Noche de primos o reuniones con amigos y amigas. El plan es pizza, snacks, helado y pelis de terror. El que se cubre los ojos en la escena más espeluznante, pierde. Todas las personas tenemos una noche de estas para contar, porque pareciera que en la franja de la adolescencia, este plan se repite a lo lago y ancho del globo. Sin embargo, ¿por qué mientras a diario evitamos aquello que nos asusta, luego lo buscamos en las películas? Si te interesa conocer por qué a los adolescentes les gustan las películas de miedo, no dejes de leer este artículo.
Por qué los adolescentes eligen las películas de miedo
Quizás la adolescencia sea ese momento de mayor consumo de películas de terror, pero esto no implica que no se disfrute el género a otras edades. A continuación, vamos a contarte algunos de los motivos que postula la ciencia sobre estas preferencias escalofriantes.
Variables referidas a la adolescencia
Algunas investigaciones vinculan las características propias de la adolescencia en relación con las películas de terror: se postula que los adolescentes buscan las experiencias intensas que los desafían.
Cuando vemos películas de miedo se activa esta emoción primaria y primitiva, que predispone a nuestro cuerpo a la huida por una cuestión de supervivencia. Y, por lo tanto, aumenta la liberación de adrenalina en sangre.
A su vez, en la búsqueda de identidad, los adolescentes intentan desafiarse a sí mismos y determinar hasta dónde son capaces de tolerar. Esta es otra forma de señalar el tránsito de la niñez hacia la adultez, algo que para ellos muy importante. Después de todo, desde que pequeños se espera ese momento de “ser grande” para poder disfrutar del género de terror en el cine.
Por otro lado, se ha sugerido que las películas de terror favorecen a la socialización del grupo, ya que cuando finalizan, los adolescentes intercambian experiencias, comparten risas sobre los temores y sobre las reacciones.
Variables presentes en todas las edades, incluida la adolescencia
Algunos estudios documentan que la preferencia por las películas de terror se relaciona con la sensación posterior que estas generan: una experiencia placentera, de alivio y de bienestar.
Las películas de miedo disponen de diferentes recursos (sonoros, apariciones súbitas, juegos de luces) que permiten crear un clima intenso y mantener a los espectadores en estado de alerta. Entonces, cuando la situación se resuelve, el estrés desaparece y da lugar al disfrute de la calma.
Por último, también existen investigaciones que enfocan la respuesta al género desde las características de la personalidad de cada uno. Por ejemplo, el profesor Marvin Zuckerman de la Universidad de Delaware planteó que hay personas más orientadas a la búsqueda de sensaciones intensas, por lo cual se interesan por entrar en contacto con ciertas experiencias excitantes.
De este modo, la variable de la personalidad también puede asociarse a la elección de los adolescentes por las películas de miedo.
Como vemos, la psicología puede orientarnos respecto a diferentes preguntas. Sin embargo, siempre habrá varios factores involucrados en las elecciones.
Las películas de miedo como recurso educativo
Las películas pueden servir a las familias como una oportunidad para trabajar el abordaje y la gestión de las emociones. Por ejemplo, si vemos con los adolescentes una película de terror, luego podemos aprovechar para invitarlos a comentar cómo se sintieron, por qué determinada situación los hizo sentir de tal modo o cómo manejaron el temor.
De esta manera, se pueden explorar las emociones y ayudar a los jóvenes a encontrar los modos de afrontar sus miedos y preocupaciones. Destacar lo positivo del miedo y evitar que sea visto únicamente como una emoción negativa.
A su vez, ver películas de terror es una oportunidad de conocerse a sí mismos, ya que enfrenta a los adolescentes a algunas de sus situaciones temidas, muchas veces reservadas en la intimidad, y les permite “ensayar” cómo las resolverían.
Por otro lado, otro de los temas que también se pueden trabajar es la empatía, pues este tipo de películas generan cierta identificación con algunos personajes y el rechazo hacia otros.
Algunas pautas sobre las películas de terror
Por último, es bueno que los progenitores estén atentos a las películas de miedo que ven los adolescentes, pues algunas de ellas tienen escenas sangrientas, de violencia de género, de encuentros sexuales, de consumo de sustancias, entre otras. Si estos temas no se han planteado en el hogar, estos títulos pueden no resultar apropiados para que los vean solos.
En este sentido, las películas de miedo pueden ser una buena oportunidad para conversar con los hijos acerca de ciertos temas y señalar algunos valores o comportamientos deseados. Por ejemplo, no penalizar a las relaciones sexuales ni señalarlas como algo negativo, sino brindarles a los hijos las pautas adecuadas en cuanto al cuidado y al respeto por ellos mismos y por el otro.
También es recomendable corroborar que no hayan quedado temas sin “procesar” luego de la película, pues esto podrá desencadenar alguna preocupación, miedo o fobia y manifestarse a través del insomnio o de las pesadillas, de crisis de angustia o de ansiedad.
Bibliografía
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