Desde pequeños, los chicos pueden hacer gala de sus habilidades frente a distintas situaciones. Es conveniente que estén dispuestos a enfrentarse y superar diferentes obstáculos, como también a aferrarse a su verdad y defenderla. Saber educar niños autosuficientes es la clave para formar hombres y mujeres exitosos para el futuro.
Tener en la casa a pequeños que sepan distinguir cuándo pueden hacerse cargo de una situación es una gran ventaja; allí se forjan los cimientos de su autonomía y seguridad. Asumir la responsabilidad de sus actos, establecer sus propios juicios y no temer a equivocarse son las bases de un hijo autosuficiente.
Tener estas características ofrece muchos beneficios para el niño y su entorno familiar. En primer lugar porque, de una forma u otra, cultiva herramientas indispensables para su futuro.
Por otra parte, su niñez estará acompañada de experiencias gratificantes, cariño y apoyo incondicional de sus padres, ya que no temerá a experimentar situaciones fáciles o incómodas. Esto eleva, sin duda alguna, su autoestima.
Ventajas de ser un niño autosuficiente
Los principales beneficios de inculcar este tipo de crianza en los niños son:
- Autonomía: Tendrá su propio concepto de sí mismo, con autoestima alta y sana.
- Madurez en su tiempo justo.
- Sin miedo a equivocarse, será cuidadoso a la hora de responder o tomar alguna decisión.
Tener todas estas potencialidades le ayudará a desenvolverse apropiadamente a medida que crezca. Para lograrlo, la clave de todo esto es la educación y la familia. Tener un núcleo familiar fuerte y unido ayudará a que su conducta y formación transiten por las líneas de la autoconfianza y la fortaleza espiritual e intelectual.
¿Cómo educar niños autosuficientes?
En casa, se pueden implementar varias actividades sencillas para educar y fortalecer el carácter de pequeños autosuficientes. Como padres, tenemos el deber de velar por lo mejor para nuestros hijos; esto incluye fomentar su autonomía para que puedan salir adelante en cualquier situación.
Debemos empezar con esta formación desde que nuestros hijos son pequeños. Al principio, asignándoles tareas fáciles, que sepamos que puedan dominar perfectamente; conforme pasa el tiempo y van creciendo, se incrementa la dificultad.
Algunas de las responsabilidades que podemos dejarles es vestirse y recoger sus juguetes o ropa. Esto, aunque parezca poco, será un logro para ellos y así se irán habituando hasta llegar a actividades más complejas. Además, con ello, el niño empieza a tomar conciencia de sus límites y valora su esfuerzo.
“Para educar a un niño con autoestima, hay que enseñarle a perder”
—Dr. Estivill—
9 claves para educar niños autosuficientes
Educar en el sentido de la responsabilidad, con alegría y respeto por sí mismo y por los demás, forma parte del arduo proceso de forjar los principios de la autosuficiencia. A cotinuación, algunas claves para lograrlo.
1. El amor y el apego son piezas claves para la confianza del pequeño
La unión emocional entre padres e hijos es fundamental. Es por ello que el amor y el apego son piezas claves para la confianza del pequeño.
A partir de allí, se promueve una personalidad con seguridad e independencia y se cubren todas sus necesidades. Gracias a que siente el apoyo de sus progenitores, el niño se ve impulsado a superar retos y a experimentar libremente en su entorno.
2. Permitirle que tome sus propias decisiones
A medida que avanza en edad y confianza, se les puede permitir tomar sus propias decisiones y realizar actividades solos, como por ejemplo bañarse, atarse los zapatos, comer con cubiertos o elegir su ropa. Incluirlo en la elección de algún paseo, viaje o salida también es favorable. Todo esto le ayudará a tener más iniciativa y expresarse libremente.
3. Felicitarlo en sus logros
Cada logro merece una felicitación. Para educar niños autosuficientes, es importante aplaudir los retos alcanzados sin ser demasiado exagerados.
Si se equivoca muchas veces, se debe valorar la persistencia y tenacidad; no debemos dejar de conversar sobre sus errores y aupar sus esfuerzos. Esto les ayudará a manejar la frustración por medio del autocontrol y la tolerancia.
4. Permitirle elegir, ahí está la clave
La palabra inteligente tiene una etimología que encaja de manera perfecta en el tema de educar niños autosuficientes. En efecto, inteligere viene de intus (entre) y legere (escoger). De modo que ser inteligente es saber elegir la mejor opción a la hora de resolver un problema en un contexto determinado.
