Crear una rutina de sueño en los bebés resulta fundamental para que los pequeños consoliden hábitos apropiados para dormir. Es un reto al principio difícil, sobre todo en las primeras semanas, pero se logra y permite que los padres también tomen descansos. Te vamos a explicar algunos trucos para que tu bebé duerma toda la noche.
Mientras se adaptan, es común que los niños se despierten varias veces en pocas horas. La calidad del sueño dependerá en mucho de cómo sea educado, de los factores psicosociales y de las relaciones con su entorno. El sueño es un proceso adaptativo y desde que nace está sometido a una lenta maduración. En este sentido, existen estrategias efectivas que vale la pena probar.
¿Cómo lograr que el bebé duerma toda la noche?
Debes planificar las acciones que llevarás a cabo cada noche, de manera consecuente, hasta lograr los hábitos de sueño en tu bebé. Esto considerando que las horas de sueño nocturno varían de acuerdo con la edad y al ritmo de cada niño. La buena noticia es que, conforme van creciendo, los ciclos de sueño serán cada vez más largos, casi como los de un adulto.
«El sueño es una función evolutiva que requiere de la maduración del sistema nervioso. Es imprescindible para un adecuado crecimiento físico y desarrollo neurológico y emocional del niño».
— Sociedad Argentina de Pediatría—
Al principio, el recién nacido despertará cuando necesite alimentarse, cada 3 horas aproximadamente, durante el día y la noche. Ya a partir del primer trimestre notarás grandes cambios, pues el bebé alcanza un desarrollo significativo que le permite duplicar las horas de sueño en la noche.
Veamos entonces cuáles son esos trucos para lograr que tu bebé duerma toda la noche.
1. Ofrécele alimento antes de llevarlo a la cama
Antes de ir a dormir, trata de que el bebé haga su toma de alimento lo más completa posible, privilegia siempre la lactancia materna antes que la artificial, al menos que su pediatra indique lo contrario.
Un estudio reciente publicado en la revista The Lancet desmiente el mito de que la leche de fórmula ayuda al bebé a dormir más horas en la noche, y, en cambio, explica que la leche materna contiene todos los nutrientes que requiere para quedar satisfecho.
Al terminar de alimentarlo, cárgalo por unos 15 minutos antes de acostarlo para evitar regurgitaciones y facilitar la expulsión de gases. De esta manera descartas que las interrupciones del sueño deriven de gases o hambre.
Luego, vuelve a ponerlo en la cama. Si comió hasta saciarse estará somnoliento y será más fácil que duerma por más tiempo. Si aún despierta por una segunda toma, mantén las luces tenues durante la lactancia nocturna para que concilie de nuevo el sueño de forma rápida.
2. Evita sobreestimular al bebé
Para un bebé que apenas llega al mundo, todo lo que lo rodea es novedoso y produce un estímulo en sus sentidos. Por eso, a la hora de dormir, debes evitar que en su rango visual haya elementos distractores que no le permitan cesar su actividad. Dale un espacio despejado, limpio y sin objetos muy coloridos o sonoros. De esta manera, su sistema nervioso se relajará.
Recuerda apagar los televisores, bajar el volumen de la música y de tu teléfono móvil. Asegúrate también de que la habitación tenga luz reducida y una temperatura adecuada. Quédate con él hasta que se duerma, cántale y acarícialo.
Al igual que los adultos, los bebés necesitan un periodo de transición entre la actividad y el momento de dormir. Trata de hacer rutina con los estímulos correctos para que se cumpla el ciclo: sueño ligero, sueño profundo, despertar, comer, seguir durmiendo.
3. Rodéalo con una manta
Los recién nacidos vienen de un entorno suave y confortable que los hacía sentir seguros, por eso se comprende que tu hijo estará más cómodo y será capaz de dormir más si se siente envuelto, como en el vientre.
A esto se le conoce como técnica swaddle, utilizada desde hace muchos años para envolver a los bebés. En la actualidad este método está otra vez en auge en algunos países y se usa como complemento para mejorar la calidad del sueño y reducir el llanto.
Según la Academia Americana de Pediatría (AAP), la manta debe ser delgada y no debe quedar apretada para que el niño pueda mover sus caderas. Se sugiere no envolverlo cuando presenta indicios de empezar a voltearse para evitar que corra riesgos, lo cual varía de acuerdo con su desarrollo particular, aunque en promedio se ubica entre los 2 y los 4 meses.
4. Considera el uso de un chupete
Los chupetes o chupones son instrumentos empleados en todo el mundo para ayudar a los bebés a relajarse. A pesar de que su uso es controvertido, un estudio publicado en la Revista ROL de Enfermería evaluó los riesgos y beneficios y señala que podría considerarse como un factor protector frente al síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) durante el sueño.
Si decides usarlo, lo recomendable es hacerlo cuando la lactancia se encuentre bien establecida, para que así no interfiera con el hábito. Ofréceselo después del primer mes de vida y suspende su uso más allá del año.
5. Haz que el cuidado nocturno no sea exagerado
Por lo general, las madres acuden de inmediato al rescate de su pequeño apenas lo escuchan despertarse o llorar un poco. En vez de correr a alzarlo, mantente cerca de la habitación del niño pero en silencio, y espera por si se duerme él solo.
De acuerdo con una investigación basada en la observación de 101 bebés, la mayoría de ellos se vuelve a acomodar para dormir durante la noche. Y que ese acto puede ser un predictor de desarrollo que se traduce luego en un sueño más prolongado.
Si en todo caso tu hijo no logra quedarse dormido solo, ve a su lado y trata de calmarlo con suavidad. No enciendas la luz y evita sacarlo de la cuna; de ser posible, consuélalo desde afuera para que comprenda que debe seguir durmiendo.
