Diversión, aventuras, peleas, celos y risas. La vida con hermanos transcurre en una dinámica que abarca todos estos matices. Sin embargo, detrás de cada escena cotidiana, como prestar juguetes o compartir la habitación, se encuentran múltiples beneficios de tener hermanos. A continuación, podrás conocer más acerca de ellos.
1. Desarrollo de habilidades sociales
Crecer con hermanos brinda una oportunidad única para aprender a desarrollar habilidades sociales y virtudes como la resolución de conflictos, la negociación, la paciencia, la empatía y el compartir, entre otros.
Por ejemplo, en lo que respecta a la resolución de conflictos, después de una pelea, se aprende a pedir perdón y buscar comprensión. En el caso de la negociación, se trata de aprender a llegar a acuerdos, como decir: «ahora jugamos a lo que tú quieres y luego jugamos a lo que yo quiero».
En cuanto a la empatía, se trata de no burlarse cuando el hermano se lastima y sentir compasión por su dolor. Respecto al compartir, esto implica prestar los juguetes, invitarlo a unirse a los planes con el grupo de amigos, entre otras cosas.
Si bien es cierto que los niños pueden aprender estas habilidades en interacción con otros adultos, hacerlo con los hermanos, que son pares, crea escenarios únicos.
2. Son una gran fuente de apoyo ante las dificultades
Cuando eres niño, tu hermano puede protegerte de alguien en el recreo de la escuela. Cuando eres adulto, puede ayudarte a afrontar la enfermedad o la pérdida de un progenitor.
En otras palabras, a lo largo de la vida y en diversas situaciones que debes enfrentar, un hermano es una fuente de apoyo y consuelo, lo que hace que las cargas sean mucho más llevaderas.
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3. Permiten desarrollar un sentido de pertenencia
La familia en sí misma ofrece un entorno al que sentirse perteneciente. Sin embargo, con los hermanos existe «algo más». Los hermanos pueden comprenderse y hablar un lenguaje común en lo que respecta a sus roles, ya que no existe jerarquía, a diferencia de lo que ocurre con los padres.
4. Ofrecen un espacio de práctica para la vida sobre responsabilidades y acuerdos
Es probable que en una familia se distribuyan las responsabilidades domésticas para que todos colaboren. Por ejemplo, un hermano puede encargarse de mantener ordenada la habitación, mientras que otro se asegura de que la mascota tenga suficiente agua y comida. Cuando cada uno cumple con sus compromisos, todos se benefician.
5. Permiten un aprendizaje de la tolerancia y el respeto
Cada hermano tiene su propia personalidad, carácter, gustos y preferencias. Y, por supuesto, todos tienen el derecho de expresar su individualidad. Sin embargo, en la convivencia familiar, puede ser todo un desafío aprender a conciliar esos gustos.
Por ejemplo, en un largo viaje pueden jugar un rato al juego de uno y luego cambiar la propuesta y jugar al juego elegido por el otro. Es por eso que los hermanos ayudan a «salir de uno mismo» y a aprender a prestar atención a quien tienen a su lado.
6. Nos enseñan sobre la convivencia
En pequeñas cosas como compartir espacios tan personales como la habitación, tener hermanos implica aprender a adaptarse, ser respetuoso y considerado con los demás, respetar normas y establecer acuerdos que garanticen la comodidad de todos.
Por ejemplo, levantarse en silencio si el hermano sigue durmiendo o evitar poner la música fuerte si está estudiando. Estos son solo algunos ejemplos de cómo la convivencia con hermanos permite practicar, en pequeña escala, cómo es vivir en relación con otras personas.
7. Son compañeros de juegos y aprendizaje
Otro de los beneficios de tener hermanos son las tardes de aventuras, juegos y desafíos. Los hermanos son grandes aliados al momento de divertirse y disfrutar de los momentos de ocio.
8. Ofrecen un espacio para la sana competencia
Los hermanos a veces son un espejo en el que compararse: cuáles son sus destrezas, en qué se destaca, entre otros. También en los juegos son «el otro» al que se intenta ganar o superar.
Sin embargo, en un marco de respeto y cariño, los hermanos permiten competir como una invitación a superarse a uno mismo. También ofrecen el escenario para aprender a manejar los celos y la frustración.
9. Enseñan el trabajo en equipo
Por ejemplo, si los padres asignan a los hijos determinadas tareas a cumplir antes de jugar, los hermanos pueden dividirlas para lograr su objetivo en menos tiempo.
10. Ayudan a fortalecer la autoestima
Enseñar a tu hermano a lavarse los dientes, ayudarlo a resolver la tarea, mostrarle cómo debe ordenar los juguetes. Estas son pequeñas acciones que ayudan a los niños a verse a sí mismos como capaces, lo cual ayuda a consolidar su autoestima.
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Cuando existen dificultades
Por otro lado, es importante destacar que tener hermanos no siempre garantiza relaciones positivas. En algunos casos, los hermanos pueden tener dificultades para establecer un vínculo sólido. Esto puede deberse a favoritismos parentales, rivalidades no resueltas, atención desigual o permisividad de los padres, falta de límites y otros factores.
Independientemente de la situación, es fundamental abordar y superar estos obstáculos. A medida que las personas llegan a la adultez, pueden comprender las dinámicas familiares de una manera diferente. En algunos casos, la terapia, ya sea individual o familiar, puede ser útil para resolver estos problemas.
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Las relaciones saludables son claves para el bienestar
Hechas estas aclaraciones sobre la diversidad de los vínculos humanos y familiares, crear vínculos sólidos y de calidad es saludable y es un factor que contribuye al bienestar. En ese sentido, no cabe la menor duda de que el apoyo y la alegría a lo largo de la vida forman parte de los grandes beneficios de tener hermanos.
Bibliografía
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