Los padres debemos propiciar entonces, situaciones en las que los niños se vean en la necesidad de elegir. Prever, anticiparse, sopesar, son todas operaciones de la inteligencia y por ende, de la autosuficiencia.
5. Enseñarlo a procesar información
La cantidad de información que hoy pasa por nuestras manos y frente a nuestros ojos desborda en muchos casos nuestra capacidad de atención y seguimiento. Los niños también la consumen en exceso, en especial por la forma en que lo hacen a través de formatos atractivos, diseñados para captar su atención.
Ello motiva a los padres a generar para sí y para los pequeños de la casa mecanismos de control de información, más allá del control parental, pues se trata de algo mucho más sutil: enseñar a discriminar, a valorar y a seleccionar. Con criterios además, que respondan a los sentimientos, valores y creencias de la familia.
Formar y forjar el criterio, sienta las bases de la autonomía que reside en el buen uso del adverbio NO. La autosuficiencia evitará que vivan según las reglas y caprichos de los demás.
6. Atender a su desarrollo cognitivo
La cognición resuelve problemas y coordina las actividades mentales que tejen asociaciones con los sentidos y la memoria. Si bien es un proceso espontáneo,su desarrollo es fundamental para ganar autonomía y autosuficiencia.
El niño necesita aprender a descubrir, organizar, interpretar, razonar y sacar conclusiones. Su curiosidad innata lo llevará a resolver los problemas que se le presentan, no obstante los padres debemos propiciar, alentar y estar pendientes de generar condiciones y situaciones para que se desplieguen y fortalezcan sus naturales destrezas.
7. Cultivar su inteligencia emocional
Pensar y sentir van de la mano, aunque la educación tradicional haya privilegiado la primera. Hoy sabemos que los seres humanos precisamos de los sentimientos para darle forma y acabado a los pensamientos y las ideas.
Es en lo que sentimos donde volcamos los valores y creencias. La empatía, la capacidad de ponernos en el lugar del otro y caminar a su lado incluso a pesar de las diferencias, es lo que nos hace más fuertes y seguros.
En ese sentido, afirma la psicóloga Betzabeth Chávez que:”Las personas que cuentan con un desarrollo adecuado emocional tienen una actitud positiva“.
“… esta actitud se manifiesta al resaltar los aspectos positivos por encima de los negativos, son personas que valoran más los aciertos que los errores, dan mayor crédito a las cualidades que a los defectos, más valor a los logros que a las deficiencias, más al esfuerzo que a los resultados, buscan el equilibrio entre la tolerancia y la exigencia”.
Concluye diciendo: “Estas personas reconocen sus propios sentimientos y emociones: Pero además se sienten capaces de expresarlos.”
8. Establecer sistemas de control
Esto consiste en crear formas de controlar la satisfacción de necesidades basado en reglas de juego y de convivencia, en acuerdos y planes trazados en conjunto. Pasa por el establecimiento de límites con los cuales se aprende a respetar la libertad de los demás.
En otras palabras, no se concibe la libertad si se logran todos los deseos, pues ese sentimiento nace y se fortalece sobre la conciencia de los límites.
9. Darle libertad
Es importante darle libertad al niño para que crezca su confianza; claro está, sin dejar de participar activamente en su vida. Por esa razón, debemos estar presentes en todas las actividades, actuando de guía para que sientan el apoyo familiar. La protección no es mala; lo que sí perjudica la autoestima y la seguridad es la sobreprotección.
¿Cuándo estamos educando a un niño autoficiente?
Los padres podemos sentirnos contentos si en el largo camino de la crianza el niño aprende a creer en sí mismo, en sus capacidades y se aprecia. Se siente valorado y no criticado. Si tolera la frustración, traza objetivos, se esfuerza y los cumple. Si cuando se equivoca o yerra, rectifica y sigue adelante.
Hay que dejar que el pequeño aprenda a desenvolverse en el medio que lo rodea; que experimente y enfrente los desafíos que se puedan presentar. Encontrará las soluciones en su interior, por medio del raciocinio, basado en la confianza que tenga en sí mismo.
Bibliografía
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- Chávez Neria, B. (2010). Estrategias para el desarrollo de la inteligencia emocional en los niños preescolares. http://dgsa.uaeh.edu.mx:8080/bibliotecadigital/bitstream/handle/231104/240/Estrategias%20para%20el%20desarrollo.pdf?sequence=1
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Martínez, J. M. G., & Sanz, A. A. (2007). Familia y educación. Edetania: estudios y propuestas socio-educativas, (34), 37-48. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2390287.pdf