Alimentos azucarados y embarazo: cómo te pueden afectar

Durante el embarazo es muy importante cuidar la dieta, ya que algunos hábitos pueden ser nocivos para la salud de la madre y del feto. Uno de los aspectos clave es la reducción del consumo de alimentos azucarados.

Es importante saber que el azúcar no es un nutriente esencial para el organismo, ya que el cuerpo humano es capaz de fabricar su propia glucosa cuando lo necesita. Además, no todos los carbohidratos tienen las mismas propiedades y siempre es preferible optar por aquellos de bajo índice glucémico.

¿Quiere saber más acerca del efecto de los alimentos azucarados durante la gestación? Entonces, no dejes de leer.

Efectos de los alimentos azucarados sobre las embarazadas

Existe una patología transitoria que puede ocurrir durante el embarazo: la diabetes gestacional. Al momento, se han identificado algunos factores de riesgo para su aparición, como el sobrepeso o los malos hábitos alimentarios.

Según un estudio publicado en Nutrients, los alimentos azucarados tendrían un rol especial en el desarrollo de esta enfermedad. Por este motivo, se recomienda evitarlos durante el embarazo.

Luego de la ingesta de azúcar simple o añadido a los alimentos, el organismo experimenta un aumento brusco del nivel de glucosa en sangre (glucemia). Esto fuerza al páncreas a trabajar más de lo habitual para lograr compensar el desajuste metabólico. A la larga, esta sobre exigencia provoca el desgaste del órgano y se desencadena la diabetes.

Para evitar llegar a tal punto, resulta conveniente optar por aquellos carbohidratos que provengan de los alimentos con fibra. Esta sustancia es capaz de amortiguar el impacto de la glucosa en el organismo, ya que el proceso de digestión es más lento. En consecuencia, la glucemia aumenta de manera más paulatina y esto evita el estrés pancreático.

Efectos de los alimentos azucarados sobre el feto

El consumo regular de alimentos azucarados no solo afecta a la salud de la madre, sino que puede impactar sobre el desarrollo del feto. Esto se puede manifestar al nacimiento o durante la infancia.

De acuerdo con una investigación publicada en la revista The Proceedings of the Nutrition Society, la ingesta de alimentos azucarados en la gestación incrementa el riesgo de parto prematuro.

Además, también aumenta las probabilidades de que el niño experimente problemas metabólicos a futuro, como el sobrepeso o la obesidad.

Incluso se ha llegado a especular sobre el impacto en la microbiota futura del lactante. Sin embargo, las evidencias al respecto son limitadas y aún no es posible obtener conclusiones sólidas.

Lo que sí se sabe es que limitar la presencia de alimentos azucarados en la dieta de la mujer embarazada supone un gran acierto. Con esta estrategia, también se logra controlar la ganancia de peso.

¿Se pueden consumir carbohidratos en el embarazo?

A pesar de que ningún exceso es saludable, la ingesta regular de carbohidratos durante el embarazo es fundamental.

Es necesario que estos nutrientes aparezcan en la dieta de todos los días, aunque han de preferirse aquellos azúcares complejos. Además, es determinante asegurar una adecuada porción de fibra para limitar su velocidad de absorción.

Las mejores fuentes de carbohidratos para la mujer embarazada son los tubérculos, las legumbres y los pseudocereales. Todos ellos aportan nutrientes de cantidad, que contribuyen al correcto desarrollo fetal. Pero es importante cuidar los métodos de preparación, ya que las frituras no son recomendables en esta etapa.

Limita la ingesta de alimentos azucarados durante el embarazo

Como has podido comprobar, limitar el consumo de alimentos azucarados durante el embarazo es una forma de cuidar tu salud y la de tu bebé. No es riesgoso ingerirlos de tanto en tanto, pero procura que no sea un alimento frecuente en tu dieta.

A pesar de las creencias populares, tampoco es una buena opción sustituirlos por sus versiones artificiales, como los edulcorantes. Estos productos contienen químicos de los cuales se sabe poco sobre el impacto en la salud fetal. Además, se cree que podrían llegar a provocar una resistencia a la insulina similar a la del azúcar e inducir cambios desfavorables en la microbiota.