Por supuesto, una opción que te brindará esa relajación es la instalación de un vigilabebés. Gracias a estos aparatos puedes estar tranquila mientras el bebé duerme en otra habitación:
- Plug and play y ampliable a 4 cameras: Cámara de bebé es plug and play, sin configurar necesario. Un monitor de unidad de padres se puede...
- Señal privada estable: Utilizando la tecnología de transmisión inalámbrica FHSS de 2,4 GHz, la señal sin interferencias asegura una...
- Baby calmante música: Escuchar música (máximo 8 piezas) para sooth baby.Built-in lullabies puede ayudar a los padres a la comodidad del...
- Características impresionantes: Monitorización de la temperatura y alerta; charla de dos vías; pan y tilt óptica; Sonido Indicador LED...
6. Si aún sigues amamantando, ofrécele el pecho
Tal vez el niño no tenga hambre, pero está comprobado que en tu pecho no solo busca alimento, sino reconfortarse y calmarse. Escuchar los latidos de tu corazón como ocurría en la gestación es uno de los trucos más eficaces para que el bebé duerma toda la noche y logre calmarse. Si está tranquilo le será más fácil volver a conciliar el sueño.
En las Recomendaciones sobre lactancia materna del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP), se puede leer que en el transcurso del primer año los padres y madres de lactantes amamantados duermen más tiempo en total. Y las hormonas de la lactancia le brindan a la madre un sueño profundo y reparador.
Si tu bebé tiene más de 8 meses, está sano y gana peso con el paso del tiempo, no es necesario que le hagas las tomas de biberón nocturnas. Muchas veces lo que tienen es sed en vez de hambre. Ya a esta edad podrías ofrecerle un biberón con agua, la simple sensación de estar chupando lo puede relajar y poner a dormir de nuevo.
7. Practica el colecho o cohabitación
Otra estrategia que puedes aplicar para alargar las horas de sueño en la noche es practicar el colecho o la cohabitación, en especial en los primeros 6 meses o hasta el año.
El colecho es más seguro para el bebé si se hace con un tipo de cuna que se prolonga como un anexo del colchón de la mamá. Así se reducen los riesgos de accidentes que existen cuando el lactante duerme en la misma cama que sus padres. En este sentido, las cunas de colecho son una buena solución:
La cohabitación, sin embargo, brinda mayor seguridad porque aunque en la misma habitación, el niño estará en su propia cuna. En ambos casos, si tiene un despertar nocturno, tu mano y calor estarán prestos. El colecho o la cohabitación favorecen la lactancia materna y promueven una relación más estrecha entre la madre y el bebé.
Los especialistas de la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomiendan que los primeros 6 meses el lactante duerma cerca de la cama de sus padres, en decúbito supino (boca arriba), con la cabeza y la cara descubierta, en una habitación ni muy caliente ni muy fría y alimentado con leche materna.
8. Llévalo temprano a dormir
Podrás pensar que si lo llevas temprano a la cama se levantará antes en la mañana, pero no suele ser así. De hecho, tanto los recién nacidos como los niños que están alrededor del año de edad, se despiertan con menos frecuencia y duermen por más tiempo cuando se acuestan cerca de las 8 de la noche.
Es por ello que fomentar esta rutina contribuirá a que tenga menos dificultades al levantarse cuando inicie la etapa escolar. Por otro lado, debes propiciar con antelación el descanso para que llegue a esa hora somnoliento.
9. Crea una rutina divertida
Es por completo normal que el pequeño ofrezca resistencia cuando llega la hora de dormir. Puedes ayudarlo a reconocer el momento en que debe ir a la cama con una rutina divertida y organizada. Por ejemplo:
- Léele un cuento.
- Dale un baño relajante como actividad que cierre su día.
- Selecciona una canción que sea la que escuchen cada noche.
- Hazle un masaje podal o sesión de reflexología para dormir.
Recuerda que de la constancia depende el éxito en la construcción de hábitos nocturnos.
¿Por qué la mayoría de los bebés no duermen toda la noche?
El dormir del recién nacido difiere mucho del de niños y adultos porque no tiene aún el ritmo circadiano de la melatonina y, por tanto, no responde al día o noche del entorno. Además, el hecho de que el bebé no duerma toda la noche y emita señales como el llanto es también un mecanismo de supervivencia para alertar que está incómodo, sea porque está muy mojado el pañal o solo para comprobar que estás cerca.
Otro motivo es que los bebés necesitan dos o tres comidas nocturnas. Sus estómagos son muy pequeños y no pueden contener lo suficiente para mantenerse llenos durante largos períodos de tiempo. En otras palabras, necesitan comer con frecuencia para evitar hipoglucemias y pedir protección. De ahí que despierten a menudo.
Asegúrate de que duerme lo necesario por el día
Así como estás leyendo, para que tu bebé duerma mejor por la noche necesita haber realizado sus siestas diurnas. Las siestas a esta edad son muy importantes. No creas que dormirá más si duerme menos por el día, ya que puede evitar que tenga sueño a la hora acostumbrada y el cansancio excesivo impedirle que lo haga.
Garantízale al bebé un entorno cómodo y una habitación con buen clima tanto de día como de noche. Un hábito de sueño consolidado se convertirá en un fuerte cimiento para que en el futuro tu hijo no padezca afectaciones en su salud.
Y un último truco que aún no te hemos dicho es este: tú y tu pareja procuren estar relajados, los niños perciben la tensión y se les dificulta llegar a descansar cuando la sienten. Disfruta el momento de sueño de tu pequeño y aprovecha también estos valiosos minutos para descansar y detener tus actividades por un rato.
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Bibliografía
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