Explicar a nuestros hijos qué es la caballerosidad y cómo implementarla, no tiene por qué ser una tarea difícil. Enseñarle a nuestros hijos a ser un caballero les abonará el terreno para las relaciones interpersonales que establecerán a lo largo de su vida.
La caballerosidad, según su definición más esencial, no es más que tratar a las mujeres con especial cortesía y respeto. En definitiva, ¡ser todo un caballero!
El modelo de caballerosidad más cercano a los pequeños siempre será su padre y sus abuelos, pues la manera en la que los hombres que le rodean se comportan con las mujeres de su entorno es clave en el proceso de aprendizaje ya que los niños tienden a imitar el comportamiento de las figuras paternas.
Es natural que los varones copien todo lo que hace su padre, desde su forma de caminar, hablar, gustos y hasta gestos.
El padre es su ejemplo y su modelo ideal, por eso no es raro encontrarnos con que varias generaciones, abuelos, padres e hijos comparten la misma profesión o se inclinan por un área en común.
La expresión “¡quiero ser como mi papá!” es una de las más frecuentes entre los pequeños.
Nuestros actos siempre serán el mejor ejemplo para nuestros hijos, en su memoria quedarán grabadas algunas situaciones y experiencias que evocarán cuando estén ante algo similar.
La manera en la que cortejaba a mamá y la paciencia o delicadeza con la que le hablaba a su anciana madre, son acciones que con seguridad recordará, todo ello como parte de esa conexión especial que se crea entre papá e hijo.
¿Cuán complicado es hacer de tu hijo todo un caballero?
Lo que debemos hacer es más elemental de lo que pensamos. Cuidar la imagen que como padres proyectamos es fundamental.
Si bien es cierto que papá, el abuelo y hermano juegan un rol importante, no toda la responsabilidad recae sobre los hombres de la casa.
Como madres tenemos un don especial, el don de poder acercarnos a nuestros hijos a través de las palabras. Sin duda, a las mujeres se nos da mejor la comunicación.
Toda enseñanza se basa en hechos, explicar claramente la importancia del por qué ser caballerosos, permitirá al niño tener una visión más positiva de sus acciones.
Entenderá que comportarse como un caballero no es una imposición, sino la garantía de ser un mejor hombre en el futuro, consciente de que todos los que le rodean merecen un trato honesto, afable y cortés.
Estas recomendaciones te ayudarán:
Entre las condiciones de oro que todo caballero cumple, está el poder dirigirse a los demás con respeto, aun cuando implique decir cosas con las que no se está de acuerdo.
Es vital que tu hijo sepa que manifestar sus ideas, opiniones o inconformidades ante los demás es un acto perfectamente válido si se hace con deferencia y cortesía.
- Ayúdalo a percatarse de quiénes lo rodean. En la escuela, en casa de sus amigos o familiares, eso le proporcionará la habilidad de congeniar con todos bajos los preceptos de tolerancia y aceptación.
- La educación lo es todo. Cuando estés ante una embarazada o un adulto mayor invítalo a ceder el puesto. Explicarle que como futuro hombre debe tratar a las personas más vulnerables con consideración lo ayudará a entender mejor el rol que cumple un caballero en nuestra sociedad.
- Cualquier actividad es propicia para reforzar los valores del hogar. El desayuno, la hora de ayudarle en la tarea o hasta los momentos en los que estamos atascados en el tráfico son oportunos para conversar con tu pequeño sobre los valores familiares en los que la caballerosidad también forma parte.
- Háblale con firmeza cuando ha cometido alguna falla con alguien más. Mostrarle su error hará que en el futuro sea capaz de reconocer sus faltas y corregirlas con la elegancia y corazón de un caballero.
- El compromiso y la convicción en hacer el bien es esencial en un caballero. Las acciones hacen corazones, instrúyelo en ejecutar acciones que generen un impacto positivo aun sobre sus propios intereses.
- Reconoce sus acciones. Felicitarlo o dirigirle algunas palabras de aliento y reconocimiento cuando se ha comportado como un caballero, le permitirá ver que la caballerosidad forma parte del día a día, que es algo normal y cotidiano.