Impacto de la alimentación en el desarrollo de la microbiota en niños

La evidencia demuestra que las bacterias intestinales son necesarias para la salud. Sin embargo, ¿sabes cuál es el impacto de la alimentación en el desarrollo de la microbiota en niños?
Impacto de la alimentación en el desarrollo de la microbiota en niños
Silvia Zaragoza

Escrito y verificado por la nutricionista Silvia Zaragoza.

Última actualización: 27 febrero, 2021

Aproximadamente, nuestro intestino está habitado por más de 1014 microogranismos vivos responsables de favorecer la digestión y la asimilación de los nutrientes. Además, poseen la capacidad de producir ácidos grasos de cadena corta que previenen el desarrollo de las enfermedades metabólicas más comunes a día de hoy.

Esta comunidad empieza a desarrollarse en el útero en función de varios factores, como el parto, los antibióticos, etc. A continuación, conoce el impacto de la alimentación en el desarrollo de la microbiota en niños.

Primero de todo, ¿sabías que a los 6-12 meses la microbiota es similar a la de un adulto?  Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que disponemos de una gran variedad de especies cuya cantidad varía en función de los nutrientes que ingerimos a lo largo del día.

También se encargan de mantener en buen estado la pared intestinal y protegernos frente al ataque de patógenos. Incluso sintetizan algunas vitaminas, como la K, que es anticoagulante.

Suele clasificarse en función del predominio de unas especies u otras, como Bacteroides, Prevotella o Ruminococos. Sin embargo, lo importante es que sea lo más diversa posible, tanto en cantidad como tipos de especies.

Madre dando el pecho a su bebé porque sabe el impacto que tiene la alimentación en el desarrollo de la microbiota en niños.

Dieta durante el embarazo y microbiota en niños

La asociación entre lo que comes mientras se desarrolla tu futuro bebé es indirecta, ya que al nacer presentará una microbiota similar. Además, repercute en la composición de la leche, que suele contener anticuerpos para conferirle inmunidad al ofrecérsela si es posible.

Como se ha mencionado al principio, se ha visto que un mayor consumo de grasas modifica el microbioma (genes que conforman la microbiota), independientemente del IMC materno. A su vez, disminuye la cantidad de bacteroides. Se caracterizan por su efecto antiinflamatorio, que reduce el riesgo de eczema y obesidad. Por el contrario, desciende la presencia de bifidobacterias y aumenta la de firmicutes.

En cuanto al parto, siempre es más recomendable que sea por vía vaginal. De esta manera, la abundancia de bifidobacterias será mayor. Son productoras de ácido láctico para evitar las infecciones.

Incluso la diversidad microbiana suele estar incrementada, especialmente si la alimentación está basada en alimentos vegetales. En cambio, la cesárea llevada a cabo por complicaciones implica que haya una menor diversidad y predominen las especies Shigella, Clostridium, enterobacterias y Staphilococos.

La diferencia entre un parto u otro es el contacto directo de la piel y cavidades del niño con la microbiota vaginal o solo la del personal sanitario y tu propia piel. Además, desde que se sabe que la cesárea altera las defensas neonatalas, se procede a pasarle por la cara una gasa impregnada con el moco vaginal.

Lactancia o leche de fórmula, el mayor impacto de la alimentación en el desarrollo de la microbiota en niños

En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida. Además, puede mantenerse al incorporar los alimentos por primera vez alargándose hasta los 2 años o más.

Es rica en oligosacáridos, anticuerpos y enzimas que ayudan al crecimiento y desarrollo del sistema inmune. Por tanto, existe evidencia de que protege frente a las alergias, la celiaquía, la obesidad y la diabetes, entre otras patologías.

Es curioso cómo va evolucionando la microbiota del niño a medida que recibe el pecho desde que nace. Disponemos un estudio del 2020 realizado en niños coreanos hasta los 5 años sobre su microbiota. Se llevó a cabo mediante el análisis fecal y mostró diferencias entre los alimentados con lactancia y leche de fórmula.

Por un lado, la leche materna incrementó los firmicutes un 15 %, las actinobacterias un 30 % y un descenso de los bacteroides. Por otro lado, la leche de fórmula aumentó un 21 % las proteobacterias y disminuyó los firmicutes en un 25 %.

Introducción de alimentos e impacto de la alimentación en el desarrollo de la microbiota en niños

Justo hace poco salió publicado un estudio sobre cómo afecta la incorporación de los alimentos alergénicos en los niños que participaron en el estudio EAT (Enquiring About Tolerance, por sus siglas en inglés). Su objetivo era saber si al adelantar o atrasar la ingesta de alérgenos podría servir para prevenirlas.

Los resultados afirman que el hecho de retrasar la aparición de los alimentos con riesgo de alergias, como la leche o los cacahuetes, hasta los 6 meses modifica la microbiota. Se ha observado que dárselos entre los 4 y los 6 meses multiplica la cantidad de prevotella y otros géneros, como proteobacterias y firmicutes. A pesar de todo, solo fue significativo a los 6 meses, pero no al año de edad. Eso indica que su dieta es rica en fibra y apenas presentan enfermedades inflamatorias.

Bebé siendo alimentado mientras se introduce el gluten en su dieta.

¿Cómo alimentar a los niños para que su microbiota sea variada?

Por último, cuanto mayor variedad de alimentos saludables coman a lo largo del día, mejor para su microbiota. Aun así, conviene remarcar que es importante que esté basada en frutas, verduras y hortalizas y que incluya cereales integrales como el arroz y tubérculos. Contienen fibra y almidón, que son fermentados por las bacterias, generando los ácidos grasos de cadena corta cuyos beneficios hemos mencionado al principio.

Ten en cuenta que existe un ratio de proteínas vegetales respecto a animales más alto. El motivo es que abusar de la carne, el pescado y los lácteos favorece el crecimiento de bacterias reductoras de azufre. Un aumento en su cantidad se ha relacionado con síndrome del intestino irritable, enfermedades inflamatorias intestinales y cáncer colorrectal. Así que es preferible que, por lo menos 3 veces a la semana, consuman legumbres.


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