Hace falta tiempo para elegir el nombre
Se debe dedicar todo el tiempo que sea necesario. Mientras el embarazo avanza, los padres pueden sentirse presionados para elegir. Lo mejor en estos casos es no prestar atención al entorno y saber tomarse el tiempo necesario para elegir el nombre de un hijo.
3. Informarse bien antes de elegir el nombre
Hay que informarse bien sobre el tema, ya que algunos nombres pueden tener referencias culturales poderosas. Un nombre que guste a los padres podría ser de un personaje de literatura, un político famoso o algún personaje histórico relevante.
Al investigar lo que se busca es que el nombre concuerde con los valores de los padres. Para hacerlo existe una diversidad de maneras. Incluso hay libros que ayudan a conocer el origen de los distintos nombres.
Por supuesto, también hay fuentes en línea a modo de orientación. No obstante, al comparar dos o más portales, la información puede llegar a ser contradictoria.
4. Evitar la rigidez
No es recomendable adoptar una postura rígida a la hora de elegir un nombre. “Tiene que ser el nombre del abuelo porque sí y punto” realmente no es un argumento sólido ni mucho menos favorable, ni para otras personas ni para el bebé.
Si ambos padres no están de acuerdo en un nombre es necesario buscar la solución en conjunto, de forma constructiva, hasta llega a un concenso. Es recomendable ver todos los nombres como opciones y no como sentencias inapelables.
5. ¡Cuidado con las iniciales!
A veces las casualidades de la vida hacen que se elija uno o dos nombres que pueden causar problemas. Las iniciales del nombre de una persona siempre serán necesarias en algún momento y una mala combinación puede ocasionar problemas.
Por ello lo más recomendable es que los padres tengan cuidado con los nombres que eligen al combinarlos con los apellidos. Hay que evitar que las iniciales, juntas, formen alguna palabra que pueda llamar a la burla.
Recordemos que los primeros años en el colegio pueden ser aún mas difíciles si se tiene unas iniciales que sean graciosas o curiosas.
6. Nombres atemporales
A veces se escogen nombres por alguna tendencia del momento. Con el tiempo pueden resultar vacíos, carentes de sentido y originalidad, lo cual puede resultar perjudicial para el desarrollo de la persona. Puede darse el caso de que rechace su nombre porque simplemente no le gusta o le suena mal.
Existen nombres clásicos y atemporales que no pierden el encanto ni perjudican a la persona a lo largo de su crecimiento. Este es el caso de: Ricardo, Pedro, Ximena, Andrea, Beatriz, Daniel. Hay otros que pueden resultar más coyunturales, como sería el ejemplo de Madonna Shakira, y otras combinaciones rimbombantes. Los dibujos animados también marcan tendencias que es mejor analizar a profundidad antes decidir llamar a tu hijo como un personaje animado.
Un nombre sencillo
La emoción suele jugar malas pasadas a la hora de elegir nombres. Las estadísticas señalan que un 6% de padres se arrepienten de los nombres elegidos. En algunos casos, es por haber elegido nombres comunes. Sin embargo, hay casos donde el arrepentimiento llega por haber elegido nombres difíciles de pronunciar. Se recomienda optar por nombres no muy complicados y fáciles para pronunciar.
Un homenaje
A veces el cariño lleva a querer poner un nombre que sirva de homenaje a otro ser querido. Eso dependerá en mucho de las historias particulares de cada familia y, según sean los argumentos y las circunstancias, esto será más o menos válido. Elegir el nombre de tu hijo es una gran responsabilidad, así que hay que tomarse tiempo y llegar a un buen acuerdo. No lo olvides: no hay por qué precipitarse.