7 maneras de calmar a un niño enfermo

Una enfermedad afecta el estado de ánimo y altera a quien la padece, siendo más evidente en los pequeños. Por fortuna, existen algunos consejos que te permiten calmar a un niño enfermo.

Cuando un niño está enfermo se encuentra en una situación de vulnerabilidad que le cuesta aceptar, por lo que calmar al pequeño es un paso fundamental. El dolor, el malestar o el cansancio son síntomas con los que no está acostumbrado a lidiar y que hacen que se rebele. De ahí que proteste, llore e incluso se muestre arisco, malhumorado, exigente o protestón.
Calmar a un niño enfermo requiere paciencia y saber qué hacer. Las siguientes estrategias te mostrarán como conseguir que tu hijo enfermo esté más tranquilo, lo cual os beneficiará a todos.

7 formas de calmar a un niño enfermo

Uno de los mejores consejos que puedes seguir cuando tu hijo se enferma es acudir al pediatra cuanto antes. No importa si se trata de un simple malestar gripal, lo ideal es mantener un control adecuado con el médico especialista en todo momento.

Por su parte, existen muchas formas en las que puedes calmar a tu hijo cuando está enfermo en casa. Todas las medidas que mencionaremos son muy generales, por lo que deberás adaptarlas a los gustos de tu pequeño.

1. Deja que tu hijo decida dónde y cuándo quiere descansar

A muchos niños, cuando están enfermos, no les apetece quedarse en la cama. Deja que tu hijo elija cuándo se quiere acostar y dónde quiere reposar. Puede que en el sofá o en un sillón se sienta más a gusto.

Si el niño quiere jugar un poco o hacer algo, como leer o ver la televisión, deja que lo haga. Eso le mantendrá entretenido y distraído. Lo único que deberías evitar es que se agite demasiado. Los niños suelen tener mucha energía, pero no saben administrarla.

Por su parte, la Asociación Española de Pediatría recomienda que la habitación donde el niño descanse sea agradable. El ambiente no debe estar muy caliente, las ventanas deben abrirse para que circule el aire y la higiene debe ser óptima.

2. Prepara comidas que le apetezcan

Los niños enfermos no suelen tener apetito y suelen rebelarse cuando tienen que tomar algo. Pero tienen que comer, aunque no sea mucho, especialmente líquidos. Por eso, en el momento de ofrecerles el desayuno, la comida o la cena es mejor darles algo que les guste y que sea fácil de comer.

Cuando tu hijo esté enfermo prepara comidas con alto contenido en agua, como caldos sopas o purés. Ofrécele también zumos naturales. Los niños enfermos suelen tolerar muy bien los yogures. Pero, sobre todo, no lo fuerces. Si come poco, ofrécele alimentos varias veces al día, cada dos o tres horas, incluso menos.

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3. Ayúdale a tomar las medicinas

Algunas medicinas pueden ser muy desagradables para los niños. Para ayudarles, una buena estrategia es enmascarar el sabor o la textura mezclando el medicamento con zumos o purés de frutas.

Si el niño se muestra reacio a tomar la medicina, simplemente no le digas que se las vas a dar o dile que es otra cosa. Además, es importante no abusar de los antibióticos, su uso solo debe realizarse bajo prescripción médica. Lo que sí se recomienda es el uso de antipiréticos y analgésicos para mejorar la sintomatología general.

4. Mantén su nariz despejada

Los niños pequeños no suelen tener la costumbre de limpiarse la nariz tan a menudo como es necesario. Cuando están enfermos y congestionados no suelen ser conscientes de lo importante que es eliminar la mucosidad.

Para ayudarlos a respirar mejor y para despejar su nariz, utiliza suero o solución salina. Aplícasela varias veces al día y suénale la nariz. Este alivio hará que el niño esté de mejor humor y también que se recupere antes.

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5. Léele cuentos sobre niños enfermos

A los niños les encanta la compañía cuando están enfermos y también les gusta mucho que les lean cuentos. Aprovecha cuando tu hijo esté enfermo para leerle cuentos de personajes que estén en su misma situación. Esto no solo lo aliviará, sino que también le dará una pauta de comportamiento.

A través de cuentos también puedes explicarle cómo funciona el cuerpo y el sistema inmunológico, qué hacen los médicos, cómo funcionan las medicinas y otras muchas curiosidades que le encantará saber.

6. Prepárale un baño especial

El baño relajará a tu hijo. También lo mantendrá un rato entretenido y le ayudará a que le baje la fiebre. Añade al agua aceites esenciales que le ayuden a relajarse y que también favorezcan que se le abran las vías respiratorias.

Recuerda que debes secarlo bien al salir, insistiendo en la cabeza y en las orejas. El cuarto de baño debe estar caliente para que no note mucho contraste al salir. También puedes aprovechar para darle crema hidratante acompañada de un buen masaje. Seguro que le encantará.

7. Hazlo sentir amado

Muchas veces, la mejor forma de calmar a un niño enfermo es consintiéndolo. Los abrazos, los mimos y los besos suelen ser una de las mejores medicinas. Recuerda que el pequeño se siente vulnerable y débil, por lo que el cariño y el amor de sus familiares puede ayudarlo a superar la situación.

Las palabras de aliento también pueden resultar muy útiles. Anímalo y hazle saber que podrá continuar haciendo las actividades que le gusten o estudiar lo que desee cuando salga de la situación en la que se encuentra. Otra gran idea es planificar sus próximas vacaciones o viajes juntos.

Armarse de paciencia es fundamental

Una de las pautas más importantes para calmar a un niño enfermo es tener mucha paciencia. Sabemos que la enfermedad del pequeño puede alterarte y preocuparte en exceso, sin embargo, recuerda que tu hijo también la está pasando mal. Solo trata de cuidarlo y consentirlo siguiendo los consejos mencionados.

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