Claves para evitar el consumismo compulsivo en los niños

Evitar el consumismo compulsivo en los niños es una tarea difícil. La publicidad está cada vez más al alcance de todos. Acceder al público infantil es cada vez más fácil. ¿Cómo evitarlo?
Claves para evitar el consumismo compulsivo en los niños

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 17 diciembre, 2019

El consumismo compulsivo en los niños está cada vez más extendido en los países desarrollados. Entendemos que cualquier actividad que se realiza de manera compulsiva es perjudicial para la salud de quien la ejecuta. ¿Cómo evitar el consumismo compulsivo en los niños? ¿Existen algunas claves para terminar con él?

En estas fechas que se aproximan, el consumismo en los niños aumenta aún más, si cabe. Ahora hay muchos más estímulos que ofrecen el consumo masivo, como la influencia de la familia, los amigos de la escuela y los medios de comunicación, a través de la televisión e internet.

Existe un constante bombardeo para querer comprar, incluso sin necesitarlo. Y con la llegada de la Navidad, el sector infantil se ve bastante afectado, ya que, prácticamente, la mayoría de los anuncios televisivos van dirigidos hacia ese colectivo.

Sí, amigos y amigas, la Navidad nos trae cosas buenas, como la de permitirnos estar con toda la familia reunida, pero también trae consigo aspectos negativos, ya que nos hace esclavos del consumo. Somos unos verdaderos compradores compulsivos.

 

“El consumismo tiene una fuerte raíz en la publicidad masiva y en la oferta bombardeante que nos crea falsas necesidades”.

– Enrique Rojas –

Niña comprando juguetes de manera compulsiva.

Nacidos para comprar

Quiero esto, quiero lo otro, quiero aquello, quiero, quiero, quiero… Probablemente, sea la palabra o las palabras más usadas por los niños de hoy en día. Están acostumbrados a pedir y conseguir todo lo que quieren cada vez que lo piden. Poco a poco, se convierten en compradores compulsivos, y evitar el consumismo compulsivo en los niños se convierte en una dura tarea. Sin darnos cuenta, estamos creando completos y verdaderos consumistas.

En el libro La infancia materialista, de Buckingham, el autor comenta que la producción a gran escala de bienes específicamente dirigidos a los niño, como libros, juguetes y juegos, puede remontarse al siglo XVIII (PLUMB,  1982), aunque los manuales instructivos, los juguetes y la ropa de los hijos de la noblezas y de la rica burguesía ya se producía en el siglo XVI (LUKE, 1989).

El desarrollo de la cultura consumista infantil se aceleró a mediados del siglo XIX, en paralelo con el surgimiento de las nuevas ideas postrrománticas de la infancia. Del mismo modo que se reconocía a los niños como un grupo distinto y especial puro e inocente, necesitado de una protección cuidadosa, también llegó a considerárselo como un mercado potencial.

Este mercado potencial no ha dejado de ser explotado y, aunque podíamos pensar que era reciente, lo cierto es que cada vez más irrumpen en los niños con una publicidad mucho más agresiva. Tal es el caso, que acaban por querer comprar todo lo que ven o, peor aún, acaban por comprar todo lo que aparece en los medios.

 

“La actitud inherente al consumismo es devorar todo el mundo. El consumidor es eterno niño de pecho que llora reclamando su biberón. Esto es obvio en los fenómenos patológicos, como el alcoholismo y la adicción a las drogas”.

– Enrich Fromm –

Niña comprando ropa.

6 claves para evitar el consumismo compulsivo en los niños

A continuación, se señalan algunas pautas para enseñar un consumo responsable y, de esta forma, evitar el consumismo compulsivo en los niños:

  1. Es preciso enseñarles la diferencia entre lo que es una necesidad y lo que es un capricho. Podemos hacer preguntas del tipo: “¿por qué piensas que es necesario?”. “¿Para qué vas a usarlo?”. “¿Es imprescindible para desarrollar una tarea concreta?”.
  2. Sería bueno enseñarles a cómo administrar su paga. Que aprendan a ahorrar, ya que, si gastan todo de golpe, no tendrán dinero para más adelante. Regalarles una hucha sería una buena idea. Esto puede ayudarlos a aprender a desear las cosas, a tener un objetivo y a conseguir lo que desean.
  3. No hay nada más satisfactorio que conseguir algo por nuestros propios medios. Podemos hacerle ver a los niños el trabajo que cuesta ganar el dinero. Una forma de hacerlo podría ser pagándoles por ciertos favores o tareas domésticas que realicen.
  4. Aprender a reciclar y reutilizar objetos que, aparentemente, no sirven o están en desuso. Si fuera posible, sustituir objetos comprados por objetos fabricados a mano. Fabricar sus propios juguetes sería interesante.
  5. Hacerles ver cómo actúa la publicidad. Que se den cuenta de cómo los fabricantes y los distintos agentes publicitarios utilizan trucos para vender determinados productos. De esta forma, fomentaremos que el niño no se quede con lo primero que vea, sino que sea capaz de buscar información, de compararla y, así, saber elegir mejor.
  6. En definitiva, saber mostrar a los niños el valor de las cosas.

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Buckingham, D. (2013). La infancia materialista. Crecer en la cultura consumista. Ediciones Morata.
  • Freitas, A. A. F., & Apolônio, L. P. M. (2015). Nascidos para comprar: notas sobre o consumismo infantil. Zero-a-Seis17(32), 210-223.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.