Los padres y madres de hoy en día estamos tan ocupados que a veces nos olvidamos de dedicar unos momentos a hacer algo tan importante como es decirle a nuestros hijos que los queremos. Y es que, por muy evidente que parezca, decirle a tu hijo que lo quieres es algo muy importante. Él lo sabe, pero le gusta que se lo recuerdes. Lo necesita.
Lo bueno es que no necesitas mucho tiempo para esto. Así que da igual lo ocupado que estés. De hecho, da igual incluso que pases poco tiempo con tu hijo si de lo que se trata es de recordarle que lo quieres. Hay muchas formas y momentos que puedes aprovechar para decirle a tu hijo que lo quieres. Vamos a ver algunas.
Déjale notas y mensajes para decirle que lo quieres
Esto es algo que puedes hacer a cualquier edad. Puedes dejarle mensajes escritos entre los libros, en su mesa de estudio, en la mochila del colegio o entre los juguetes. Puedes escribir un mensaje corto o hacerle dibujos cariñosos. También puedes ponerle algo para que se acuerde de ti y de lo mucho que le quieres en las marcas que le pones al almuerzo.
Para los más mayores puedes usar también la tecnología, por ejemplo, enviarle de vez en cuando un email o un mensaje por cualquier servicio de mensajería instantánea. Los emoticonos dicen mucho y apenas dan trabajo.
Abrázale y bésale siempre que le saludes
Por la mañana al despertar o por la noche al acostarse son dos momentos clave en el día que puedes aprovechar para abrazar y besar a tu hijo, olvidándote de cualquier cosa que no sea ofrecerle una píldora de amor concentrado.
Cuando tú o tu hijo os vayáis de casa o cuando os reencontréis es otro buen momento para un beso y un abrazo. Es muy fácil hacer esto con los niños pequeños, pero a medida que pasa el tiempo se va perdiendo la costumbre, como si ya no fuera tan importante. Pero lo es. Es un pequeño gesto pero que significa mucho para los niños.
Come con tu hijo al menos una vez al día
La investigación muestra que comer con los padres al menos una vez al día tiene muchos beneficios para los niños, incluyendo un menor riesgo de abuso de sustancias, estudios de más alto grado y una mejor autoestima.
La hora de comer o de cenar es una excelente oportunidad de ponerse al día y hablar de cualquier cosa que pueda estar en la mente de tu hijo. Pero para eso es importante reunirse en torno a la mesa sin televisión.
Cuando estés con tu hijo préstale toda tu atención
Una encuesta reciente encontró que los niños se están dando cuenta de que los padres se distraen fácilmente cuando están con ellos, y que les prestan más atención a sus móviles que a otra cosa. Esto, además de ser un pésimo ejemplo, es una falta de respeto hacia tu hijo.
Cuando tu niño quiera hablar contigo sobre algo, deja a un lado el teléfono y otras distracciones y préstale atención. Y si hay algo de fuerza mayor, asegúrate de que entiende que tienes que ir. No lo dejes colgado ni te vayas sin darle explicaciones. El tiempo es lo mejor que tienes para tus hijos y lo que ellos más valoran.
Planifica actividades con tu hijo
El tiempo es el mejor regalo que los padres podemos hacer a nuestros hijos. Pero tiempo de calidad, del que se comparte. Estar con tu hijo en casa mientras él hace lo que sea y tú estás a lo tuyo no es lo mismo que dejar lo que tienes que hacer para hacer algo con tu hijo.
Planificar actividades para el fin de semana o participar con tus hijos en actividades fuera de casa, como pueden ser actividades de manualidades o de deportes, aprender a bailar o cualquier otra habilidad es una forma de decirle a tu hijo que disfrutas con su compañía. Además de crear complicidad te da muchas oportunidad para decirle verbalmente lo mucho que le quieres y lo que disfrutas a su lado.
Además de decirle que lo quieres puedes desearle que pase buen día, enviarle una frase motivadora o decirle lo mucho que te acuerdas o lo que le echas de menos. Pero no abuses, sobre todo si es mayor. Esta es solo una de las muchas cosas que puedes hacer.
Agradece a tu hijo todo lo que haga
Dar las gracias y decir “de nada” es una de las mejores maneras de educar en el agradecimiento y de mostrarse agradecido por todo lo que venga de tu hijo. La gratitud fomenta grandes valores y saca lo mejor de cada uno de nosotros.
Además de agradecer todo lo que haga por ti, tanto si se lo has pedido como si no, puedes hacer mucho más. De vez en cuando, dale las gracias por nada, porque sí, por estar ahí, por ser él, por alegrarte las mañanas o por animarte con su sonrisa. Cualquier cosa vale. Le encantará.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Bowlby, J. (1986). Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida. Madrid: Morata.
- Bowlby, J. (1995). Teoría del apego. Lebovici, Weil-HalpernF.
- Garrido-Rojas, L. (2006). Apego, emoción y regulación emocional. Implicaciones para la salud. Revista latinoamericana de psicología, 38(3), 493-507. https://www.redalyc.org/pdf/805/80538304.pdf
- Marrone, M., Diamond, N., Juri, L., & Bleichmar, H. (2001). La teoría del apego: un enfoque actual. Madrid: Psimática.
- Moneta, M. (2003). El Apego. Aspectos clínicos y psicobiológicos de la díada madre-hijo. Santiago: Cuatro Vientos.